viernes, 30 de diciembre de 2016

POR UN FOCAM MÁS JUSTO

IN MEMORIAM DE EULOGIO VILA MONTAÑO

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

La historia de los pueblos se forja en la lucha cotidiana en la defensa de los pobres y humillados en nuestro país y en el mundo, pero esta no siempre aparece registrada en la historia y memoria oficial. Por ello es de justicia reconocer y rendir homenaje a los líderes, a los forjadores, a los promotores de leyes que siendo autoridades locales supieron calar en la memoria y corazón de sus pobladores, para juntos luchar por mayores recursos y obtener un mayor bienestar a partir de la redistribución de la riqueza generada, en este caso por la explotación del gas de Camisea.

Por ello, ante la temprana desaparición física de personalidades como Eulogio Vila Montaño lamentablemente fallecido el 25 de diciembre del presente es de justicia reconocer, recordar sus éxitos, méritos, su trabajo indesmayable en defensa de los campesinos de la provincia ayacuchana de La Mar, y del conjunto del campesinado de las regiones más pobres como Ayacucho y Huancavelica, a pesar de ser una autoridad de una provincia olvidada, sin estudios universitarios, pero gracias a una innata capacidad, honradez en el manejo de los recursos, y la sabiduría propio de los runas pudo realizar 12 años de gestión positiva como alcalde provincial, con transcendencia histórica que muchos políticos tradicionales quisieran.

Por ello, nuestro país en especial las regiones de Ayacucho, Huancavelica, Ica, región Lima, y Ucayali, nunca deben olvidar la memoria de Eulogio Vila Montaño, que desde la modesta alcaldía provincial de La Mar, prácticamente la entrada natural al VRAE, pudo encabezar una lucha histórica para obtener mayores recursos para los pueblos, a partir de la riqueza creada gracias a la explotación del gas y líquidos de Camisea.

En tal sentido este artículo pretende por un lado rendir homenaje a un líder regional, trabajador infatigable, amoroso padre de familia, y de otro lado recordar el proceso por el cual se obtuvo el FOCAM, el llamado Fondo de Desarrollo Económico Social de Camisea, que se transfiere como una renta a las regiones mencionadas a partir de una participación sobre las regalías pagadas por los hidrocarburos extraídos de los lotes 88 y 56, a partir del 2005, donde tuve el privilegio de trabajar cercanamente al alcalde provincial Eulogio Vila, como asesor técnico en la propuesta legislativa que se promovió en su momento.

LA HISTORIA

Sería a mediados del 2004 cuando recibí una llamada telefónica del alcalde provincial de La Mar al cual no conocía, y por ese medio se me solicita una entrevista profesional en mi estudio al cual accedo gustoso, por varias razones profesionales, afectivas y políticas.

Como asesor en materia de tópicos del sector minero energético había acumulado una experiencia que potenció mis investigaciones en especial el haber sido asesor principal de la comisión de energía y minas del Congreso de la República en el período  2001/2003, siendo presidente de dicha comisión el extinto congresista aprista José Carlos Carrasco Távara.

En tal sentido, había un seguimiento al contrato de Camisea, una fiscalización e investigación sobre las diversas modificaciones contractuales que se hicieron a partir del 2003 para justificar una indebida exportación del gas proveniente del lote 56. Por ello, asesorar a un alcalde provincial en cuyo territorio se pagaban miserables montos por derechos de servidumbre por las mismas empresas que conformaban el Consorcio Camisea que también operaba en el transporte con el nombre de TGP, resultaba gratificante.

Si a ello se agrega los efectos perversos de la construcción del gasoducto, en especial por las precarias carreteras que se afectaban por el traslado de maquinaria y equipo pesado, y las propias  tuberías que formaban parte de la construcción del gasoducto que se iniciaba en el campo de Malvinas lote 88 y terminaba el Lurín al sur de Lima, me parecía una experiencia interesante, de allí mis viajes a las localidades de Huamanga, La Mar y Huanta.

Desde el punto de vista afectivo, mi identificación con el departamento de Ayacucho es de vieja data, pues siendo un adolescente de casi 13 años tuve la oportunidad de acompañar a mi  padre en 1964 a la provincia ayacuchana de Víctor Fajardo, en cuya capital  Huancapi viví casi dos meses pues mi viejo había sido nombrado agente fiscal, en una de las localidades más pobres y deprimidas del país.

Para un joven limeño de Barrios Altos, temprano lector de José María Arguedas gracias a las recomendaciones de mi padre Alejandro Manco Campos que había conocido personalmente al escritor en la Universidad de San Marcos, la experiencia vital fue fundamental para entender la profunda desigualdad social, económica, étnica y cultural existente en nuestro país, donde a nivel provincial no más de 5 familias detentaban más del 80 por ciento de las tierras. Allí la pobreza campesina era crónica, y los mecanismos de explotación eran propios de la hacienda colonial.

Por ello, involucrarme en un proceso social que debía significar una redistribución de la riqueza no solo para las provincias de Huanta y La Mar por donde se extiende la mayor proporción del ducto, sino una redistribución que también beneficiaría a las poblaciones esencialmente campesinas de las demás provincias ayacuchanas y de Huancavelica. Todo ello me parecía una noble causa que merecía mi participación.

Desde el punto de vista político involucrarme en una lucha redistributiva a partir de las regalías pagadas por la explotación del gas y líquidos de gas natural de los lotes 88 y 56 me parecía de justicia a favor de dos departamentos que habían experimentado los efectos de la guerra interna entre el estado peruano y Sendero Luminoso, donde los campesinos sufrieron en carne propia los excesos, abusos, desapariciones de las dos partes, pues era doctrina en las fuerzas armadas, la aplicación de los principios de la “guerra sucia”. De otro lado, las huestes de Sendero imponían el terror en las comunidades campesinas, si no se alineaban con el partido del camarada Gonzalo.

Ante ello, una redistribución de la riqueza creada a partir de la explotación de los hidrocarburos de Camisea tenía y tiene un efecto compensador ante el secular atraso, en los departamentos considerados en los mapas de pobreza como los más pobres, tales como Ayacucho y Huancavelica. En cierto sentido, también expresaba una reindivicación histórica, al margen que en los campos de La Quinua cercana a la capital de Huamanga se selló la independencia política frente a España un 9 de diciembre de 1824.

Por tal motivo, los ingresos obtenidos y transferidos por el FOCAM deben ser concebidos como una oportunidad de desarrollo, para los gobiernos locales y regionales más las universidades públicas de las regiones por donde atraviesa el gasoducto de Camisea, con excepción de la región de Ucayali que obtuvo el 2 por ciento de las regalías, después de una paralización general.

¿CÓMO SE OBTUVO?

En el 2004 muy pocos eran los convencidos en el éxito de las gestiones de Eulogio Vila y el frente de defensa que se aglutinaba a su alrededor. Incluso las autoridades regionales de ese entonces subestimaban la capacidad movilizadora de esta noble causa que tenía el liderazgo natural del alcalde provincial.
En tal sentido, tras múltiples reuniones, asambleas en Huamanga, en San Miguel capital provincial de La Mar, y las coordinaciones con diversos alcaldes provinciales de Ayacucho y Huancavelica, se presentó el proyecto del FOCAM al Congreso de la República hacia fines del 2004, contando con el valioso apoyo de congresistas del partido de Perú Posible como Glodomiro Sánchez,  Walter Alejos, y de Jorge Mufarech que condicionó su apoyo con la incorporación de la Región Lima entre los posibles beneficiados.

