Raúl Wiener
Un escándalo de proporciones está a punto de estallar en la todavía primera empresa peruana, la estatal PetroPerú, siempre y cuando la Contraloría General de la República cumpla con su responsabilidad de hacer la investigación sobre un funcionario del que dependen muchos otros a los que ha ido colocando o moviendo en puestos claves desde la Gerencia de Recursos Humanos, y que estaría adeudando alrededor de 5.2 millones de soles por impuestos no pagados.
El caso es más grave aún porque según versiones oficiosas del interior de la empresa el señor Ángel Arévalo Mendoza habría sido fundamental en los recientes cambios en las gerencias para desandar lo hecho durante la presidencia de Humberto Campodónico.
Presentemos algunos elementos de esta historia: el gerente de Recursos Humanos de PetroPerú, Ángel Arévalo, es un funcionario de carrera, con muchos años en PetroPerú, próximo a jubilarse, que está esperando el momento para irse a su casa con un alto sueldo que se cobra 16 y medio meses al año.
Esto, por supuesto, no lo ha limitado a ejercer desde el 9 de enero del presente año, de manera simultánea, la gerencia del Departamento de Relaciones Corporativas, en calidad de encargado.
Lo original es que en ambos cargos, y desde hace mucho tiempo, el señor Arévalo no cobraría por planilla ni pagaría los impuestos correspondientes de ley, sino que estaría recurriendo a un sistema de pago en cheques.
Según afirma la funcionaria Anna Lee Sarmiento Rojas, en carta a la gerencia general del 13 de febrero de 2013, la deuda acumulada por este concepto alcanzaría según cálculos de Sunat un monto de 5.2 millones de soles lo que configuraría un delito, en el que también participarían como cómplices otras gerencias que están al tanto del caso.
El 21 de febrero, además, la misma funcionaria eleva ante la Contraloría una copia de su carta al gerente general, por lo que el asunto ha empezado a escapar del ámbito interno de la empresa.
CONTRATACIONES
Apenas aceptada la renuncia del presidente de PetroPerú, en el mes de enero, y removido el gerente general Pedro Méndez, el gerente de Recursos Humanos autorizó la promoción de la esposa del nuevo gerente general Luis Lem Arce, al cargo de asistente administrativo de la gerencia de Exploración-Producción, con lo que el salario de la feliz pareja ha ascendido en conjunto a 33 mil soles.
Otro beneficiado con la generosidad del señor Arévalo es el gerente de Comercio e Industria, Julio Ubillús y señora, la que últimamente fue ascendida a jefe de capacitación de la gerencia de Recursos Humanos permitiendo alcanzar un sueldo de pareja de 30,500 soles.
Todas estas decisiones, por cierto, tienen un efecto de entornillar en sus puestos a los beneficiados, ampliar el nepotismo y generar un costo muy alto a la empresa, en perjuicio de la mayoría de los trabajadores y de los planes de inversión, aparte de que pueden prestarse perfectamente a la corrupción.
Un caso, que también se señala en las cartas de Lee Sarmiento Rojas, es el de una persona ligada a Arévalo Mendoza de una manera que se describe como “muy especial” y a la que se ha mantenido bajo contrato desde julio del 2012 trabajando en la comunicación social de un proyecto informático y que estaría a punto ingresar a planilla en la gerencia de Relaciones Corporativas, donde Arévalo es el actual encargado.
MODERNIZACIÓN Y MORALIZACIÓN
Si el desarrollo petrolero y de Hidrocarburos del Perú requiere a gritos la modernización de las refinerías de Talara y La Pampilla y nuevas inversiones, la empresa del Estado demanda a su vez modernizarse en términos de gerencia y dirección y moralizarse para eliminar los focos de corrupción que le impiden salir adelante.
El caso del gerente de Recursos Humanos debe ser expuesto abiertamente para que los funcionarios que ahora se sienten muy fuertes y capaces de hacer lo que les parece sepan que hay vigilancia de la prensa y que no habrá posibilidad que unos se encubran a los otros.
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