lunes, 27 de octubre de 2014

No han Aprendido Nada

Escrito por Humberto Campodónico Sánchez.
Publicado en Diario La República; Lima, 27 de octubre del 2014

Mientras han durado las vacas gordas de los altos precios de los minerales debido a la industrialización (eso debe quedar bien claro) china y asiática, se aplicó el piloto automático: para qué hacer algo si el mercado dice que todo marcha bien.

Además, con una autocomplacencia digna de mejor causa, se creyó que las vacas gordas durarían para siempre. Sucedió con la crisis sistémica en el 2008, cuando Alan García le aseguró a los mandatarios de la APEC reunida en Lima, que había que tener fe y confianza para que esta no nos golpee.

Lo mismo sucedió hace unos meses con el ex ministro Castilla, que se negó a discutir el aumento del salario mínimo (como lo manda la ley) que, indudablemente tiene un efecto reactivador. No solo eso, para asegurarse que el tema “desaparezca”, virtualmente acuchilló a su superior, el exPremier César Villanueva.

La cuestión es que acá el “establishment” ha creído (o ha querido creer) que como las exportaciones lideraron el crecimiento de muchos países de la Región y también del Sudeste Asiático, entonces las 2 regiones estaban en lo mismo.

Falso de toda falsedad. El crecimiento de América Latina se sustentó en la exportación de minerales (caso de Perú) y petróleo, es decir, en aquellos productos en que tenemos una dotación de recursos naturales super favorable. Nos dedicamos entonces a desarrollar estas ventajas comparativas estáticas. Literalmente, “exportamos piedras” para que otros las transformen.

Esos “otros” son los países ya industrializados de siempre y los de industrialización reciente, que se están poniendo al día y alcanzando a los grandotes del barrio. Para muestra un botón: en el 2012 China fue el primer país exportador (sobre todo de productos industriales) con US$ 2.049 billones. Más atrás vienen EEUU y Alemania con US 1.546 y US$ 1.407 billones, respectivamente.

El economista colombiano José Antonio Ocampo, ex Jefe de la CEPAL, lo dice con precisión: los Estados de los países asiáticos impulsaron de manera muy consciente el aprovechamiento de sus ventajas comparativas dinámicas, fomentando la industrialización con una serie de políticas cuyo objetivo central es la confluencia de los intereses del Estado y los empresariales.

Todos los países asiáticos, todos, tienen planes quinquenales o decenales, que no significan planificación compulsiva sino el alineamiento de los objetivos de los actores mencionados. Ellos saben bien que eso fue lo que hicieron antes los países industrializados: fueron proteccionistas hasta que sus industrias florecieron. Una vez arriba se dedicaron a “patear la escalera” (1) para que nadie más pudiera subir.

Ahora predican el reino de la oferta y la demanda, de la libertad de mercado y las ventajas del libre comercio. Ahora son librecambistas y aborrecen su proteccionismo primigenio.

No solo eso. Los libros de texto comenzaron a decir que si los países desarrollaban sus ventajas comparativas estáticas –especializándose en la producción de aquellos productos en los cuales se tiene abundante dotación de factores– todo iba a ir de lo mejor puesto que el libre comercio haría que los precios del capital y del trabajo se igualen, por el arte de la magia del mercado. Eso no sucedió, claro, y los asiáticos se dieron clara cuenta que tenían que industrializarse e invertir en educación.

Ahora que llegaron las vacas flacas, sería lógico sacar las lecciones. ¿Por qué estamos en el último tercio en casi todos los indicadores educativos y en las tecnologías de la información y del conocimiento? ¿Tendrá eso algo que ver con el “piloto automático” y la exportación de minerales?

¿No habría sido bueno que los ingresos de esta excepcional década (que ya terminó) se dedicaran a la superación de esos problemas? ¿Por qué tiene el MEF guardados US$ 30,000 millones en los bancos (el 15% del PBI) ganando tasas de interés mínimas, cuando se pueden invertir en proyectos de infraestructura y otros, como el impulso a la petroquímica y a transformar los fosfatos de Bayóvar en fertilizantes para nuestros agricultores, lo que da un rendimiento 5 a 10 veces mayor?

¿Por qué el Estado no se dedica a promover, junto con el sector privado, ese tipo de proyectos de diversificación productiva para tener “más y nuevos motores de crecimiento”, lo que de paso, contribuye a disminuir la informalidad? ¿Qué falló en el tema 1, en el sector 2, en la política económica 3? Y así podríamos seguir.
Pero no hay espíritu crítico ni autocrítico. Los paquetes de medidas del Poder Ejecutivo (como el que acaba de aprobar la Comisión de Economía) y gremios como ADEX son más de lo mismo. Se plantea rebajar impuestos (la depreciación de activos, reducir el IGV o el impuesto a la renta) y disminuir los salarios como medidas de “salida a la crisis”. Peor aún: en verdad lo “único” que importa es que se concreten los nuevos proyectos mineros para mantener el modelo y que todo siga igual.