Así, con el frente interno fortalecido con sendas asambleas y movilizaciones, más una franciscana pero efectiva campaña de prensa, con reuniones de trabajo en las comisiones parlamentarias de energía y minas, economía y presupuesto, el 23 de diciembre  del 2004 se promulga la ley del Fondo de Desarrollo Socioeconómico de Camisea (FOCAM), Ley Nº 28451 que resulta un fondo destinado a contribuir al desarrollo sostenible de los departamentos por donde pasan los ductos principales conteniendo los hidrocarburos de los lotes 88 y 56, mejorando el bienestar de las comunidades involucradas.

Todo este trabajo no hubiese sido posible sin la participación de Eulogio Vila Montaño que desde su liderazgo como alcalde y personalidad respetada por los campesinos más pobres, pudo reunirse con todos los representantes de las fuerzas políticas para obtener una norma que prácticamente no tuvo mayor oposición, pues no se creaba ningún impuesto dado que apuntaba a una redistribución de las regalías a favor de las regiones involucradas.

EPÍLOGO

Por último, sirva el cuadro expuesto sobre el total de transferencias por concepto del FOCAM desde el 2005 a partir de mayo hasta el 2016, para los departamentos de Ayacucho, Región Lima, Ica, Ucayali y Huancavelica, donde de una inicial transferencia de 62.8 millones de soles se alcanzaron mayores cifras en la medida que se involucró a partir de setiembre del año 2008 la producción proveniente  del lote 56, y a partir del mes de agosto del 2010 se sumó la producción para la exportación de ese mismo lote, alcanzando el FOCAM los 317.9 millones de soles.

Si bien en los años 2015 y 2016 se experimenta una fuerte disminución  del FOCAM arribando a cifras de 279.2 y 278 millones de soles respectivamente en razón de los menores precios de los líquidos de gas natural a nivel internacional, no deja de ser una irracionalidad que la región rica de Lima Provincias perciba relativamente más que Ayacucho y Huancavelica, gracias a la ponderación de su mayor población.

Sin lugar a dudas la ley del FOCAM merece ser mejorada y actualizada a favor de las provincias más pobres sobre todo andinas. Que se deben revisar los coeficientes de ponderación entre la denominada población urbana y rural, resaltando los indicadores de pobreza extrema para hacer un FOCAM más justo y equitativo.

En ese mismo sentido, se debe incorporar como parte del FOCAM una participación del impuesto a la renta que paga el Consorcio Camisea por las operaciones de explotación y también del impuesto a la renta que se abona por la actividad del transporte por medio de la empresa TGP. Es decir, se deben hacer una serie de mejoras a una norma que significó “sangre, sudor y lágrimas” para la población ayacuchana en especial de la provincia de La Mar.

Todo ello no hubiese sido posible sin la participación del ex alcalde y amigo Eulogio Vila Montaño, que ahora descansa en paz y cuya lucha contra la pobreza debe ser fortalecida para hacer de nuestro Perú, “un país de todas las sangres”



miércoles, 9 de noviembre de 2016

PERÚPETRO: ¿PROMOCIÓN CON GRANJERÍAS?

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

El subsector de hidrocarburos atraviesa por una grave situación, en especial lo referente a la producción de petróleo que sigue en caída libre ante la indolencia y pasividad del organismo promotor de la inversión, como es Perúpetro y del ministerio de Energía y Minas cuyo máximo responsable era hasta julio del 2016, gerente general de Macroconsult S.A., la empresa de asesoría y consultoría a favor de las más importantes empresas del sector.

Al respecto se debe recordar que en los inicios de los años noventa del siglo pasado se creó Perúpetro como organismo promotor de la inversión y supervisor de los contratos de hidrocarburos, y se justificó la privatización fragmentada  de PetroPerú con el falaz argumento de incrementar la producción y reservas de petróleo en el país. Por el contrario, por la falta de la inversión de riesgo, la avaricia de los inversionistas, la corrupción en el organismo regulador y la especulación empresarial, la producción interna de crudo bordea a la fecha los 40 mil barriles diarios. 

Es más, algunos demandan que se declare el sector “en emergencia”, a pesar que la producción viene disminuyendo desde la década de los noventa del siglo pasado, y se recomiendan una serie de medidas para estimular la inversión privada, entre las más importantes y usuales es una disminución de la tasa de regalías para la producción de petróleo proveniente de los nuevos pozos de desarrollo que se perforen en los próximos tres años,  y la producción que resulte de la reactivación de pozos en todos los lotes actualmente en explotación.

En concreto, según la reciente exposición del Ing. Zoeger Nuñez Presidente de Perúpetro en el Congreso de la República (26/10/16) se pretende disminuir la tasa de regalías a una franja de 5 por ciento a 20 por ciento en los lotes de explotación en la costa norte, selva norte y selva central, con el argumento de aumentar la producción.

En verdad, se pretende disminuir graciosamente la tasa de regalías sin compromisos de inversión explícitos como sí fue el caso de la Ley Nº 28109, “Ley Para la Promoción de la Inversión en la Explotación de Recursos y Reservas Marginales de Hidrocarburos” (2003), donde las regalías dejadas de pagar al fisco eran reinvertidas íntegramente y adicional a ello, las empresas asumían el compromiso de invertir un monto equivalente de capital fresco. Todo ello cuando el contexto de precios del crudo apenas superaba los 30 dólares el barril y la producción era de un poco más de 87 mil barriles diarios.

Con esta norma se pretendía incrementar la producción interna de petróleo para atenuar el déficit comercial de la balanza de hidrocarburos. Esto fue una realidad en los lotes que se acogieron a la promoción (X, II, III y IV), en una ley que absurdamente tuvo un cortísimo plazo de vigencia por argucias legales, pues dicha norma solo se aplicó por sesenta días. En tal sentido, debía ser actualizada mediante un decreto supremo con aplicación inmediata si de verdad, se pretende promover la inversión y aumentar la producción.

Al aumentar la  producción en los viejos y declinantes campos de Talara, en el período 2004/2009 el canon y sobrecanon para Piura y Tumbes se incrementó, igualmente fueron crecientes los impuestos, el empleo y la demanda de equipo para la recuperación secundaria, retrabajos,  reactivación de pozos ATA que son los  pozos cerrados temporalmente  por razones económicas. Es decir, la ley Nº 28109 con precios internacionales menores a los vigentes actualmente tuvo un efecto multiplicador, comprometiendo montos de inversiones reales superiores a los pactados en la promoción.

En tal sentido, sería una granjería más de Perúpetro y del Ministerio de Energía y Minas promover normas que disminuyan las tasas de regalías sin fijar compromisos de inversiones en función de las regalías dejadas de pagar, con el claro objetivo de valorizar determinados contratos con futuras asociaciones y ventas de participaciones. 

