miércoles, 31 de julio de 2019

LOS PRIMEROS 50 AÑOS


PETROPERÚ: EMPRESA ESTRATÉGICA Y RENTABLE A PESAR DE CUESTIONADOS GOBIERNOS

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

Un 24 de julio de 1969 se dio partida de nacimiento a la petrolera estatal bajo los vientos nacionalistas del gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado, con la nacionalización de la Internacional Petroleum Company (IPC) filial de la Standard Oil de las Siete Hermanas que operaba en Talara/Piura, y la contribución de los activos de la Empresa Petrolera Fiscal (EPF). Este es el hito fundamental que marca un antes y un después en la industria petrolera en el Perú.
Han pasado 50 años y su presencia en el mercado de combustibles sigue siendo estratégica y rentable para todos los peruanos, a pesar de los efectos perversos de una cuestionada privatización que se aplica desde 1992 a la fecha, es decir en el 2019 con la nueva administración del gobierno del presidente Vizcarra.
Por ello, cabe preguntarse, qué sentido tendría vender activos super rentables de las llamadas inversiones complementarias y auxiliares de la modernizada refinería de Talara, que no solamente procesaría combustibles limpios sino que también refinaría el crudo pesado de la selva, entre otros 16 nuevos procesos industriales.
Por ello afirmamos que la privatización sigue vigente con la nueva administración a pesar del discurso de “no temer al cambio”, cuando se ofrece la vieja receta de la privatización. ¡Es decir, PetroPerú se endeuda por treinta años y el privado haría caja y utilidades  a partir del 2022!
Todo ello a pesar de la existencia de leyes aprobadas por el congreso de la república desde el 2004 que reconocen y consagran su autonomía económica y financiera del ministerio de economía y finanzas (MEF), del Fondo Nacional de Financiamiento del Estado (FONAFE), como también su exclusión del proceso privatizador y apostando por su fortalecimiento, con lotes propios y grifos.
RENTABLE A PESAR DE TODO
En la práctica desde el “populismo irresponsable” de los años ochenta del siglo pasado, y desde las políticas corruptas del fujimorismo y de los gobiernos democráticos que le siguieron, a la petrolera estatal, PetroPerú, se la trata como si fuese “caja chica” de los gobiernos de turno, fuente de trabajo para los allegados, de negocios poco transparentes y de acumulación para el capital privado.
En especial, desde la “privatización frustrada” reducida a las actividades de refino, transporte, y distribución mayorista, es decir sin lotes petroleros propios ni grifos de expendio de combustibles, con un Oleoducto Norperuano saboteado tantas veces, lo cual demuestra la debilidad del estado peruano en la preservación de activos públicos.
PetroPerú en los últimos 25 años, se ha convertido en una fuente de rentabilidad para los bancos que le prestan capital para poder comprar crudo, para las empresas que le venden petróleo que antes de la privatización le pertenecía,  y a una serie de empresas que le prestan servicios varios.
A pesar de todos los “mecanismos que la descapitalizan”, partidas inusuales en los años noventa que le cargaban por su naturaleza estatal, el desconocimiento de la devolución del impuesto general a las ventas (IGV) en la Amazonía (2001/2015), inusual demora en la cobranza de los combustibles vendidos, deuda impaga del llamado Fondo de Estabilización, lesivos contratos de arrendamiento y otras perlas más,… a pesar de todo ello sigue siendo una empresa rentable.
Como empresa integrada en los últimos años 1994/1995 generaba excedentes superiores a los US $ 350 millones de dólares, ahora reducida a su mínima expresión, saboteada y boicoteada por gobiernos corruptos y oportunistas (Toledo, García, Humala, PPK), sigue generando utilidades, y su importancia en la economía peruana como empresa resulta equivalente al 4 % del Producto Interno Bruto (PBI) (Ver cuadro).

MÁS DEL 4% DEL PBI

Con la información disponible y con todos los mecanismos que la descapitalizan resulta más rentable en utilidades brutas, operativas y netas que la competencia en el mercado de combustibles Repsol/La Pampilla, y lo más relevante sus excedentes se quedan en el país.
Es más, su importancia estratégica está en función del abastecimiento oportuno de combustibles, llegando a cubrir el 50 % de dicho mercado, con combustibles de calidad a precios competitivos, dotando a las provincias más alejadas del país en franca competencia con el sector privado.
PetroPerú con los niveles de ingresos que en el 2018 han superado los 16 mil millones de soles tanto por sus ventas y externas de los derivados de petróleo más otros ingresos, se ubica como la empresa líder, top de la economía peruana.
Si a estos ingresos se le suman los egresos que mayormente están constituidos por las compras de crudo y combustibles varios, a los que en los últimos años hay que sumar las importaciones de maquinaria y equipo necesarios para la modernización de Talara, los cuales en el 2018 han sumado montos superiores a los 15 mil millones de soles.
En tal sentido, la importancia económica de los ingresos y egresos sin considerar la contribución fiscal, es de tal magnitud, que el peso específico de PetroPerú en la economía peruana supera el 4 % en relación al valor de la producción nacional (PBI) como se puede observar en el cuadro.
Es decir, sigue siendo rentable, a pesar de los ministros de economía y finanzas más el de energía y minas, que conforman su Junta de Accionistas, y de sumisos directorios que pocas veces en sus 50 años han apostado por su fortalecimiento.
Con utilidades operativas y netas en azul en casi todos los 50 años de existencia, con excepción del nefasto período del 1986/1990 donde tuvo que subsidiar el consumo de combustibles, asumiendo millonarias pérdidas económicas pues un litro promedio de gaseosas resultaba más caro que un litro de combustibles.

