lunes, 24 de octubre de 2016

PETROPERÚ Y LA IDELOLOGÍA "ZOMBIE"

Por: Humberto Campodónico*
Publicado en: La República (24/10/2016)

El Perú es uno de los países donde todavía vive el Consenso de Washington, a pesar de que está bien muerto y enterrado en casi todos los países de la región y, también, en el propio Washington. Ya queda claro que el boom de crecimiento exportador de materias primas poco o nada tuvo que ver con las políticas económicas ortodoxas, por dos razones.

Uno, porque todos los países crecieron, incluidos los heterodoxos como Bolivia y Ecuador. Y, dos, porque ese crecimiento se debió al “boom” chino, país que impactó a todo el planeta con su sistema de economía mixta (Estado y mercado), lo que se acrecentó con su entrada a la Organización Mundial de Comercio en el 2001.

Uno de los ejes de la ideología “zombie” que es ahora el CdeW es la repulsión a las empresas públicas, porque sí. No reconocen el rol que tuvieron, y siguen teniendo, en el boom económico chino. ¿Por qué lo que funcionó allá, no puede funcionar acá? No solo eso. Hasta el FMI reconoce el rol positivo que estas juegan en varios países, sobre todo en la mejora de los ingresos tributarios.

Pero acá eso no se admite. Ni siquiera cuando al frente de Petroperú está un empresario minero como Augusto Baertl. Basta que se haya pronunciado a favor de relanzar a Petroperú para que reciba sendos ataques, lo que incluye en primera línea al diario El Comercio, inclusive en sus editoriales.

Para traerse abajo Petroperú, uno de los ejes ha sido que el monto de inversión en la Refinería de Talara se ha incrementado enormemente. No. El monto es el mismo: US$ 2,730 millones para la propia refinería; US$ 800 millones para las obras a cargo de terceros (obras como planta de desalinización de agua de mar y una generadora eléctrica, planta de desulfurización).

Además, US$ 500 millones a cargo de Petroperú, imputables a los costos del proyecto desde su inicio (como las compras de las licencias de equipos a Exxon Mobil y Axen y la ingeniería de detalle). Se incluyen, también, las obras preliminares y tanques de almacenamiento de petróleo y combustibles con capacidades superiores a los 300,000 barriles, necesarios por el aumento de capacidad de la refinería.

Bastó que el ingeniero Baertl le sumara a estas cifras el costo del financiamiento (los intereses) para que recomenzaran los ataques, diciendo que esa era una “nueva cifra”). Otro ataque es que el proyecto no está financiado (esto viene de otra orilla ideológica), pues “aún no sale la emisión de bonos de US$ 1,000 millones ni el aval de CESCE de España a un crédito sindicado de US$ 1,450 millones.

Cierto, esos créditos aún no han salido, pero se está trabajando en ellos y en eso está la nueva dirección de Petroperú. Ahora bien, si confiábamos en que todos los créditos hubieran estado listos desde el Día 1, entonces tendríamos 0% de avance en la inversión. Dicho de otra manera, la derecha privatizadora hubiera obtenido exactamente lo que quería: matar al proyecto antes que nazca.

Por eso, es importante constatar que hoy la Refinería de Talara tiene un 47% de avance. De las 256 órdenes de compra de los equipos ya se han hecho 252 y 650 de ellos ya llegaron a Talara, muchos de ellos a través del muelle seco construido para recibirlos. De los US$ 2,730 millones de inversión, US$ 1,500 millones serán invertidos por empresas peruanas en la infraestructura y en obras civiles, lo cual ha dinamizado toda la economía regional.

También se dice que la refinería está sobrevaluada pues los costos por barril son mayores que en refinerías de otras partes del mundo., Aquí hay ignorancia y también mucha “mala leche”. Se menciona por ejemplo a la refinería Prairie de Dakota del Norte (EEUU), pero no se dice que esta es una refinería de solo 20,000 barriles diarios y que solo va a producir diesel. En Talara se va a aumentar la capacidad de 60,000 a 90,000 barriles diarios y va a tener lo que se llama una “alta conversión”, pues va a procesar petróleo pesado, además que eliminará el contenido de azufre del petróleo, para que este sea más limpio.