Desde el punto de vista capitalista y del interés público, lo correcto debiera ser la devolución de los lotes al Estado por inviabilidad económica para su pronta licitación internacional, donde será el mercado quien fije la real tasa de regalías. 

En todo caso, resulta extraño esta realidad pues si con los precios actuales del petróleo las empresas petroleras obtienen pérdidas económicas y por ello se justifica el cierre de operaciones, el despido de personal etc. cuando en la década pasada con precios menores a los actuales las mismas tenían beneficios al margen de las depreciaciones y amortizaciones que se cargan al costo. Ello exige la mayor transparencia en la estructura de costos por parte de Perúpetro, pues al margen que las regalías se deducen como gasto tributariamente, una tasa menor de regalías hace más atractivo el contrato para las empresas rentistas.

RADIOGRAFÍA DEL SECTOR PETROLERO

El cuadro que presentamos ilustra la producción trianual interna de petróleo desde 1997 al 2016 (a julio) donde se puede observar las tendencias decrecientes de la producción de petróleo crudo expresado en miles de barriles por día calendario. Como también disminuyen los valores de las regalías pagadas al fisco que tienen su pico en el 2009 y 2012 con montos superiores a los 651 millones de dólares gracias al efecto precio, a pesar de la menor producción de crudo.

Por el contrario los precios internacionales medidos por el marcador WTI en el período 1997 al 2016 tienen una tendencia alcista en los años 2003 al 2012 durante los años del boom de precios, que lamentablemente no se aprovecharon para asegurar los mayores montos de inversión, sobre todo de riesgo para descubrir mayores reservas de petróleo.

En tal sentido, un indicador válido del comportamiento de las inversiones de riesgo se expresa en el número de pozos perforados de exploración, donde en el 1997 se perforaron 10 pozos para disminuir en el 2003 a un nivel de apenas 3 pozos exploratorios. Con mejores precios internacionales la perforación exploratoria mejoró en los años del 2006, 2009 y 2012 con un número de perforaciones exploratorias de 8 pozos, 6 y 9 respectivamente como se puede notar en el cuadro.

Con el derrumbe de los precios internacionales en el 2014, 2015 y en lo que va del 2016 cuando los precios resultan menores a los 50 dólares el barril, la perforación exploratoria de riesgo prácticamente se paraliza, tan es así que según la información oficial en el 2016 no se perfora ningún pozo de riesgo, que es la actividad que el país demanda.

Al respecto si se trata de promover la inversión, el país necesita un marco promotor integral con estudios comparativos de experiencias exitosas en países vecinos como Colombia. Donde con una tasa de regalías que fluctúa entre el 8 y 12 por ciento la producción diaria araña el millón de barriles, con un número de pozos exploratorios que varía entre los 70 a 90 pozos de riesgo por año, teniendo a la petrolera estatal colombiana  Ecopetrol como principal protagonista con una producción propia de casi 700 mil barriles diarios.

Hace dos décadas atrás la situación de hidrocarburos en el país de la cumbia y vallenato era tan crítica como la nuestra con el agregado de los conflictos sociales, guerrilla interna, narcotráfico. Sin embargo, con una geología parecida a la del Perú dicho país aseguró el crecimiento y la sostenibilidad del subsector petrolero, con reglas claras, regalías promocionales,  vocación de la clase política en respaldo de la petrolera estatal, en el marco de una visión nacional de desarrollo compatible con las políticas de “libre mercado”

Todo lo contrario  en nuestro país donde se ahoga a PetroPerú, a la cual se le mezquina la integración vertical con producción propia por más mínima que sea. A la petrolera estatal se la somete a una serie de contratos lesivos e irracionales que ninguna empresa privada toleraría, sin embargo genera utilidades y hoy se encuentra jaqueada por una serie de atentados criminales que perforan el Oleoducto Norperuano y merma su rentabilidad.

Se podría decir, que desde el escándalo de los “petroaudios” en el 2008 con precios del crudo bordeando los 100 dólares el barril a la fecha,  el país en materia petrolera  experimenta una larga agonía que la asumen los trabajadores que son despedidos, las regiones que perciben menores montos de canon y sobrecanon, las universidades públicas de Piura, Tumbes, Loreto y Ucayali, y los consumidores en general que financian en última instancia las crecientes importaciones de petróleo y derivados. Y pensar que hace más de dos décadas por pura ideología se privatizaron los lotes petroleros de PetroPerú para supuestamente aumentar la producción. 





















lunes, 24 de octubre de 2016

PETROPERÚ Y LA IDELOLOGÍA "ZOMBIE"

Por: Humberto Campodónico*
Publicado en: La República (24/10/2016)

El Perú es uno de los países donde todavía vive el Consenso de Washington, a pesar de que está bien muerto y enterrado en casi todos los países de la región y, también, en el propio Washington. Ya queda claro que el boom de crecimiento exportador de materias primas poco o nada tuvo que ver con las políticas económicas ortodoxas, por dos razones.

Uno, porque todos los países crecieron, incluidos los heterodoxos como Bolivia y Ecuador. Y, dos, porque ese crecimiento se debió al “boom” chino, país que impactó a todo el planeta con su sistema de economía mixta (Estado y mercado), lo que se acrecentó con su entrada a la Organización Mundial de Comercio en el 2001.

Uno de los ejes de la ideología “zombie” que es ahora el CdeW es la repulsión a las empresas públicas, porque sí. No reconocen el rol que tuvieron, y siguen teniendo, en el boom económico chino. ¿Por qué lo que funcionó allá, no puede funcionar acá? No solo eso. Hasta el FMI reconoce el rol positivo que estas juegan en varios países, sobre todo en la mejora de los ingresos tributarios.

Pero acá eso no se admite. Ni siquiera cuando al frente de Petroperú está un empresario minero como Augusto Baertl. Basta que se haya pronunciado a favor de relanzar a Petroperú para que reciba sendos ataques, lo que incluye en primera línea al diario El Comercio, inclusive en sus editoriales.

Para traerse abajo Petroperú, uno de los ejes ha sido que el monto de inversión en la Refinería de Talara se ha incrementado enormemente. No. El monto es el mismo: US$ 2,730 millones para la propia refinería; US$ 800 millones para las obras a cargo de terceros (obras como planta de desalinización de agua de mar y una generadora eléctrica, planta de desulfurización).

Además, US$ 500 millones a cargo de Petroperú, imputables a los costos del proyecto desde su inicio (como las compras de las licencias de equipos a Exxon Mobil y Axen y la ingeniería de detalle). Se incluyen, también, las obras preliminares y tanques de almacenamiento de petróleo y combustibles con capacidades superiores a los 300,000 barriles, necesarios por el aumento de capacidad de la refinería.

Bastó que el ingeniero Baertl le sumara a estas cifras el costo del financiamiento (los intereses) para que recomenzaran los ataques, diciendo que esa era una “nueva cifra”). Otro ataque es que el proyecto no está financiado (esto viene de otra orilla ideológica), pues “aún no sale la emisión de bonos de US$ 1,000 millones ni el aval de CESCE de España a un crédito sindicado de US$ 1,450 millones.