¿A QUIÉNES AGRADECER?

En principio, estos primeros 50 años de existencia no hubiesen sido posible de celebrar, sin la presencia y lucha de los trabajadores organizados de PetroPerú; los sindicatos de sus diversas unidades, en especial de la refinería de Talara que se constituye en el activo más valioso, conjuntamente con el saboteado Oleoducto Norperuano.
La sobrevivencia de PetroPerú no hubiese sido posible sin las luchas de los trabajadores, que han asumido un alto costo. De manera especial debo mencionar a los 86 trabajadores despedidos de la refinería de Talara en 1996, que se opusieron a la privatización de dicho activo movilizando al pueblo talareño en defensa del patrimonio nacional, en una huelga que paralizó al país en plena dictadura fujimorista.
Estos 86 trabajadores despedidos de los cuales han fallecido más de 15, entablaron una demanda internacional ante la Corte de Derechos Humanos de Costa Rica, pues fueron violentados en sus derechos laborales. Sin reconocimiento alguno, sin cobrar ningún incentivo ni bono económico alguno, humillados y ofendidos, la lucha de estos trabajadores despedidos mantuvo la fe en la defensa de PetroPerú.
En estos últimos 30 años de lucha, un especial lugar lo tienen una serie de personalidades democráticas que se opusieron a las políticas corruptas del fujimorismo que aspiraban a privatizar por partes, de vender de manera fragmentada los diversos activos de PetroPerú, lo más rápidamente posible.
La presencia de Gustavo Mohme Llona, de Javier Diez Canseco, Carlos Repetto, Raúl Wiener de los Comités Cívicos en Defensa del Petróleo y la Soberanía Nacional, de los intelectuales que han participado en los más de XXXIV foros de la “Soberanía Energética”  que patrocina el congresista Manuel Dammert.
La sobrevivencia de PetroPerú no hubiese sido posible sin la lucha y difusión de la prensa progresista por medio de diarios como La República, La Primera luego Diario Uno, de radios como Cutivalú de Piura, Radio Tacna, Moderna de Lima y de infinidad de medios que asumieron la defensa de la petrolera estatal contra la privatización.

INTEGRACIÓN VERTICAL AHORA

Con las lecciones de la historia reciente, está demostrado hasta la saciedad que la forma eficiente, técnica y racional de operar en el sector de hidrocarburos es la integración vertical en sus actividades.
Ello significa que la empresa petrolera realice por lo menos las operaciones de explotación, transporte, refinación, distribución mayorista y distribución minorista por medio de estaciones de servicios (grifos)
La integración vertical entre la explotación de petróleo crudo y la refinación en las actividades de PetroPerú resulta un imperativo si de verdad se pretende potenciar a la petrolera estatal. Con producción propia PetroPerú no solamente accedería a la renta petrolera que resulta de la diferencia entre el precio internacional menos el costo de producción interno, sino también tendría los márgenes de refino producto de la modernización de la refinería de Talara.
Para ello debe acceder a la renta petrolera de la producción que se ubica en Talara/Piura. En especial allí donde el riesgo de explotación es mínimo como se ha demostrado en los lotes privatizados de las operaciones noroeste, en especial del lote X, I, V, III, IV, VI/VII y la producción del Z-2B más el lote 192 de la selva.
Sea por razones estratégicas y seguridad en el abastecimiento interno de combustibles, como de una mayor rentabilidad que permita repagar el millonario endeudamiento (US $ 5,000 millones) que ha tenido que asumir PetroPerú, resulta un imperativo la integración vertical de sus operaciones.
De allí la necesidad de buscar la integridad del negocio, con lotes petroleros propios para que parte de la renta petrolera financie los costos financieros, pues no sería un buen negocio para la petrolera estatal repagar el capital y asumir los costos financieros de los bonos emitidos más allá de 20 años, y vender las unidades auxiliares y complementarias que en algunos casos serían más rentables que la propia refinería de Talara modernizada.
Se demanda fortalecer PetroPerú como empresa integrada con producción propia, refinación modernizada, con participación en los negocios rentables del sector, pues a pesar de todo, la petrolera estatal ha sido la fuente de negocios privados y la capitalización de una serie de grupos económicos empezando por Graña y Montero, Pluspetrol, Sapet, CNPC, Petrotech/Savia por citar algunos.
En tal sentido el presente gobierno debe apostar por la integración vertical de las operaciones de PetroPerú, para un fortalecimiento y rentabilidad económica y social al servicio de todos los peruanos, como el mejor reconocimiento por estos primeros 50 años.