PARA BEBERTE MEJOR LAS UTILIDADES
ESCRIBE: JORGE MANCO
ZACONETTI (Investigador UNMSM)
Han
transcurrido más de 15 meses durante los cuales el control mayoritario de las
acciones y la toma de decisiones más importantes en la Corporación Lindley la tienen los dueños mexicanos que cuentan
como “presidente del directorio de lujo” al que fuera el mandamás de la
emblemática corporación identificada con la bebida de sabor nacional: Jhonny
Lindley Suárez, bisnieto del fundador de la firma, que como trabajador
calificado debería estar preocupado por una distribución equitativa en las
utilidades.
Como no
podía ser de otra manera, como en el pasado los cientos de trabajadores de la
corporación no tendrán una justa participación en las utilidades a pesar de los
importantes resultados económicos financieros alcanzados en el 2016. Todo ello fue
posible gracias al esfuerzo, capacidad y productividad de los trabajadores.
Sirva
de base algunos resultados para entender el grave malestar en los trabajadores
desde el más modesto obrero hasta los funcionarios y ejecutivos de confianza.
En el 2015 la utilidad operativa sin considerar las depreciaciones y
amortizaciones que forman parte del excedente económico, sumó los 221 millones de soles. En el 2016 se han
más que duplicado pasando a ser 531 millones de soles. Es decir, la tasa de la
rentabilidad operativa se ha incrementado en
140 por ciento, ni las empresas mineras ni eléctricas tienen ese margen.
Ver cuadro respectivo.
La
utilidad y/o pérdida antes de participaciones laborales y pago de impuestos
estaba en el 2015 en rojo con una pérdida de 129 millones de soles. En cambio,
en el 2016 se remonta espectacularmente y suma una utilidad de 316 millones de
soles, sin embargo los trabajadores nuevamente verán enajenadas su
participación en las utilidades en razón de una serie de artilugios y maniobras
contables.
En
verdad, por el ejercicio del 2016 los trabajadores de la Corporación Lindley
tendrán una ridícula participación en las utilidades pues tendrán que devolver
los préstamos otorgados en el pasado, los mismos que graciosamente otorgaba la
empresa como una falsa compensación de las utilidades enajenadas y justificadas por supuestas y arbitrarias pérdidas.
Por
tanto si a la devolución de los préstamos otorgados en el pasado se suma el
impuesto a la renta de quinta categoría que tienen que abonar al fisco, pues
los trabajadores no gozan de beneficios tributarios ni devolución de impuestos
como tiene la empresa, en la práctica van a seguir teniendo los bolsillos vacíos
a pesar de las millonarias utilidades generadas gracias a su capacidad de
trabajo.
Esta
realidad se debe agravar en el futuro próximo hasta el 2021 por lo menos por el
financiamiento asumido por la trasnacional mexicana Arca Continental con la
banca de dicho país que debe ser repagada con los excedentes entiéndase
utilidades que se genere en el Perú por la Corporación Lindley. Es decir, los
trabajadores seguirán percibiendo migajas por concepto de utilidades.
Esta
situación se debe agravar, es decir la fuga de excedentes con el acuerdo
arribado por medio del cual Arca Continental aportará a su filial mexicana su
participación en los negocios de bebidas de las operaciones de México, Argentina,
Perú, Ecuador como respaldo y garantía
en el acuerdo llegado con la gigante Coca Cola Company para ser el embotellador
exclusivo en el Suroeste de los Estados Unidos de Norteamérica (Nota 20 de los
Estados Financieros)
En
verdad, resulta urgente y necesario explicar como de una utilidad antes de
participaciones e impuesto a la renta de 316 millones de soles en el 2016 se
llega a una utilidad imponible de 194 millones de soles, donde no solamente se
afecta la caja fiscal si no también los intereses de los trabajadores, que
verían nuevamente frustradas sus expectativas de tener una justa participación
en las utilidades.
Se debe
tener presente que en más de un siglo de existencia la Corporación Lindley fue
posible gracias al esfuerzo de sus trabajadores. Ahora bajo una nueva
administración en el 2016 ha logrado resultados históricos en ingresos, en cajas
producidas y utilidades, convirtiéndose la participación del Perú en la más
importante de América Latina, superando al Ecuador y Argentina, según sus
propios voceros.
Si bien
hacia fines del 2015 las diversas fracciones de la familia Lindley vendieron la
mayoría accionaria percibiendo más de 971 millones de dólares de parte de la
transnacional mexicana Arca Continental. De esta transacción los trabajadores
fueron convidados de piedra pues no recibieron “ni un dólar de plata” como
reconocimiento a pesar de ser los principales forjadores de dicha riqueza.
Ahora con una serie de mecanismos y maniobras
contables como: depreciaciones y amortizaciones que se cargan al costo,
deterioro de activos, amortización de intangibles, pérdidas cambiarias,
indebida cobertura a futura del tipo de cambio, sobrecostos e internalización
de los costos, beneficios tributarios, gastos financieros, compra/venta con
relacionadas etc. Se minimiza la utilidad imponible que constituye la base para
la determinación de la participación en las utilidades para los trabajadores.
Resulta
evidente que esta nueva frustración de los trabajadores, sindicalizados y no
sindicalizados ha de enturbiar las positivas relaciones que debieran existir
entre los trabajadores y la empresa, y se busquen mecanismos compensatorios,
transparentes y modernos, pues es de justicia que así como se fortalece el
patrimonio de la empresa, los trabajadores deben ser reconocidos en sus
utilidades con justicia.
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