Otro tema de ataque son los derrames del Oleoducto Norperuano (ONP). Hemos dicho y repetido que no queremos que se derrame una gota más de petróleo, que contamina la flora y fauna y los propios alimentos de las comunidades nativas. Dicho esto, ahora se sabe que 5 de los últimos 7 derrames han sido producidos por “daño mecánico” debido a cortes con sierra.

Esto no reduce la responsabilidad de Petroperú, que deberá redoblar sus inversiones y programa de mantenimiento para que ello no se produzca. Pero de ello no hablan los detractores interesados de Petroperú ni tampoco de todo el eje estratégico que significa el oleoducto, pues podrá transportar petróleo del Ecuador.

Finalmente, y lo más importante. El nuevo directorio plantea que Petroperú vuelva a explotar petróleo del Lote 192 y del Lote 64, de su propiedad. Esto es lo que más atacan pues significa la consolidación de la empresa y su viabilidad económica. Todo eso es lo que no quieren los defensores de la ideología “zombie” del CdeW y que hoy han planteado que se investigue a Talara en el Congreso. Muy bien. Habrá la oportunidad de rebatirlos en ese foro.

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viernes, 7 de octubre de 2016

RENTABILIDADES COMPARATIVAS: PETROPERÚ Y REFINERÍA LA PAMPILLA (Repsol)-

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

A pesar de la leyenda negra sobre la rentabilidad de PetroPerú sirva la comparación con la competencia en el mercado de combustibles identificada con la Refinería La Pampilla cuyo mayor accionista es la transnacional española Repsol, unidad de PetroPerú que fue privatizada en 1996 a precios de remate.

En conjunto ambas determinan aproximadamente el 86 por ciento de las ventas de combustibles en el mercado interno, con la salvedad que Repsol participa en los negocios de Camisea tanto en la explotación de los lotes 88, 56, y 57, como en una cadena de grifos propios de la distribución minorista.

Si se tiene presente que en junio de 1996 se vendió el 60 por ciento de las acciones de la Refinería La Pampilla en el proceso privatizador por un valor de 180.5 millones de dólares, al Consorcio Refinadores del Perú S.A., donde 38 millones de dólares correspondían a títulos, papeles de deuda externa que fueron comprados a precios de “huevo roto”, y reconocidos al 100 por ciento de su valor por la COPRI, hoy Proinversión, el organismo responsable de promover las privatizaciones.

Al tipo de cambio promedio vigente a la venta al sector privado  de la mayoría accionaria de la Refinería La Pampilla los 180.5  millones de dólares resultaban equivalentes en esa época a un valor en soles de 443.4 millones, con mínimos compromisos de inversiones de 10 millones de dólares por año durante cinco años, es decir un total 50 millones de dólares. ¡Es decir todo un regalo!  

Como se puede observar en el cuadro respectivo de los “Estados Financieros Comparados de PetroPerú y Refinería La Pampilla” entre 1997 al 2015, es claramente evidente que la petrolera estatal es más rentable y más eficiente frente a la competencia, a pesar del discurso liberal.

La Refinería de Talara con una capacidad de refino de 65 mil barriles diarios, con una mayor capacidad en su planta de craqueo catalítico tiene un mayor rendimiento refinero que La Pampilla, produciendo mayores condensados medios y menores volúmenes de petróleos industriales. Es más, entre la refinería de Talara y Ref. Conchán con una capacidad de 13 mil barriles diarios, existen sinergias técnicas, pese a una distancia geográfica de 1,200 kilómetros del principal mercado determinado por la demanda de la ciudad capital, puede competir en precio y calidad con los derivados de La Pampilla.

RENTABILIDADES COMPARADAS
La información económica es contundente PetroPerú es más importante en cuanto a la generación de ingresos y rentabilidad, en relación a la Refinería La Pampilla (Repsol), que siendo más moderna tiene una mayor capacidad de refinación de 102 mil  barriles diarios, produce mayores volúmenes de residuales que se tienen que exportar, entre otros países a Chile, que los refina en las unidades refineras de ENAP, la petrolera estatal de dicho país.

Al primer año de la privatización, 1997 PetroPerú generó ingresos del orden de 3,484 millones de soles, con una rentabilidad operativa de 418 millones de soles y una utilidad neta de 266 millones de soles.

