INTEGRACIÓN GASÍFERA A NIVEL
NACIONAL
ESCRIBE : JORGE MANCO ZACONETTI
En nuestro país, la masificación del gas natural debiera ser un imperativo
nacional, un mandato de la historia para cambiar el perverso patrón de consumo
energético basado en los derivados del petróleo que cada vez producimos menos y
consumimos más.
De una demanda interna para el mercado de combustibles de 250 mil barriles
diarios no producimos actualmente ni 50 mil barriles de crudo por día, por
tanto tenemos que importar la diferencia en petróleo, en diesel 2 limpio con 50 partes por millón de
azufre, y desde hace unos cuatro años, crecientes volúmenes de gas licuado de
petróleo (GLP), cuyo consumo ha crecido ante la débil por no decir ridícula
masificación del gas natural.
Es más, nos damos el lujo de reinyectar cerca a 400 millones de pies
cúbicos de gas natural diarios, tanto en las operaciones de Camisea como en el
Zócalo Continental frente a Talara, para privilegiar la obtención de los
líquidos de gas natural y procesar GLP en detrimento de la explotación del gas natural.
El gas natural, es el hidrocarburo que más tenemos en reservas probadas,
pero que dicho sea de paso más desperdiciamos, gracias a la inopia, y
desinterés del Ministerio de Energía y Minas (MINEM) y como del organismo
regulador el Osinergmin.
VENTAJAS DE LA MASIFICACIÓN
Siempre hemos afirmado que la masificación del gas natural es un proceso
necesario para construir ventajas competitivas a favor de las familias y
empresas de las provincias del sur, centro y norte de nuestra patria, para acceder
a un energético barato, seguro y ambientalmente limpio.
Ello significaría para los hogares abonar a lo mucho 15 soles mensuales
equivalente por consumo de gas natural en lugar de S/ 38 soles o más por un
balón de GLP 10 kilos, combustible que está siendo doblemente subsidiado desde
diciembre del 2012, de allí la explicación para su creciente demanda, a pesar
del gran potencial gasífero que tenemos.
Según el cuadro “Situación de los Consumidores de Gas Natural en Lima y
Callao que son atendidos por la empresa Cálidda Gas Natural” nominalmente
habrían 755,834 usuarios de gas natural en la categoría de residencial A1 y A2
pero en verdad, la cifra es menor a los 600 mil pues está considerando los
consumidores potenciales que faltan conectar a la red.
Gracias a la masificación, en lugar de usar el balón de GLP la mayoría de
hogares usarían el gas natural en sus domicilios. Los usuarios no serían las
600 mil familias que ahora aparecen como consumidoras, y que no representan más
del 2 % de la demanda, sino tres o cuatro millones de familias de la costa y
sierra mediante un sistema de gasoductos físicamente construidos, pues los
gasoductos virtuales, es decir camiones cisternas constituyen paliativos, por
las limitaciones de carga en el transporte.
PARA LAS PEQUEÑAS EMPRESAS
Actualmente existen apenas 2,813 pequeños negocios comerciales en el
ámbito de Lima-Callao y algo en Ica que utilizan el gas natural, y que representan
el 0.77% de la demanda, cuando en el país existen cientos de miles de negocios
comerciales que aspiran a consumir gas natural.
Así por ejemplo, los pequeños negocios como las pollerías en lugar de
quemar el caro algarrobo que resulta siendo depredado en los bosques de la
costa, agravando el efecto del calentamiento global utilizarían el gas natural.
Los cientos de miles de pequeños talleres, las pequeñas y medianas
empresas consumirían el gas natural en lugar de pagar las elevadas tarifas de electricidad
( más de US $ 0.10 centavos por kW/H)
Tanto en el transporte público como privado del parque automotor, en lugar
de pagar por las gasolinas más de US $ 4 dólares por galón casi duplicando los
precios en los Estados Unidos de Norteamérica, el parque automotor podría usar
gas natural vehicular a precios promocionales, para sustituir nuestra
dependencia del GLP, diesel 2 que importamos en volúmenes crecientes.
Los efectos ambientales serían positivos para los consumidores pues el
diesel 2 limpio es importado y a pesar de la modernización de las refinerías de
La Pampilla de Repsol y Talara de PetroPerú a partir del 2021 seguiremos
dependiendo del diesel 2 en el transporte de carga pesado, omnibuses de
transporte interprovincial etc.
En el mismo sentido los miles de mototaxis que prácticamente es el
principal medio de transporte popular en especial en las provincias o en la
periferia de Lima, pudieran usar tanques de gas natural en lugar de las caras y
contaminantes gasolinas.
Por ahora existen 272 unidades o empresas que venden el Gas Natural
Vehicular (GNV) prestando servicios al parque automotor de Lima-Callao que
mediante gasocentros venden un promedio de 64 millones de pies cúbicos diarios
de gas natural, aproximadamente el 12 % de la demanda, en dura competencia con
el GLP para el transporte por una cuestión de precios.
Debiera ser evidente que dicha masificación de gas natural demandaría una
política deliberada de expansión, con subsidios directos y cruzados allí donde
convenga.
Por tanto, los recursos del FISE debieran ser utilizados en financiar la
masificación, con el agravante que durante el 2018 se han destinado más de US $
202 millones de dólares en la importación de GLP que se subsidia, que con la
masificación del gas natural se dejarían de comprar.
NEGOCIOS PRIVADOS
Sin embargo para las empresas privadas si la masificación del gas natural,
no resulta un buen negocio con utilidades importantes sencillamente se posterga
al infinito. Ello es lo que está aconteciendo después de 15 años de la llegada
del gas de Camisea a Lima.