Cierto, esos créditos aún no han salido, pero se está trabajando en ellos y en eso está la nueva dirección de Petroperú. Ahora bien, si confiábamos en que todos los créditos hubieran estado listos desde el Día 1, entonces tendríamos 0% de avance en la inversión. Dicho de otra manera, la derecha privatizadora hubiera obtenido exactamente lo que quería: matar al proyecto antes que nazca.

Por eso, es importante constatar que hoy la Refinería de Talara tiene un 47% de avance. De las 256 órdenes de compra de los equipos ya se han hecho 252 y 650 de ellos ya llegaron a Talara, muchos de ellos a través del muelle seco construido para recibirlos. De los US$ 2,730 millones de inversión, US$ 1,500 millones serán invertidos por empresas peruanas en la infraestructura y en obras civiles, lo cual ha dinamizado toda la economía regional.

También se dice que la refinería está sobrevaluada pues los costos por barril son mayores que en refinerías de otras partes del mundo., Aquí hay ignorancia y también mucha “mala leche”. Se menciona por ejemplo a la refinería Prairie de Dakota del Norte (EEUU), pero no se dice que esta es una refinería de solo 20,000 barriles diarios y que solo va a producir diesel. En Talara se va a aumentar la capacidad de 60,000 a 90,000 barriles diarios y va a tener lo que se llama una “alta conversión”, pues va a procesar petróleo pesado, además que eliminará el contenido de azufre del petróleo, para que este sea más limpio.

Otro tema de ataque son los derrames del Oleoducto Norperuano (ONP). Hemos dicho y repetido que no queremos que se derrame una gota más de petróleo, que contamina la flora y fauna y los propios alimentos de las comunidades nativas. Dicho esto, ahora se sabe que 5 de los últimos 7 derrames han sido producidos por “daño mecánico” debido a cortes con sierra.

Esto no reduce la responsabilidad de Petroperú, que deberá redoblar sus inversiones y programa de mantenimiento para que ello no se produzca. Pero de ello no hablan los detractores interesados de Petroperú ni tampoco de todo el eje estratégico que significa el oleoducto, pues podrá transportar petróleo del Ecuador.

Finalmente, y lo más importante. El nuevo directorio plantea que Petroperú vuelva a explotar petróleo del Lote 192 y del Lote 64, de su propiedad. Esto es lo que más atacan pues significa la consolidación de la empresa y su viabilidad económica. Todo eso es lo que no quieren los defensores de la ideología “zombie” del CdeW y que hoy han planteado que se investigue a Talara en el Congreso. Muy bien. Habrá la oportunidad de rebatirlos en ese foro.

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viernes, 7 de octubre de 2016

RENTABILIDADES COMPARATIVAS: PETROPERÚ Y REFINERÍA LA PAMPILLA (Repsol)-

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

A pesar de la leyenda negra sobre la rentabilidad de PetroPerú sirva la comparación con la competencia en el mercado de combustibles identificada con la Refinería La Pampilla cuyo mayor accionista es la transnacional española Repsol, unidad de PetroPerú que fue privatizada en 1996 a precios de remate.

En conjunto ambas determinan aproximadamente el 86 por ciento de las ventas de combustibles en el mercado interno, con la salvedad que Repsol participa en los negocios de Camisea tanto en la explotación de los lotes 88, 56, y 57, como en una cadena de grifos propios de la distribución minorista.

Si se tiene presente que en junio de 1996 se vendió el 60 por ciento de las acciones de la Refinería La Pampilla en el proceso privatizador por un valor de 180.5 millones de dólares, al Consorcio Refinadores del Perú S.A., donde 38 millones de dólares correspondían a títulos, papeles de deuda externa que fueron comprados a precios de “huevo roto”, y reconocidos al 100 por ciento de su valor por la COPRI, hoy Proinversión, el organismo responsable de promover las privatizaciones.

Al tipo de cambio promedio vigente a la venta al sector privado  de la mayoría accionaria de la Refinería La Pampilla los 180.5  millones de dólares resultaban equivalentes en esa época a un valor en soles de 443.4 millones, con mínimos compromisos de inversiones de 10 millones de dólares por año durante cinco años, es decir un total 50 millones de dólares. ¡Es decir todo un regalo!  

Como se puede observar en el cuadro respectivo de los “Estados Financieros Comparados de PetroPerú y Refinería La Pampilla” entre 1997 al 2015, es claramente evidente que la petrolera estatal es más rentable y más eficiente frente a la competencia, a pesar del discurso liberal.

La Refinería de Talara con una capacidad de refino de 65 mil barriles diarios, con una mayor capacidad en su planta de craqueo catalítico tiene un mayor rendimiento refinero que La Pampilla, produciendo mayores condensados medios y menores volúmenes de petróleos industriales. Es más, entre la refinería de Talara y Ref. Conchán con una capacidad de 13 mil barriles diarios, existen sinergias técnicas, pese a una distancia geográfica de 1,200 kilómetros del principal mercado determinado por la demanda de la ciudad capital, puede competir en precio y calidad con los derivados de La Pampilla.

RENTABILIDADES COMPARADAS
La información económica es contundente PetroPerú es más importante en cuanto a la generación de ingresos y rentabilidad, en relación a la Refinería La Pampilla (Repsol), que siendo más moderna tiene una mayor capacidad de refinación de 102 mil  barriles diarios, produce mayores volúmenes de residuales que se tienen que exportar, entre otros países a Chile, que los refina en las unidades refineras de ENAP, la petrolera estatal de dicho país.

Al primer año de la privatización, 1997 PetroPerú generó ingresos del orden de 3,484 millones de soles, con una rentabilidad operativa de 418 millones de soles y una utilidad neta de 266 millones de soles.

En cambio para el mismo año, Refinería La Pampilla, obtuvo ingresos del orden de 2,061 millones de soles, utilidades operativas es decir las utilidades antes de participaciones e impuestos por un valor de 241 millones de soles, y las utilidades residuales es decir las netas fueron equivalentes a 144 millones de soles.

A sabiendas que los estados financieros auditados no reflejan la verdadera utilidad pues existen una serie de mecanismos contables y tributarios para escamotear la real utilidad. Con los datos oficiales presentados por la propia empresa en sus memorias, se podría decir que el monto pagado de 443.4 millones de soles por la mayoría accionaria de La Pampilla en junio de 1996, prácticamente se recuperó en los primeros cuatro años, si se suman las utilidades netas que hacen un total de 442 millones de soles (1997/2000).

Debiera ser evidente que la rentabilidad real en ambas empresas debiera ser mayor si se suman las deducciones que se cargan al costo por concepto de depreciaciones y amortizaciones, más las partidas inusuales que se le cargan a la petrolera estatal por la intervención de los gobiernos de turno.

En la mayor parte de los años la rentabilidad tanto operativa como neta de PetroPerú supera a la competencia de la Refinería La Pampilla (Repsol) como se puede observar en el cuadro respectivo.
Un caso especial lo constituye los resultados económicos del 2008, durante el segundo gobierno aprista cuando los precios internacionales del crudo se derrumbaron de 100 dólares en promedio a menos de la mitad, por la crisis financiera mundial. En dicho año, la utilidad operativa de PetroPerú fue positiva con 87 millones de soles mientras la competencia declaraba 242 millones de pérdidas operativas. 