Como dijo Talleyrand de los Borbones y de la aristocracia francesa en el momento de la restauración posnapoleónica: “estos no han aprendido nada ni olvidado nada”.


(1) “Pateando la escalera: la verdadera historia del libre comercio”, Ha-Joon Chang, http://www.ilocarib.org.tt/trade/documents/economic_policies/SRtrade2003...


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lunes, 20 de octubre de 2014

EL ECO DE BOLIVIA

Escrito por: Humberto Campodónico Sánchez.

Publicado en el Diario La República *

Hace 10 años se realizó en Bolivia un referéndum sobre el gas, durante el gobierno de Carlos Mesa. La cuestión es que el consorcio Pacific LNG, formado por Repsol y British Gas, querían exportar el gas boliviano construyendo un ducto hacia territorio chileno para salir al mar y, en la costa, construir una planta de licuefacción (LNG). El gas sería exportado a EEUU, al precio vigente en ese país, llamado “Henry Hub”.

La oposición a dicho proyecto fue muy grande y las movilizaciones populares habían sido reprimidas por el gobierno de Sánchez de Lozada. Después de más de 75 muertos, “Goni” fugó a EEUU, asumiendo el vicepresidente Carlos Mesa. Las preguntas del referéndum eran simples y directas.

Por ejemplo, ¿está usted de acuerdo en derogar la Ley de Hidrocarburos de Sánchez de Lozada? ¿Está usted de acuerdo con la recuperación de todos los hidrocarburos en boca de pozo para el Estado boliviano ¿Está usted de acuerdo con refundar YPFB, recuperando la propiedad estatal de las acciones (…), de manera que pueda participar el Estado en toda la cadena productiva de los hidrocarburos?

Las preguntas tuvieron una aprobación abrumadora y dieron lugar, más adelante, al triunfo del MAS en diciembre del 2005. La recuperación del gas para Bolivia fue la plataforma que permitió el salto de Evo de dirigente cocalero a dirigente nacional. En el 2006 se promulgó la nueva Ley de Hidrocarburos, que establece que el Estado boliviano es el propietario de la molécula y dispone de manera soberana el destino de los hidrocarburos.

Esa fue la llamada “nacionalización del gas” que, estrictamente hablando no es tal, puesto que las empresas privadas como Repsol, Petrobras y Pluspetrol, entre otras, siguen operando. Lo que sucede es que estas empresas producen el gas pero lo entregan a la estatal YPFB, que lo comercializa. Con los nuevos contratos, el Estado recibe el 50% por concepto de regalías. De su lado, a las empresas se le reconocen sus costos y sus utilidades, previo pago del impuesto a la renta del 25%.

Es sobre la base de estos logros que el gobierno negoció contratos de venta de largo plazo a Brasil y Argentina, a precios muy superiores a los del Henry Hub de EEUU. Este es el sustento de la actual fortaleza fiscal del país altiplánico.

En el plano político se aprobó una nueva Constitución para el Estado Plurinacional de Bolivia, reconociendo sus derechos. Y, sobre la base de los ingresos de las regalías de hidrocarburos, el gobierno ha llevado a cabo una política masiva de inclusión social, instaurando la Renta Dignidad, que es una pensión para mayores de 65 años que llegó a 835,000 personas en el 2012, por un monto de US$ 270 millones. También está el bono Juancito Pinto (para incentivar la matrícula de los niños) y el Bono Juana Azurduy (para la salud y nutrición de las mujeres embarazadas).

También ha tenido particular importancia que ahora la “media luna” del oriente boliviano, antes impulsora de políticas separatistas, ahora haya votado masivamente por Evo Morales. Se habla de una relación amistosa con los empresarios de la Región.

El FMI dice en su último informe que Bolivia crecerá en el 2014 por encima de su crecimiento potencial sustentado en el sector hidrocarburos y un moderado impulso fiscal (1). Continúa diciendo que espera que el superávit de la cuenta corriente se mantenga, pasando del 3.1 al 1.1% del PBI del 2014 al 2018 (en el Perú ya tenemos déficit de la cuenta corriente).

Dice también el FMI que el resultado fiscal será levemente negativo (-0.1% del PBI en el 2015) y que las autoridades tendrán éxito en estabilizarla alrededor del 5% en los próximos años. No menos importante es que, por primera vez desde los años 20, Bolivia salió a los mercados internacionales con dos emisiones de bonos de US$ 500 millones cada una, no por necesidades fiscales sino para crear una referencia (benchmark) para el sector privado.

