lunes, 18 de febrero de 2019

PERÚPETRO: ENTREGUISMO, TRAICIÓN Y FELONÍA


VIRTUAL CIERRE DEL OLEODUCTO NORPERUANO
ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

Ante los recurrentes derrames de crudo producto de atentados realizados por terceros al Oleoducto Norperuano, el inefable presidente del directorio del organismo estatal, PerúPetro encargado de promover las inversiones de hidrocarburos y al mismo tiempo de supervisar los contratos, no ha tenido mejor idea que auspiciar y promover un acuerdo para que el petróleo crudo que se extrae en la selva norte de nuestro país, sea transportado hacia el Ecuador, usando las instalaciones del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) de nuestro vecino, que está bajo responsabilidad de la petrolera estatal Petroecuador.
Con la información oficial está demostrado que existe una “mano negra”, un “modus operandi” desde el 2015 a la fecha donde se ha vuelto recurrente la fractura del oleoducto que conlleva a derrames de crudo con las consecuencias ambientales que todos tenemos que lamentar. ¡Estas paralizaciones son la excusa perfecta para justificar la privatización por partes de PetroPerú!
Es más, representantes de dirigentes nativos amenazan con nuevas fracturas del oleoducto ante el histórico abandono de las comunidades nativas por parte del estado peruano.
SISTEMÁTICO CHANTAJE
Frente a ello la petrolera estatal PetroPerú, titular del Oleoducto Norperuano ha desembolsado millonarias sumas para la remediación ambiental a supuestas empresas especializadas y re distribuye ingresos en las comunidades nativas para la limpieza de los derrames. Es más, en el pasado cercano se justificó una Comisión Investigadora en el Congreso de la República presidida por el “desaparecido” Presidente del Consejo de Ministros, “que no sabe y no opina”  respecto a los derrames, causas y efectos, donde supuestamente se debiera saber sobre los responsables.
Por ello, debiera reconocerse a ciencia cierta ¿cuántos millones de soles se han gastado de parte de PetroPerú supuestamente para resolver este problema con las comunidades nativas? Cabe preguntarse si existirán auditorías respecto a estos pagos que se
han vuelto en la práctica un chantaje para la petrolera estatal de parte de miembros de las comunidades que con jornales de 150 soles diarios o más resuelven en parte el problema de los bajos ingresos.
CUESTIÓN DE ESTADO
Al margen de las diferencias que pudieran existir entre el Perú y Ecuador en materia de hidrocarburos esta peregrina idea del Ing. Seferino Yesquén ha merecido los duros calificativos del congresista Manuel Dammert, donde el supuesto plan B para sacar el crudo extraído en la selva norte, constituye una traición al Perú y violenta los intereses de PetroPerú.
El Oleoducto Norperuano, después de la Refinería de Talara es el activo más importante que tiene la petrolera estatal, la misma que ha permitido desde 1978 a la fecha trasladar el petróleo de los lotes 1-AB ahora denominado 192, el lote 8 y otros.
En realidad el oleoducto ha permitido monetizar, valorizar por casi 2,000 millones de barriles de petróleo crudo, que han pagado impuestos y regalías que fundamentalmente financian el canon petrolero para la región Loreto, pero que tales recursos lamentablemente se concentran en la capital Iquitos, dejando de lado a las zonas productoras.
PERÚPETRO VERSUS PETROPERÚ
En verdad, no debería causar extrañeza estas declaraciones del presidente del directorio de PerúPetro que no coinciden con los intereses de PetroPerú, la petrolera estatal, titular del Oleoducto Norperuano.
Es más, cabría preguntarse si tal posición del presidente del directorio Perúpetro cuenta con la aprobación del conjunto de sus miembros o es una salida individual, la misma que colisiona no solamente con PetroPerú, sino también con el Ministerio de Defensa y la Cancillería nada menos.
¡Esto sucede cuando buenos técnicos se improvisan como funcionarios públicos que carecen de una visión de estado!
En el mismo sentido cabría interrogarse si el ministro del sector de energía y minas comparte esta alternativa, este denominado Plan B ante las interesadas paralizaciones del Oleoducto Norperuano.
Todo pareciera en este caso que el presidente de PerúPetro, Ing. Seferino Yesquén expresa y representa los intereses de las empresas petroleras que operan en la región, concretamente Perenco del lote 67 que teniendo operaciones en el Ecuador preferiría sacar su crudo por la selva ecuatoriana.
Sumado al argumento de los atentados que provocan el cierre, la paralización del bombeo de crudo en las operaciones del Norperuano, con las pérdidas económicas consiguientes para las empresas, el estado, los gobiernos locales y regionales como también la afectación de los intereses de PetroPerú, se exponen argumentos económicos adicionales.
TARIFAS ALTAS CON SUBUTILIZACIÓN
Las empresas que utilizan el Oleoducto de PetroPerú señalan que la tarifa por abonar por barril de crudo transportado es muy alta, cercana a los US $ 10 dólares cuando por el vecino país, las tarifas serían menores a los US $ 3 dólares por barril. Por tanto, lo económico para las empresas privadas, el plan B de Yesquén es sacar el petróleo del lote 67 por el Ecuador.
Debiera ser evidente que si una empresa se conecta con el oleoducto ecuatoriano, otras también seguirán ese camino, en lo que llamaríamos “efecto espejo” con lo cual el Oleoducto Norperuano sería dejado de lado por obra y gracia de Perúpetro, una agencia estatal que juega contra PetroPerú, es decir contra el interés público.
Debiera ser evidente que un Oleoducto como el Norperuano construido en la década de los años setenta del siglo pasado, fue diseñado para trasladar en el tramo más importante 200 mil barriles diarios y hoy está claramente subutilizado por una serie de razones.