Sin embargo, para el mismo año de 2008 la petrolera estatal declara pérdidas netas del orden de 457 millones de soles y la refinería La Pampilla asume pérdidas netas menores por 232 millones de soles. Esta situación se explica en razón que PetroPerú no pudo trasladar a los precios de los combustibles la volatilidad de los precios. Es decir, PetroPerú importó crudo y volúmenes de diesel a precios altos, pero tuvo que venderlos por debajo del precio de adquisición para no afectar a los consumidores.
Situación similar ocurrió en 2014 cuando ambas empresas declaran pérdidas operativas y netas en razón a la volatilidad de los precios internacionales del petróleo y derivados. Aunque las pérdidas netas en PetroPerú son menores en relación a La Pampilla, y nadie le dice ineficiente a Repsol, a pesar que casi el 20 por ciento de sus ingresos constituyen acciones de los fondos privados de pensiones (AFPs)

Por último en el 2015 si bien los ingresos por ventas disminuyen en ambas empresas siguiendo las tendencias bajistas del precio del petróleo a nivel internacional, la utilidad neta de PetroPerú fue del orden de los 503 millones de soles mientas La Pampilla (Repsol) declaró solamente 65 millones de soles.
Es más, en el primer semestre del 2016 los ingresos, utlidades operativas y netas de PetroPerú resultan superiores a los obtenidos por la Refinería La Pampilla. Si la petrolera estatal obtuvo 587 millones de soles por utilidades operativas, Rf. La Pampilla generó 185 millones de soles. En el mismo sentido, a nivel de utilidades netas la competencia declaró 115 millones de soles y PetroPerú más de 451 millones de soles, sin embargo no se cuestiona el comportamiento económico de Repsol, que afecta a miles de futuros pensionistas de los fondos privados.

EPÍLOGO
Con esta información debemos levantar parte de la leyenda negra de PetroPerú como empresa estatal en relación a la competencia con una empresa privada como Repsol que administra la Refinería La Pampilla. 

Lo cierto y evidente es que PetroPerú genera mayores ingresos en razón de satisfacer el mercado interno allí donde no ingresa el privado. No solamente es más rentable a nivel operativo y neto en el período 1997/2015 con las excepciones explicadas, sino que también contribuye en una mayor proporción en el impuesto a la renta en relación a la competencia. Es decir, es mejor contribuyente.
A PetroPerú como a Tupac Amaru la han descuartizado, y la pretenden liquidar lentamente, pues le cargan una serie de pasivos, lesivos contratos y partidas inusuales, y sigue siendo rentable a pesar de todo ello, mas estas utilidades serían insuficientes para la modernización de la Refinería Talara, Oleoducto Norperuano y otras inversiones necesarias; sin acceso a la integración vertical, todo lo demás es una ilusión.
















lunes, 26 de septiembre de 2016

POR UN DEBATE NACIONAL ¿PETROPERÚ DEBE SER PRIVATIZADA?

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

Privatizar PetroPerú, es el grito de batalla de la derecha económica y de algunos académicos de prestigiosas universidades privadas que más que centros universitarios parecen escuelas de negocios, donde la ideología prima sobre la ciencia, el poder del dinero sobre el conocimiento, el interés privado por encima del  interés público. Es decir, los intereses empresariales que las universidades de negocios representan están por encima del interés nacional, puesto de manifiesto por el bienestar de las mayorías.

En tal sentido, asumo por principio que con todos sus problemas, debilidades, e indefiniciones, PetroPerú encarna, es decir expresa el interés público, y espero que la nueva administración de PetroPerú, es decir, la Junta de Accionistas y el nuevo directorio, asuma el compromiso de fortalecer a la petrolera estatal.

Ésta está siendo cuestionada, por la derecha radical fundamentalista, las comunidades nativas de la selva afectadas por los reiterados derrames de crudo, la izquierda ecologista fundamentalista, y aunque parezca increíble por sus propios trabajadores, cuya preocupación central economicista, se reduce al aumento salarial al margen de los compromisos de inversiones necesarias para su fortalecimiento.

Quien escribe estas líneas no es ajeno a una posición ideológica, más lo que importa es si tal identificación coincide,  promueve, y defiende el interés nacional. En la ciencia económica  como parte de las ciencias sociales, la ideología es indesligable de la ciencia, en tal sentido no existe economía químicamente pura ni neutra, de una u otra manera, todos tenemos un interés de parte.

Por ello, la defensa de PetroPerú que ejerzo como consumidor de combustibles en razón que determina el 47 por ciento de las ventas, abasteciendo el mercado interno allí donde no llega la empresa privada, como sería el caso de la Amazonía, donde hasta el 2015 no podía recuperar el 18 por ciento del IGV ni siquiera como crédito fiscal. Al margen que históricamente su rentabilidad es mayor a la competencia encarnada por Repsol La Pampilla, y por último capitaliza al país. 

En otras palabras sus utilidades que debieran ser mayores si no estuviese sometida a una serie de contratos lesivos, perniciosos, deducciones inusuales etc., que medran su rentabilidad a favor de intereses privados, todo ello al margen de los efectos de una irracional privatización cuyas consecuencias seguimos asumiendo a pesar del tiempo transcurrido.

Es verdad, que producto de los últimos acontecimientos, y sobre todo por los elevados compromisos de inversión que demanda la modernización de la Refinería de Talara, y la reparación integral del Oleoducto norperuano, la integración vertical para la explotación de petróleo, requiere una dirección moderna, transparente y eficiente, que le permita  un comportamiento en el mercado como toda empresa, sin “partidas inusuales” ni cargas fiscales por su naturaleza estatal, y pueda obtener una rentabilidad para sus accionistas, ajena al manoseo político como agencia de empleo de los gobiernos de turno.

Se debe tener presente que la privatización que se puso en práctica en los inicios de los años noventa del siglo pasado estaba plena de una visión ideológica, que suponía la vigencia de las políticas del libre mercado en un sector de hidrocarburos que por su propia naturaleza es un negocio de grandes empresas, donde resulta mayoritaria la presencia de empresas petroleras estatales para compensar el gran poder de las empresas transnacionales.

Expresión de ello es que más del 75 por ciento de las reservas y producción mundial de petróleo y gas está determinada por empresas estatales, pues se considera que los hidrocarburos constituyen un recurso estratégico. 

Es más, en los Estados Unidos de Norteamérica si bien la explotación del petróleo y gas es privada, el estado tenía desde 1971 al 2015 prohibida la exportación de los hidrocarburos por razones de seguridad. Ha sido recién cuando se tienen grandes excedentes de petróleo y gas enquisto, (shale oil, and shale gas) cuando el gobierno ha permitido la exportación, convirtiéndose USA en el principal exportador mundial del shale gas. 

Es decir, en la meca del capitalismo mundial, el estado norteamericano consideraba la exportación de hidrocarburos un asunto estratégico ligado a la seguridad nacional. Mientras en el Perú se asume formalmente y legalmente que los hidrocarburos están regidos por la libre competencia, que dicho sea de paso solamente existe en los libros de texto de economía.