Hay todavía mucho por hacer en el campo de la inversión, que llegará al 19.4% del PBI en el 2014 (en el 2009 fue 17%) con una mayor inversión pública que privada, lo que es revelador.

En efecto, el gobierno ha emprendido un ambicioso plan de industrialización a partir de los hidrocarburos. Ya se han montado dos plantas de separación de líquidos del gas (Río Grande y Gran Chaco). También se ha instalado una planta de licuefacción para transportar gas en camiones cisterna. Y ya está por concluirse una planta de amoniaco y urea en Cochabamba con una inversión de US$ 1,800 millones.

Y están en marcha los planes para la petroquímica del prolipropileno y del etileno (la empresa Tecnimont está encargada de los estudios), con inversiones de más de US$ 3,000 millones.
No todo es color de rosa y existen conflictos con comunidades amazónicas y otras, por temas de tierras y de medio ambiente. También persiste la informalidad y hay críticas por las sucesivas reelecciones. La cuestión central es, sin embargo, que hoy los bolivianos son propietarios de sus recursos naturales y los pueden destinar a gastos sociales, decidir adónde los exportan y usar esa renta para impulsar su diversificación productiva. Lo que explica el 60%, por las promesas cumplidas. No ha sido fácil y ha tomado varios años de conflictos y fricciones. ¿Cuándo es fácil un cambio de esta naturaleza?  Pero ahora el rumbo de la nave es más estable.

Mucho más de lo que se puede decir acá.


Lima, lunes 20 de octubre del 2014.


martes, 14 de octubre de 2014

LOS HIDROCARBUROS AL SERVICIO DEL DESARROLLO BOLIVIANO

POR UN MODELO ALTERNATIVO AL LIBERALISMO

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)

Por tercera vez el líder boliviano Evo Morales ha sido elegido como presidente de la hermana república del altiplano por una abrumadora mayoría, extraoficialmente con más del 60 por ciento de votos, lo que le permitiría controlar a través de su movimiento político el MAS (Movimiento de Afirmación Socialista) la mayoría parlamentaria en las dos cámaras del congreso boliviano, profundizando el proceso de transformación social desde un punto de vista nacional, popular y socialista, alternativo a las políticas liberales impuestas a nuestros países.

Un proceso iniciado desde fines del 2005 que se constituye en un camino a seguir en cuanto a la recuperación de la soberanía del estado sobre el uso y destino de sus principales riquezas como son los hidrocarburos, con una gran dosis de pragmatismo económico y una política de subsidios para “el buen vivir del boliviano de a pie”. Los mismos que son financiados por los mayores ingresos fiscales obtenidos por la exportación de gas hacia el Brasil y Argentina y una mayor participación estatal en la riqueza a partir de la llamada “nacionalización de los hidrocarburos”

Es más, mientras la mayoría de países de América Latina experimentan un retroceso en el crecimiento económico en el 2014, impactados por las menores tasas de crecimiento de la economía china, la recesión europea, y la débil recuperación de la economía norteamericana, Bolivia estaría encabezando la lista con un crecimiento superior al 5 por ciento para el 2014, y mantener dicho liderazgo en el próximo año.

Es decir, mientras la mayor parte de los países de la región retroceden en sus tasas de crecimiento económico medido por las variaciones del PIB como el Perú que cerrará el año con una tasa inferior al 3.5 por ciento, y su crecimiento dependería de la realización de los grandes proyectos mineros (Las Bambas, Toromocho, Constancia etc.)

Si bien el PIB global boliviano es de casi 30 mil millones de dólares mientras el del Perú es de 206.5 mil millones, es decir más seis veces con una población de 31 millones de habitantes mientras la boliviana no supera los 11 millones, los indicadores macroeconómicos tales como la tasa de crecimiento del PIB, la participación de la Balanza de Cuenta Corriente, que estima la balanza comercial, la balanza de servicios y los pagos por transferencia por los factores (renta del capital), el ahorro interno como porcentaje del PIB resultan favorables al país altiplánico.

A pesar de las cuestionadas nacionalizaciones de las empresas transnacionales ubicadas en los sectores estratégicos, como los hidrocarburos, electricidad, telecomunicaciones, que fueron satanizadas por la gran prensa internacional, el comportamiento de la economía boliviana resulta interesante, demostrando una mayor solidez ante un desplome de la economía mundial.

Así, entre el 2004 al 2013 según las estimaciones del Banco Mundial y FMI el crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) promedio anual ha sido de 4.9 por ciento, mientras los del Perú ha sido del 6.6 por ciento, Chile de 4.7 por ciento y Colombia de 4.8 por ciento.