En cambio para el mismo año, Refinería La Pampilla, obtuvo ingresos del orden de 2,061 millones de soles, utilidades operativas es decir las utilidades antes de participaciones e impuestos por un valor de 241 millones de soles, y las utilidades residuales es decir las netas fueron equivalentes a 144 millones de soles.

A sabiendas que los estados financieros auditados no reflejan la verdadera utilidad pues existen una serie de mecanismos contables y tributarios para escamotear la real utilidad. Con los datos oficiales presentados por la propia empresa en sus memorias, se podría decir que el monto pagado de 443.4 millones de soles por la mayoría accionaria de La Pampilla en junio de 1996, prácticamente se recuperó en los primeros cuatro años, si se suman las utilidades netas que hacen un total de 442 millones de soles (1997/2000).

Debiera ser evidente que la rentabilidad real en ambas empresas debiera ser mayor si se suman las deducciones que se cargan al costo por concepto de depreciaciones y amortizaciones, más las partidas inusuales que se le cargan a la petrolera estatal por la intervención de los gobiernos de turno.

En la mayor parte de los años la rentabilidad tanto operativa como neta de PetroPerú supera a la competencia de la Refinería La Pampilla (Repsol) como se puede observar en el cuadro respectivo.
Un caso especial lo constituye los resultados económicos del 2008, durante el segundo gobierno aprista cuando los precios internacionales del crudo se derrumbaron de 100 dólares en promedio a menos de la mitad, por la crisis financiera mundial. En dicho año, la utilidad operativa de PetroPerú fue positiva con 87 millones de soles mientras la competencia declaraba 242 millones de pérdidas operativas. 

Sin embargo, para el mismo año de 2008 la petrolera estatal declara pérdidas netas del orden de 457 millones de soles y la refinería La Pampilla asume pérdidas netas menores por 232 millones de soles. Esta situación se explica en razón que PetroPerú no pudo trasladar a los precios de los combustibles la volatilidad de los precios. Es decir, PetroPerú importó crudo y volúmenes de diesel a precios altos, pero tuvo que venderlos por debajo del precio de adquisición para no afectar a los consumidores.
Situación similar ocurrió en 2014 cuando ambas empresas declaran pérdidas operativas y netas en razón a la volatilidad de los precios internacionales del petróleo y derivados. Aunque las pérdidas netas en PetroPerú son menores en relación a La Pampilla, y nadie le dice ineficiente a Repsol, a pesar que casi el 20 por ciento de sus ingresos constituyen acciones de los fondos privados de pensiones (AFPs)

Por último en el 2015 si bien los ingresos por ventas disminuyen en ambas empresas siguiendo las tendencias bajistas del precio del petróleo a nivel internacional, la utilidad neta de PetroPerú fue del orden de los 503 millones de soles mientas La Pampilla (Repsol) declaró solamente 65 millones de soles.
Es más, en el primer semestre del 2016 los ingresos, utlidades operativas y netas de PetroPerú resultan superiores a los obtenidos por la Refinería La Pampilla. Si la petrolera estatal obtuvo 587 millones de soles por utilidades operativas, Rf. La Pampilla generó 185 millones de soles. En el mismo sentido, a nivel de utilidades netas la competencia declaró 115 millones de soles y PetroPerú más de 451 millones de soles, sin embargo no se cuestiona el comportamiento económico de Repsol, que afecta a miles de futuros pensionistas de los fondos privados.

EPÍLOGO
Con esta información debemos levantar parte de la leyenda negra de PetroPerú como empresa estatal en relación a la competencia con una empresa privada como Repsol que administra la Refinería La Pampilla. 

Lo cierto y evidente es que PetroPerú genera mayores ingresos en razón de satisfacer el mercado interno allí donde no ingresa el privado. No solamente es más rentable a nivel operativo y neto en el período 1997/2015 con las excepciones explicadas, sino que también contribuye en una mayor proporción en el impuesto a la renta en relación a la competencia. Es decir, es mejor contribuyente.
A PetroPerú como a Tupac Amaru la han descuartizado, y la pretenden liquidar lentamente, pues le cargan una serie de pasivos, lesivos contratos y partidas inusuales, y sigue siendo rentable a pesar de todo ello, mas estas utilidades serían insuficientes para la modernización de la Refinería Talara, Oleoducto Norperuano y otras inversiones necesarias; sin acceso a la integración vertical, todo lo demás es una ilusión.