LA PRIVATIZACIÓN INCONCLUSA
En nuestro país gracias a la privatización de PetroPerú se privatizaron sus activos, filiales, lotes petroleros, con el argumento de incrementar la producción y reservas de petróleo. Así, hacia 1995 el último año donde la petrolera operó directamente los lotes X de Talara y 8/8X en la selva nororiental, la producción diaria de crudo bordeaba los 125 mil barriles diarios. 

Hoy en el 2016 la producción diaria no supera los 45 mil barriles diarios, y la responsabilidad es fundamentalmente privada con la supervisión de PerúPetro, los que serían los  principales responsables de la debacle del sector.

Por tanto, se equivoca interesadamente el profesor Juan Mendoza, director de la unidad de Postgrado de la Universidad del Pacífico, obnubilado por el credo liberal cuando escribe en un artículo publicado en un diario de circulación local que “Si tener petróleo es estratégico, entonces gracias a Petroperú y al estatismo en la política de hidrocarburos cada vez tenemos menos petróleo. De acuerdo con Carlos del Solar, el Perú producía 200 mil barriles diarios en 1980. El año pasado llegamos a 58 mil. Este año apenas superaremos los 40 mil. Debido a la falta de exploración y caída en las reservas nos hemos convertido en importadores netos de crudo…”

Si los lotes productores de PetroPerú fueron privatizados antes de 1996, con el argumento de incrementar la producción interna y las reservas, podemos afirmar que en los últimos veinte años transcurridos 1996/2016, la responsabilidad sobre “la falta de exploración y caída en las reservas nos hemos convertido en importadores netos de crudo…” es íntegramente privada, compartida por la debilidad, obsecuencia, y sumisión del organismo regulador de contratos: PerúPetro.

En tal sentido, el más elemental conocimiento del sector de hidrocarburos debiera distinguir e identificar los objetivos de estas dos empresas estatales. De un lado, PetroPerú empresa básicamente reducida a la actividad de refino y distribución mayorista combustibles, y PerúPetro organismo responsable de promover la inversión en el sector y supervisión de los contratos.
Por tanto, con la privatización fragmentada de PetroPerú que enajenó los lotes petroleros en los años de la dictadura fujimorista, se perdió la integración vertical que constituye la manera más eficiente de operar en el sector de hidrocarburos. 

Ello significó que la petrolera estatal no tuviera acceso a la renta petrolera en los años de bonanza de precios del petróleo crudo, cuando los precios alcanzaron en promedio un valor de US $ 100 dólares el barril y el costo interno de producción a lo mucho llegaba a los 30 dólares el barril incluyendo las regalías pagadas, las mismas que se deducen como gasto.

En la década infame de los noventa del siglo pasado donde se privatizaron empresas estatales a precio de remate, a PetroPerú le sustrajeron  la Refinería de La Pampilla, la refinería más moderna ubicada en Lima, por tanto su transferencia al sector privado era equivalente a transferir el mercado más importante del país.

En el mismo sentido, a PetroPerú le enajenaron la rentable planta de envasado, y distribución de gas licuado de petróleo (GLP), Solgás, que representaba en dicho mercado el 40 por ciento de participación. Igualmente fueron privatizadas a vil precio sus filiales como la naviera Transoceánica, Petromar, la planta de lubricantes Petrolube, sus terminales marítimos entre sus principales activos.

Es más, el gobierno pasado tuvo la oportunidad de fortalecer la presencia de PetroPerú, con los contratos de hidrocarburos que tenían términos de vigencia contractual como los lotes del noroeste en Piura, adicionales al lote 1-AB ahora 192 en la selva nororiental.

Sin embargo, a pesar de esta privatización fragmentada PetroPerú reducida a la actividad de refinación, transporte por medio del oleoducto norperuano, y distribución mayorista de combustibles sigue ocupando el primer puesto entre las 10,000 primeras empresas de la economía peruana, en cuanto a la generación de ingresos, con utilidades operativas y netas positivas, a pesar de los contratos lesivos, deducciones indebidas, y partidas inusuales, en razón de su naturaleza estatal.

DEBATE: FORTALECIMIENTO O LIQUIDACIÓN
Urge fomentar un debate nacional con participación de los partidos políticos, los foros empresariales, académicos, laborales, regionales, frentes de defensa sobre el futuro de la política energética en nuestro país, y el rol que debería tener la petrolera estatal: PetroPerú.

A todos nos debiera interesar el costo real de la modernización de la Refinería de Talara, que según la última exposición del ministro del sector costaría US $ 3,530 millones de dólares sin IGV, por tanto su valor sería de US $ 4,165 millones de dólares a los cuales habría que sumar las inversiones adicionales de privados, que en última instancia asumiría PetroPerú que se estiman superiores a los US $ 800 millones de dólares.

En el mismo sentido, la reparación integral del oleoducto norperuano que hace posible la salida del crudo de la selva nororiental debe ser también estimada. Es decir, interrogarse sobre el costo real de la inversión necesaria, y el tiempo que debe requerir.

En este contexto, fortalecer PetroPerú exige y supone prácticas transparentes, un debate nacional sobre las consecuencias de la privatización en el sector de hidrocarburos, el futuro del sector y el rol que debiera tener la petrolera estatal en la política energética y el significado en la presente coyuntura de su fortalecimiento.



jueves, 8 de septiembre de 2016

AYO EN AREQUIPA CON ENERGÍA LIMPIA - LAS POSIBILIDADES DEL DESARROLLO CAMPESINO

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

Ayo es un distrito eminentemente campesino de la provincia arequipeña de Castilla donde nació el prócer de la independencia Juan Pablo Vizcardo y Guzmán y que languidece en la pobreza extrema, con una población que disminuye cada año pues de 360 habitantes según el censo del 2007 actualmente no radicarían más 180 personas. Es más tiene el triste privilegio de ser un distrito con el menor ingreso familiar de la provincia Castilla (PNUD 2012) y el de menor esperanza al nacer en toda la provincia.

Es más, es una población que envejece lentamente pues los jóvenes, hombres y mujeres sin oportunidades de trabajo e ingresos suficientes migran a la capital departamental en busca de un futuro mejor, lo cual reproduce a nivel micro lo que pasa en términos generales con las sociedades agrarias tradicionales en nuestro país frente a la modernización.

La paradoja de su pobreza se relaciona con las grandes posibilidades agrarias que tiene para el sembrío de una serie de cultivos rentables (trigo, cebada, tara, ajos, anís, aguaymanto entre otros frutales etc.) ampliando la frontera agrícola incorporando más de 200 hectáreas con modernas técnicas de regadío, para ello necesita energía, y buenas carreteras que los  conecten a los mercados para poder vender sus productos. 

A ello debe sumarse las posibilidades de promoción turística conjuntamente con la industria artesanal con los típicos vestidos de la zona, bondades que tiene dicho distrito cercano al Cañón del Colca, si tuviese una dotación de energía las 24 horas del día a precios competitivos, entiéndase baratos, en un departamento como Arequipa sediento de agua y de energía.