En tal sentido, la extracción de los líquidos de gas natural de los lotes
88, 56 y 57 tienen prioridad sobre la explotación del gas natural, por los
altos márgenes de utilidad que generan la obtención de GLP en las plantas de
fraccionamiento de Pisco bajo responsabilidad de Pluspetrol, Pariñas/Talara con
Savia y Graña y Montero en Piura.
Es lo que está pasando ahora. Por ello, serán “sueños de opio” los gasoductos del sur, la petroquímica básica, el nodo energético en
el sur (Ilo/Mollendo), el tendido de los ductos por las principales ciudades
del Perú.
Mientras el estado peruano no recupere la soberanía sobre los recursos
energéticos será una ilusión desarrollar la petroquímica básica como la
producción de urea y nitrato de amonio, que se aprovecha a partir de la
fractura química del gas metano contenido en el gas natural.
UREA Y NITRATO DE AMONIO
Si se aspira al desarrollo de una agricultura para la exportación,
teniendo un motor para el crecimiento económico sostenido en la agroindustria
se requiere buenos fertilizantes.
Para alcanzar dos cosechas en el año y reponer las energías gastadas de la
tierra y superar las ventas de uvas, alcachofas, paltas, berries, mangos,
plátanos, etc, que generan ingresos pero sobre todo empleo en las provincias,
se requiere de un fertilizante de primer nivel como la urea que hoy por hoy
importamos desde Ucrania, en volúmenes superiores a las 400 mil toneladas
anuales.
La agricultura intensiva de exportación demanda agua, riego tecnificado,
mano de obra calificada y un fertilizante como la urea que se obtiene a partir
del aprovechamiento del gas metano contenido en el gas natural.
Por tanto, mientras los precios del gas natural no sean competitivos para
el capital industrial, será una ilusión el desarrollo de la química básica. Es
decir, si “los dueños de las moléculas” del gas en este caso el Consorcio
Camisea imponen un precio alto al gas como insumo, será imposible la
industrialización del gas natural, que resulta una mezcla del gas metano (90%)
y etano (10%).
En el mismo sentido, en la fabricación de nitrato de amonio, un explosivo
de utilización masiva en la exploración minera y petrolera para las actividades
de sísmica y en la perforación minera que necesita explosivos de calidad, se
tienen que importar en volúmenes crecientes.
En tal sentido, el liderazgo de nuestro país en la producción minera
ganaría ventajas competitivas si se llegase a producir internamente nitrato de
amonio a precios atractivos con las perpectivas de exportación.
Para ello el precio del gas natural no puede ser abusivamente alto que
desaliente la inversión industrial como sucedió en la década pasada, cuando el
precio fue fijado por encima de los US $ 6 dólares el millón de BTU, y cuando
el precio del gas natural en el marcador Henri Hub precio vigente en el mercado
norteamericano se derrumbó (2008), prácticaemente se hizo inviable la inversión
en petroquímica básica en nuestro país.
SOBERANÍA CUESTIONADA
La necesaria masificación del gas natural en el país debiera asumirse como
una forma de integración nacional, mediante la energía barata y segura en el
siglo XXI. Integración energética, ventajas competitivas, ganancias
ambientales, autonomía energética, química básica, creciente parque automotor
con GNV, precios baratos de la energía no debieran ser quimeras, ni sueños de
opio si hubiera voluntad política para alcanzar el desarrollo económico.
Todo ello será una vana ilusión si el Estado a nombre de la Nación no
recupera la soberanía y disponibilidad sobre nuestros recursos energéticos, es
decir la capacidad de decisión sobre los hidrocarburos.
Mientras el Estado no recupere la plena soberanía sobre los recursos
hidrocarburíferos seremos testigos de cómo del país se exportan hacia México y
terceros países volúmenes superiores a los 450 millones de pies cúbicos diarios
de gas natural del lote 56 de Camisea a precios deprimidos con regalías
miserables para el fisco.
GAS ELÉCTRICO SUBSIDIADO
Con la información correspondiente existen 22 empresas eléctricas que
utilizan el gas natural proveniente sobre todo del lote 88 que tiene precio
regulado, entiéndase barato no más de US $ 1.60 por millón de BTU en boca de
pozo, cuando en otros países por la misma unidad de calor tienen que abonar más
de US $ 6 a 8 dólares por millón de BTU, con lo cual podemos señalar que esta
realidad constituye un subsidio para las empresas eléctricas.
Estas 22 empresas de generación eléctrica demandan un promedio de 331
millones de pies cúbicos diarios de gas natural, y corresponden a la categoría
tarifaria de GE que vende electricidad al mercado regulado que somos más de
siete millones de usuarios por medio de las empresas de distribución y los
clientes libres entre que compran directamente su energía.
Lo cierto y evidente es que estas 22 empresas de generación térmica queman
el gas natural de Camisea en la producción de electricidad. Entre ellas
destacan Enel Generación Perú con una demanda máxima de 137 millones de pies
cúbicos diarios (MMPCD), Engie Energía Perú con una máxima demanda de 139
millones (MMPCD) , Kallpa Generación con una demanda máxima de 150 millones de
pies cúbicos diarios, entre las más importantes.
EPÍLOGO
Debiera ser evidente que la masificación del gas natural para el consumo
residencial no constituye negocio alguno para las empresas privadas
responsables tanto en la producción como en la distribución mientras no
obtengan márgenes de rentabilidad importantes.
Por ello, las poblaciones urbanos marginales de Lima, con los distritos
más poblados como San Juan de Lurigancho, Villa María del Triunfo o Villa El
Salvador entre otros verán pasar el ducto de gas, sin conectarse por los altos
costos de conexión y acometida domiciliaria, que debiera ser subsidado por el
estado como sucede en otras experiencias como Bolivia y Colombia.
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