Como “monopolio natural” si su construcción fue diseñada para trasladar 200 mil barriles diarios, y hoy en día no traslada ni 20 mil barriles, debiera ser evidente que los costos unitarios por trasladar un barril se encarecen. De allí la explicación de por qué las empresas tienen que pagar US $ 10 dólares por barril como tarifa de transporte.
Por tanto la solución fácil y expeditiva es sacar el crudo de la selva nororiental usando el oleoducto ecuatoriano, cuya salida en la costa del país vecino sería en el norte del Ecuador, en el puerto de Esmeraldas y de allí el crudo sería trasladado a la refinería de Talara/PetroPerú, evidentemente pagando un flete marítimo, con lo cual al margen de las consideraciones geopolíticas, “el remedio sería peor que la enfermedad”
Una consecuencia derivada por esta decisión que ha sido calificada de entreguista y una traición al Perú, es el fomento de la falta de integración entre la producción de crudo y el uso del Oleoducto Norperuano.
INTEGRACIÓN VERTICAL
Al respecto debemos reconocer que constituye una máxima económica que mientras más producción se tenga que extraer y movilizar por el oleoducto de PetroPerú, menores serán las tarifas por pagar por barril transportado. ¡A más volúmenes transportados menores tarifas!
Ello será posible con la madurez de los proyectos en los lotes 95, 67, 39, 64 que tendrán una salida hacia la costa norte, para ser tratados en la refinería de Talara. Que con la producción conjunta de los lotes 192, lote 8 se proyectaría producir más de 100 mil barriles diarios.
En tal sentido la salida del petróleo de la selva norte al fluir por el Ecuador, quebraría la integración vertical que debiera existir en la producción bajo responsabilidad de operadores privados y PetroPerú.
Es más se atentaría contra las sinergias que debieran existir entre la producción de crudo pesado del lote 192, lote 8, lote 67 que podría ser tratados en la Refinería modernizada de Talara a partir del 2021.
Es de público conocimiento que las reservas del lote192 debieran ser transferidas a PetroPerú por ley expresa aprobada por el Congreso de la República, desde agosto del 2018, y si no fuese por las recurrentes perforaciones del oleoducto que prolongan interesadamente la administración temporal de Frontera Energy que parece ser la empresa preferida del presidente de Perúpetro.
TRANSPORTE SABOTEADO
El Oleoducto Norperuano es una obra de ingeniería de la década de años setenta del siglo pasado que ha permitido valorizar el crudo del lote 1-AB desde 1978 que ahora ha sido redimensionado e identificado como lote 192, donde históricamente han operado las petroleras OXY, Pluspetrol Norte desde el 2001 hasta el 2015 (agosto) y por ahora Pacific Stratus Energy que se ha convertido en Frontera Energy una empresa “pichiruchi” en el sector.
El Oleoducto Norperuano ha permitido monetizar, valorizar el crudo pesado del lote 192 (antes 1-AB) que se mezclaba con el petróleo del lote 8 en una combinación que permitía su traslado y otorgaba un mayor valor al petróleo de dichas operaciones, pues mezclaba un crudo de 18º grados con uno de 24º grados API o densidad, lo cual agilizaba su transporte.
Lo cierto y evidente es que el Oleoducto Norperuano debe ser modernizado y sobretodo mejor vigilado pues en el mediano plazo la producción solamente de la selva norte puede superar los 100 mil barriles día, con la plena operación del lote 192 donde se podrían extraer un mínimo de 20 mil B/DC barriles por día calendario, que sumadas a las operaciones del lote 8 (10 mil B/DC), más la reciente inaugurada Petrotal que en los primeros años extraerá cerca de 10 mil B/DC, más la producción futura de Perenco del lote 67 (15 mil B/DC), GeoPark/PetroPerú (5 mil B/DC) y otros lotes más.
¿QUÉ HACER?
En verdad, en el marco de la responsabilidad social empresarial, el estado tiene que enfrentar y resolver el problema de la inseguridad del Oleoducto Norperuano que sistemáticamente es perforado por terceros que merecen la máxima sanción.
A la vigilancia de día y noche en los más de 900 kilómetros tanto en el ramal principal como aquel que conecta al lote 192, mediante métodos modernos, sensores, drones, etc. urge la participación de la población interesada, pues la riqueza que se traslada de alguna forma debe ser compartida por la población cercana a este importante activo que bien conservado puede durar 100 años más como los oleoductos que existen en Estados Unidos de Norteamérica.
Por ello, al igual de lo que se hizo para Piura y Tumbes en el 2002 se debe mejorar la redistribución del canon y sobrecanon petrolero con el objeto de favorecer a las poblaciones cercanas a la explotación de petróleo.

Lamentablemente el canon petrolero se centraliza en la capital Iquitos, captando el gobierno regional el 52%del mismo, universidad pública un 5% y el Instituto Peruano de la Amazonía (3%), siendo el monto restante del canon petrolero (40%) distribuido entre todas las provincias y distritos que conforman Loreto.

Por tanto la población de la zonas productoras como Datem del Marañón o los distritos de Andoas (lote 192) y Trompeteros (lote 8) que experimentan en carne propia las consecuencias negativas del extractivismo petrolero, perciben cifras ridículas por concepto del canon y sobrecanon petrolero.

Evidentemente a los grupos étnicos de los achuares y comunidades cercanas a la explotación petrolera les llega muy poco de estos recursos en razón que ha sido y es una práctica de los gobiernos de turno concentrar los recursos por razones políticas en los centros urbanos. Por tanto, la exigencia al gobierno central por servicios, educación salud, infraestructura etc. será cada vez mayor a pesar del potencial de la riqueza petrolera que debiera ser explotada bajos los principios de la responsabilidad social, ambiental y tributaria.

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