FOMENTANDO
LA INSEGURIDAD EN EL ABASTECIMIENTO DEL GLP
ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI
Después de
casi doce años, un año más un año menos, un ministro lobista como Gonzalo
Tamayo ha declarado como ineficiente el proyecto de construcción del ducto de
GLP que tenía un trazo desde Pisco a Lurín, con el objetivo fundamental de asegurar
el abastecimiento del gas licuado de petróleo (GLP) en Lima, que se constituye
en el principal mercado de dicho combustible a nivel país.
¿Qué se
podía esperar de un ministro lobista? Él mismo que hasta julio del 2016 como
gerente general de Macroconsult, asesoraba a las empresas del sector energético
como el Consorcio Camisea, Edelnor, Edegel, Eléctrica de Piura, Pluspetrol,
Lima, Perú LNG entre otras empresas representativas del sector.
No es una
coincidencia histórica que las empresas conformantes del Consorcio Camisea (Pluspetrol,
Hunt Oil, Repsol, SK de Corea del Sur, etc.) se han opuesto siempre a la
construcción del ducto de GLP que desde el 2005 Proinversión asumió en el
paquete de proyectos de inversión con participación del sector privado, con la
finalidad de otorgar seguridad en el abastecimiento de GLP ante las anomalías
del oleaje que impide la carga y descarga de este combustible en los buques
tanqueros, que transportan el GLP desde Pisco al Callao.
En tal
sentido la construcción del ducto de 246 kilómetros afianzaba la seguridad en
el abastecimiento del GLP en Lima, dejando de lado el flete que cobra Pluspetrol a los miles de usuarios de este vital
combustible. Por la tonelada de GLP transportado en los buques tanqueros
contratados por Repsol y Pluspetrol se
cobra $ 80 dólares o más. Para el ministro del sector esto es eficiencia
privada en contra del interés de los consumidores.
Es
evidente que este negocio privado hubiese sido desplazado con la existencia de
un ducto que transporte el GLP que es una mezcla de propano y butano, que se
obtiene en Pisco en volúmenes que superan los 40 mil barriles diarios.
En este
contexto el Consorcio Camisea es el más importante productor de este derivado
que se obtiene a partir de los líquidos de gas natural provenientes de los
lotes 88 y 56, siendo el operador la empresa Pluspetrol que tiene una
participación del 27.2 por ciento en el consorcio.
La razón
de fondo del descarte en la construcción del ducto de GLP que nuestro
ministro lobista soslaya es la
naturaleza del contrato de licencia que tiene firmados con el estado peruano el
Consorcio Camisea.
Con un
contrato de licencia y el abono de regalías respectivas, la empresa privada
asume la propiedad de las moléculas, en este caso del propano y butano del GLP
y pueden hacer con las mismas lo que mejor les convenga, prueba de ello es el
boicot que desde el 2005 han efectuado para la construcción del ducto.
En tal
sentido se debe recordar que en algún momento Graña Y Montero que no tenía el
desprestigio que tiene ahora en la década pasada ganó la licitación para la
construcción del ducto de GLP, pero no tenía la seguridad del abastecimiento
del combustible pues la empresa petrolera Pluspetrol no tenía el mayor interés.
¡Así, funcionan las cosas en el país!
Con esta
decisión del ministro que graciosamente y curiosamente coincide con los
intereses privados, los consumidores seguiremos asumiendo los altos costos del
transporte marítimo del GLP, y lo más grave es que ante los anormales oleajes
marinos que serán más recurrentes en razón del cambio climático, el
desabastecimiento temporal y la especulación de precios respectiva también
serán más frecuentes.
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