Alvaro Gastañaduí Ramírez / José Santillán Arruz
El titular del Ministerio de Economía (MEF) aseguró que el Gobierno estaba haciendo un análisis técnico y exhaustivo para decidir la adquisición de los activos de Repsol y adelantó que no había que interpretarlo como un "regreso a políticas desechadas" sobre el rol empresarial del Estado.
En declaraciones a la prensa formuladas en el Foro Económico Mundial (WEF), enfatizó que aún no se había tomado ninguna decisión. Incluso, pidió no especular sobre ello, pues el Gobierno seguía apostando "por el crecimiento con inversión, pero con inversión privada".
Como para despejar cualquier duda, el presidente del Consejo de Ministros, Juan Jiménez Mayor, también señalo que el Perú estaba en una senda de inversión y no de estatismo. Trascendió que los demás ministros no verían con simpatía la posibilidad de que se efectué la adquisición.
Por su parte, la Primera Dama, Nadine Heredia, durante una visita a la provincia de Andahuaylas, dijo que el Gobierno no es responsable en el manejo de los recursos. "Quiero decirles que no haremos nada de manera improvisada, somos muy respetuosos de los recursos, aquí no vamos a mirar atrás ni repetir fórmulas que en su momento dejaron sufrimiento, tenemos programas y políticas públicas bien pensadas con sostenibilidad", enfatizó.
En tanto, el presidente del Congreso, Víctor Isla, aseguró que el Gobierno seguirá los mismos lineamientos de la hoja de ruta.
Cambio político - económico
Poco después de las declaraciones de Castilla, el economista Hernando de Soto consideró que esa adquisición podría significar un cambio en la orientación política y económica del Perú. Asimismo, demandó al Gobierno explicar las razones de ese interés, puesto que la tarea del Estado es brindar servicios al ciudadano y en ningún momento la concentración de mayor poder, mucho menos económico.
En ese mismo sentido, Pablo Secada, del Instituto Peruano de Economía, opinó que la posible adquisición de los activos de Repsol había generado incertidumbre entre los empresarios y "hará que retroceda su confianza en el país". Incluso, advirtió que podría hacer reducir el índice de crecimiento económico. Entre las variables que deberá analizar el Gobierno sobre la conveniencia de adquirir los activos de Repsol figura la rentabilidad de dicha operación.
Según algunos analistas y empresarios vinculados al negocio de hidrocarburos, la refinería La Pampilla no es rentable económicamente para el país, aunque sí las estaciones de servicio, que son consideradas como el "lomo fino" del negocio.
Para el consultor en temas de hidrocarburos, César Bedón, La Pampilla es un "muerto" en esa operación, pues solo produce las dos terceras partes de su capacidad y deben realizarse importantes inversiones para mejorar su productividad.
En ese mismo sentido, el ex presidente de Perúpetro Daniel Saba aseguró que ahora las refinerías para ser rentables deben procesar más de 300 mil barriles al día. La de La Pampilla produce actualmente 72,000 barriles diarios y su capacidad máxima es de 105 mil barriles.
Sin embargo, el investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Jorge Manco Zaconetti aseguró que todo el negocio es rentable en su conjunto: refinería, grifos, red de comercialización, Solgas, etc.
Dijo que la refinería generaría sobre todo rentabilidad social, pues empezaría a producirse combustibles menos contaminantes en el país.
Manifestó que no había que temer a la inversión pública, pues Chile y Colombia lo habían hecho con éxito. Recordó que Ecopetrol, de Colombia, ya factura US$ 37 mil millones al año.
Además de ello, también debe analizarse las posibilidades financieras de la empresa Petroperú, que asumiría esa operación. La petrolera estatal logró S/. 66.2 millones de utilidades el 2012, lo que no alcanzaría para afrontar ni la modernización de la refinería de Talara ni mucho menos la compra de los activos de Repsol.
Quienes sí se asustaron con la posible adquisición de los activos de Repsol fueron los empresarios de los grifos. Uno de ellos, que prefirió no identificarse, aseguró que no estaban en condiciones de competir con el Estado.
Incluso, señalo que solo con el anuncio de que el Estado evaluaba adquirir los activos de Repsol ya se habían paralizado algunas inversiones. "Nadie puede competir con grifos del Estado y mucho menos en un mercado en el que el Gobierno podría controlar los precios", agregó.
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