SE DERRUMBA EL CANON

A nivel de transferencias que percibe por la explotación de los recursos naturales, foncomun entre otras partidas, el distrito de Ayo reproduce lo que está pasando a nivel regional y nacional, con las rentas municipales. Así, la renta territorial más importante como el canon minero que sumó los 362 mil soles en el 2011 con buenos precios de los minerales, para el 2016 se ha derrumbado para llegar a los 6,525 soles

Si la municipalidad distrital de Ayo en el 2011 obtuvo por concepto de transferencias varias un monto equivalente a 1.4 de millón de soles, es decir menos de millón y medio, durante el boom minero e inicios del gobierno del presidente Humala, sea por los rubros del Foncomun (352,520 soles), canon minero (362,966 soles), regalía minera (166,227 soles), plan de incentivos por mejora de gestión municipal (120,925 soles) entre las partidas más importantes, éstas se han reducido ostensiblemente. Ver cuadro “Municipalidad Distrital de Ayo: Total de Transferencias de Recursos” 2011- a julio del 2016

Para el 2016 el presupuesto municipal experimenta un grave bajón de las transferencias pues han de percibir un poco más de 383 mil soles, lo cual afecta la capacidad de gasto, la lucha contra la pobreza, la posibilidad de tener educación y salud mínima con la presencia de personal de salud, médicos y enfermeras de forma permanente, y el financiamiento para acceder a los servicios esenciales como la dotación de agua potable las 24 horas, con una red de desague más el tratamiento de las aguas residuales y sobre todo el acceso de energía al conjunto de la población.

Debiera ser evidente que la reducción de los ingresos municipales entre el 2011 al 2016 al pasar éstos de 1.4 de millón a los 383 mil soles agrava la penuria de nuestros hermanos de Ayo que están geográficamente muy cerca de conectarse con el circuito turístico principal del Cañón del Colca con una carretera inconclusa, pues para ello necesitan recursos, que dicho sea de paso serán menores en los próximos años por la disminución de los ingresos tributarios y el bajón del crecimiento de la economía nacional y regional.

VENTAJAS DE UN PROYECTO LIMPIO 

En tal sentido una posibilidad de desarrollo está ligado a la  construcción de la Central Hidroeléctrica de Mamacocha que ampliaría la potencia instalada de la planta existente de 50 KW insuficiente para resolver las demandas sociales de Ayo hacia una central de 20 MW de potencia, asegurando la generación eléctrica para el distrito, a la provincia de Castilla y formaría parte del Sistema Interconectado Nacional a través de una línea de transmisión hasta el centro poblado de  Chipmo, la que sería posible a través de una inversión de US $ 60 millones de dólares que tendría efectos positivos en la economía local y regional.

Esta inversión de US $ 60 millones de dólares que goza del financiamiento del Banco de Desarrollo Alemán (DEG) preserva y respeta las más estrictas normas ambientales, pues los alemanes son muy estrictos en este tipo de financiamientos que apuestan por las energías limpias para el desarrollo.

Al margen de los efectos positivos que tendría esta inversión con la Central Hídrica de Mamacocha, generando empleos directos e indirectos con 250 puestos de trabajo durante la etapa de construcción, empleo tan necesario en una región deprimida, asegurando una renta municipal como el canon hidroenergético  para los próximos treinta años la cual como se puede notar en el cuadro respectivo en el mejor año (2015) apenas significó S/ 1,406 soles, monto que se incrementaría solamente para el distrito de Ayo a más de US$ 30,000 dólares anuales adicionales en promedio. Es decir, por dicho canon el distrito percibiría el equivalente a 100 mil soles por año, lo cual le permitiría financiar la ampliación de tierras cultivables con riego permanente entre otras posibilidades.

Si a ello se suma el impuesto predial que pagaría la empresa Hidroeléctrica Laguna Azul a la municipalidad distrital de Ayo que sería del orden de los 70 mil soles anuales en promedio, más el compromiso de comprar y contratar los servicios locales que demande la construcción de la central tales como los servicios de restaurantes, hoteles, transporte, prácticamente serían los efectos de un shock de inversiones que cambiaría para bien a la población de Ayo. 

Esto reforzaría la mencionada “Revolución Social” que promueve el nuevo Presidente de la República PPK llevando los servicios esenciales, agua, energía e infraestructura a los más pobres del Perú profundo, que como en el distrito de Ayo el 72 por ciento de los hogares están considerados en situación de pobreza extrema (abril 2012)

Desde el punto el vista técnico la Central Hidroeléctrica de Mamacocha de 20 MW sería una central de pasada, sin reservorio que pueda reproducir el efecto espejo que sí tiene consecuencias ambientales. Es decir, al no tener embalses ni reservorios, ni emanaciones del gas metano producto de la descomposición, se minimiza la contaminación ambiental como es usual en las centrales hídricas de paso.

Por el contrario, la Central Hidroeléctrica de Mamacocha sería una versión pequeña de la Central Hídrica del Cañón del Pato (Ancash), que durante más 60 años toma las aguas del Rio Santa, las eleva al interior de un cerro, aprovechando la fuerza de la caída de las aguas generando energía por medio del movimiento de las turbinas pelton, para luego devolver las mismas aguas en las mismas condiciones naturales  al Rio Santa que luego son utilizadas para la agricultura en toda su desembocadura en la costa ancashina.

Las ventajas de la Central Hidroeléctrica de Mamacocha en Ayo es que se trata de una mini central de 20 MW que aprovecharía el agua de rebose, es decir el sobrante de las lluvias sin afectar el nivel natural de la laguna. Al ser una central de pasada las aguas no sufren ningún cambio ni contaminación, pues son devueltas  al río Mamacocha que alimenta el río Colca en las mismas condiciones naturales. Tan es así que estudios científicos han asegurado la reproducción de la nutria andina que visita la laguna.

En tal sentido, con el apoyo de la población distrital de Ayo que perciben en esta obra una oportunidad para mejorar sus ingresos por sus obvias ventajas, con las autoridades locales que aspiran a mayores rentas municipales en alianza estratégica con la empresa Hidroeléctrica Laguna Azul que asume compromisos en el marco de la responsabilidad social, resulta una paradoja social e histórica que un pretendido Frente de Defensa de los intereses de Ayo cuyos miembros  viven cómodamente en la ciudad de Arequipa, se opongan políticamente a esta inversión que asegura energía limpia para el desarrollo de Ayo, Castilla y Arequipa.












lunes, 5 de septiembre de 2016

UNA CAMPAÑA SUCIA CONTRA PETROPERÚ

S/ 451 millones de Utilidades Netas al I semestre 2016

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

Si existiera una clase dirigente en el Perú con una visión nacional de desarrollo, ésta sería la mayor interesada en tener una empresa petrolera estatal moderna, eficiente, rentable, que asegure el abastecimiento energético, por medio de los combustibles que se extraen de los hidrocarburos, como el petróleo, líquidos y gas natural.

En el mismo sentido esa clase dirigente no permitiría que la petrolera estatal fuese un botín de los gobiernos de turno, fuente de corruptelas y negocios privados, agencia de empleo con cada gobierno, con directorios inexpertos e ignorantes de la dinámica del sector de hidrocarburos. Igualmente no permitiría la administración e intromisión política en el manejo empresarial, con ministros de Estado al servicio del interés privado.

