Gracias al efecto Camisea desde fines
del 2004 nuestro país satisface la demanda interna del GLP, derivado que
resulta de una mezcla de propano (60%) y butano (40%), y que gracias al
subsidio explícito del Fondo de Inclusión Social Energético (FISE) permitirá
que cerca de un millón de peruanos al 2016 se beneficien de un descuento a
través de un vale por S/ 16 nuevos soles, con lo cual finalmente resultarán
abonando en efectivo un promedio de S/ 15 nuevos soles, es decir una
disminución sustancial en el precio del balón de GLP que se financiará con un
sobrecargo en el precio de la electricidad de los grandes consumidores,
reconocidos como clientes libres.
El gas licuado de petróleo (GLP) que
se vende preferentemente en balones de 10 kilos debe masificarse como parte de
una política de gobierno que apuesta por la autonomía energética, es decir, se
debe consumir los derivados de hidrocarburos provenientes de la producción
interna, como es el caso del GLP que debe diferenciarse del Gas Natural (GN) y
del Gas Natural Vehicular (GNV) que se utiliza en el transporte automotriz
mediante balones más pesados por la mayor presión que se necesita para inyectar
el gas.
Masificar el GLP con precios sociales
y el gas natural hacia los más pobres es un imperativo nacional y un compromiso
de gobierno que se está cumpliendo, como ha sido expuesto por el Presidente de
la República en el discurso por fiestas patrias.
En principio, por su propia naturaleza
los subsidios constituyen una herramienta de política económica propia del
“Estado del Bienestar”. En los Estados Unidos de Norteamérica la cuna del
liberalismo económico se subsidia la producción agraria con más de mil millones
de dólares diarios, en los países de la Europa Occidental se subsidia la
producción de trigo, tomate, etc. hasta por becerro nacido, como también el
Japón subsidia la producción de arroz.
En tal sentido, reconociendo que
nuestro país tiene una producción promedio de GLP de 46 mil barriles diarios y
una demanda que se aproxima a los 42 mil barriles diarios, con pequeños márgenes
de exportación, es evidente que se tiene que asegurar en el tiempo el mayor
consumo de un combustible limpio como el GLP a la mayor cantidad de peruanos en
especial a los más pobres, que están en el campo, y que por razones materiales
de existencia utilizan el carbón de leña provocando la desforestación de los
bosques costeños y andinos, como que también se usa la bosta y la yareta.
Si se tiene presente que el grueso de la
producción del gas licuado de petróleo (GLP), más del 86% se obtiene de las plantas
de fraccionamiento del gas natural, en especial de los líquidos de Camisea
tratados en Pisco; con tales recursos el país es autosuficiente, y lo será aún
más cuando la producción de líquidos proveniente de los lotes 88 y 56 se incrementen de los 76 mil barriles diarios
a más de 120 mil barriles con el programa de inversiones del Consorcio Camisea
proyectados al 2014, se estima que aproximadamente 60 mil barriles diarios de
GLP serán obtenidos de la Planta de Fraccionamiento de Pisco.
Es más, se debe reconocer que GLP es el único combustible que ha tenido
un crecimiento sostenido en el país en los últimos 20 años con tasas superiores
al 10 por ciento anual desplazando a las gasolinas, a los petróleos
industriales, convirtiéndose en el segundo combustible en importancia después
del diesel 2 ahora denominado biodiesel.
Sin embargo se debe ser cuidadoso en la
aplicación del subsidio al GLP identificando a los campesinos pobres que puedan
reconvertirse del uso de la leña que tiene un valor económico cero pero con un
alto daño ambiental, con la entrega del vale de descuento de 16 nuevos soles,
por las posibles distorsiones que se pudieran generar. Un campesino pobre con
ingresos diarios de US$ 2 o US$ 3 dólares difícilmente se reconvertirá al GLP pues
abonar US$ 6 dólares o más por un balón es todavía un alto precio en la lógica
de la economía campesina.
De allí la necesidad de una política integral de
penetración y construcción de mercado para el GLP en la economía agraria con el
conjunto de los programas sociales que está aplicando el gobierno, en el marco
de la lucha contra la pobreza, la generación de empleos productivos en alianza
con la actividad minera y el turismo. Con todo ello el Fondo de Inclusión
Social Energético (FISE) no deja de ser una realidad positiva que se ha
iniciado ya en Ayacucho y se extenderá a Huancavelica, Puno, Cajamarca,
Apurímac.
*Publicado el 05 de agosto de 2012 en el diario El Peruano
http://www.elperuano.pe/Edicion/noticia-fondo-inclusion-social-energetico-con-glp-46749.aspx
*Publicado el 05 de agosto de 2012 en el diario El Peruano
http://www.elperuano.pe/Edicion/noticia-fondo-inclusion-social-energetico-con-glp-46749.aspx
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