Una petrolera estatal moderna al margen o por encima de los grupos económicos e intereses privados aseguraría la reproducción del capital global en una sociedad y economía tan fracturada como la peruana. Prueba de ello ha sido el abastecimiento de combustibles en la Amazonía sin recuperar el impuesto general a las ventas (IGV) hasta el 2015. Ello ha significado por ejemplo que PetroPerú desde el 2001 hasta el 2015 ha subsidiado a las familias y empresas de la selva con cientos de millones de soles (más de S/ 1,800 millones), pues el Ministerio de Economía y Finanzas no reconoce aún su devolución.

Por medio de una empresa estatal como PetroPerú privatizada a medias desde los años noventa del siglo pasado, sin lotes petroleros que fueron transferidos al sector privado para su explotación pues supuestamente las empresas privadas deben asumir riesgos e invertir cuestión que no se verifica en la realidad si contamos el número de pozos exploratorios desde 1998 a la fecha. Un promedio de cinco pozos como promedio en las dos primeras décadas de este siglo. Es más, si no invirtieron cuando el precio del crudo estaba a 100 dólares el barril ¿Por qué habrían de hacerlo con precios menores a los 50 dólares?

Lamentablemente poco de ello se ha cumplido. Se debe recordar que se privatizaron lotes con el objeto de levantar la producción de crudo especialmente en las operaciones noroeste, Piura y selva norte (Loreto y Ucayali). Si en el año 1995 la producción de petróleo crudo era de 125 mil barriles diarios, hoy a inicios de setiembre del 2016 la producción interna no llega a los 50 mil barriles diarios.

Debiera ser evidente que esta realidad no sería responsabilidad de PetroPerú que abona precios internacionales por el petróleo producido internamente como el importado.

PETROPERÚ: FUENTE DE NEGOCIOS PRIVADOS

Se trasfirieron lotes petroleros que han permitido la valorización y capitalización de empresas privadas que se han internacionalizado con los recursos energéticos de nuestro país.

Así, por ejemplo la empresa Pluspetrol con la privatización del lote 8/8X a fines del 1995, y posteriormente con el lote 1-AB (2001) generó los excedentes para financiar su participación del 27.2 por ciento en el Consorcio de Camisea, en el  lote 88  (2004) y lote 56 (2008), sin mayor riesgo, pues las reservas de gas natural y condensados habían sido descubiertas en 1984 por la angloholandesa Shell.

Las operaciones de Pluspetrol en el lote1-AB ahora conformante del lote 192 ha dejado grandes pasivos ambientales que afectan la fauna y flora en la Amazonía, como también en el lote 8 (Trompeteros) y el estado no ha tenido la voluntad política de exigir la remediación ambiental de dichos pasivos, que son más graves a los derrames producidos por el Oleoducto Norperuano.

En el mismo sentido, los hidrocarburos que alguna vez fueron de PetroPerú han permitido la valorización y crecimiento económico como grupo empresarial a Graña y Montero Petrolera. Esta sin mayor experiencia en el sector a inicios de los noventa explotaba el lote I en Piura con menos de 200 barriles diarios luego pasó a  ser responsable del lote V, para más tarde sustituir a la noruega  de Interoil en los lotes III y IV. Hoy produce más de 6 mil barriles diarios y los excedentes obtenidos financian sus otras operaciones en el sector.

Es decir, gracias a los excedentes, es decir utilidades obtenidas por la explotación de petróleo, gas y líquidos pues también produce GLP (gas licuado de petróleo) financia su participación en el Gasoducto del Sur, y sus diversas actividades asociadas con la masificación del gas en la sierra.

Gracias a la privatización de los terminales de PetroPerú, en especialmente del Callao mediante la modalidad de alquiler, el grupo Graña y Montero realiza un gran negocio a expensa de la petrolera estatal, pues abona un promedio de 25 millones de dólares anualmente por la concesión desde 1999 y le cobra es decir le factura a PetroPerú por el uso de los mismos terminales un valor superior a los 65 millones de dólares por año, para que la petrolera estatal pueda abastecer el mercado nacional de combustibles (47 por ciento)

Por tanto, los titulares de diarios emblemáticos como El Comercio en especial el editorial del 4 de setiembre  del 2016, denominado “Petreoperú” debieran ser matizados, si se tiene presente que José Alejandro Graña Miró Quesada, principal accionista de la petrolera Graña y Montero y como tal usufructuario de negocios con PetroPerú, y de otro lado, sería unos de los accionistas mayoritarios del decano de la prensa nacional, que tiene evidentemente un interés de parte en retomar la privatización de la petrolera estatal.

RENTABILIDAD A PESAR DE TODO

En el cuadro “PetroPerú: Resumen de los Estados Financieros” al primer semestre del 2013 al 2016, se exponen los ingresos, utilidades brutas, operativas y netas de la petrolera estatal, destacando la mejora de sus resultados económicos, en especial durante el primer semestre del 2015 y 2016, obteniendo utilidades netas de 343 y 451  millones de soles respectivamente.

Esperemos que tales indicadores aumenten al final del año, pues es urgente y necesario que tales recursos se destinen al financiamiento de la modernización de la refinería de Talara cuyo avance al 40 por ciento está retrasado, si se tiene presente que la competencia Repsol/La Pampilla a partir del presente mes de setiembre procesará combustibles limpios con el diesel con 50 partes por millón de azufre, abasteciendo el principal mercado de Lima y Arequipa.

El presente gobierno a través de sus más altos funcionarios como el Presidente del Consejo de Ministros, y en especial, con los ministros de Economía y Finanzas más el de Energía y Minas que conforman la Junta de Accionistas de PetroPerú, que dicho sea de paso en el gobierno pasado a lo sumo se reunían una vez al año, han expresado el interés sobre un pedido de facultades al Congreso de la República para “reorganizar una vez más” a la petrolera estatal, arguyendo los reiterados derrames en el Oleoducto Norperuano, y el necesario sinceramiento sobre el costo real del financiamiento de la modernización de la Refinería de Talara.

En verdad, cualquier reorganización de PetroPerú que no asuma las recomendaciones de la consultora Wood Mackenzie contratada en el gobierno anterior, donde técnicamente recomendaba  la integración vertical, es decir la producción propia de petróleo y gas bajo responsabilidad de PetroPerú está condenada al fracaso, más aún si se tiene un directorio y gerencia general sin experiencia en materia de hidrocarburos, sin conocimiento del mercado de combustibles ni las particularidades de la petrolera estatal.

En conclusión, el problema central de PetroPerú no es técnico ni económico que tienen su explicación e importancia. Es sobre todo político e ideológico, pues el modelo recomienda su privatización a pesar de su rentabilidad, de los pésimos negocios que tiene que suscribir con privados la petrolera estatal entre otras perlas.

Lo grave es la falta de visión de estado, de largo plazo, de la ausencia de objetivos estratégicos como país donde los recursos energéticos estén al servicio de las grandes mayorías y permitan un abastecimiento seguro, oportuno, a precios razonables con respeto de las normas ambientales en todas las fases de las operaciones, producción, refinación, transporte y distribución.