Si bien el promedio de la variación de los precios de bienes y servicios estimados por el índice de precios (IPC) para medir la inflación promedio en el período 2004 al 2013 ha sido de 6.2 por ciento en Bolivia, en el Perú 2.9 por ciento y Chile de 3.4 por ciento, es evidente que una inflación del 6.2 por ciento es absolutamente manejable a pesar de los importantes subsidios que se otorgan a la población boliviana.

Sin embargo, la fortaleza de la economía boliviana frente a la peruana y chilena, al margen de su tamaño, es la participación del saldo de la balanza en cuenta corriente positiva en relación al valor de la producción (PIB). Así, para el período considerado el saldo en cuenta corriente en Bolivia es del 6.2 por ciento. Ello significa que la balanza comercial, la balanza de servicios y sobre todos los pagos de factores han capitalizado, y han favorecido a Bolivia, es decir, ha entrado a dicho país más capital en relación al que ha migrado.

Por el contrario para el Perú en el período considerado 2004-2013 el saldo de la balanza en cuenta corriente ha sido negativo en -1.1 por ciento, a pesar de la bonanza comercial en razón del boom de los precios de los minerales. Sin embargo cuando se suma la balanza de servicios y en especial los pagos por factores, es evidente que más capital migra como pago de factores al capital (remesa de utilidades) que el que entra al país en relación al valor de la producción (PIB).

En el período considerado de bonanza por los altos precios de los minerales e hidrocarburos, mientras Bolivia se capitaliza el Perú se descapitaliza en razón que el estado no controla ni tiene una mayor participación en la renta petrolera y minera, como sí lo tiene el estado boliviano.

Ello se expresa con mayor claridad en la participación del ahorro interno en Bolivia y Perú como participación del valor de la producción de bienes y servicios anual (PIB). Mientras en Bolivia el ahorro del estado, empresas y en menor medida de las familias, es en promedio del 24.5 por ciento del PIB con sus políticas “estatistas y populistas”, en el Perú esa tasa es de 22 por ciento del PIB, lo cual se infiere que en el período en referencia 2004/2013, Bolivia se ha capitalizado con un mayor ahorro interno en relación al Perú que ha aplicado “disciplinadamente” las desprestigiadas políticas del  llamado Consenso de Washington”

Si bien se ha satanizado el “modelo populista a la boliviana” en relación a las supuestas bondades del modelo liberal del Perú hoy en franco retroceso y crisis, el grado de apertura de la economía del país altiplánico es superior a la peruana. Sirva para ello, el indicador “apertura comercial”, es decir la suma de las exportaciones e importaciones como porcentaje del PIB.

Si bien el rubro principal de exportación está constituido por las exportaciones de gas natural hacia el Brasil y Argentina, también el país altiplánico exporta minerales y soya, e importa maquinaria, insumos y bienes. En tal medida, el grado de apertura de Bolivia a pesar de su carácter mediterráneo, es superior al alcanzado por el Perú. Su grado de apertura es del 66 por ciento en relación a su PIB y en el caso peruano a pesar de los múltiples tratados de libre comercio firmados es del 48 por ciento del PIB.

Por último la solidez de sus cuentas fiscales queda refrendada por la participación de las reservas brutas como porcentaje del PBI. Mientras en Bolivia es del 48.4 por ciento del PBI en nuestro país es 31.2 por ciento, todo ello a pesar del discurso antiimperialista y anticapitalista de Evo Morales.

EPÍLOGO

Los indicadores económicos y sociales de Bolivia, uno de los países económicamente más atrasados ocupando el puesto número 108º de los 187 países a nivel mundial, están resumidos en el cuadro en referencia, y se reconoce que en los dos períodos de gobierno de Evo Morales se ha verificado una significativa reducción de la pobreza, donde al 2013 el 17 por ciento de su población estaría considerada como pobre al tener ingresos diarios menores a los US$ 2.50, en esta disminución de la pobreza los ingresos provenientes de la explotación de los hidrocarburos han financiados los subsidios y los diversos programas sociales.

El carismático Evo Morales elegido mediante elecciones democráticas en tres períodos consecutivos será el gobernante de mayor duración de la historia boliviana, uno de los países más inestables del mundo donde en promedio de los más de 180 gobernantes la duración promedio ha sido de un año.

Será evidente que al margen de criterios racistas, ideológicos y políticos, después del  mariscal Santa Cruz, de los gobiernos del MNR de Paz Estenssoro, de la dictadura de Banzer será el gobernante que tendrá más años en la responsabilidad de  dirigir los destinos del país altiplánico, profundizando las reformas económicas y sociales que demanda su país.

Desde nuestro punto de vista Bolivia está señalando el camino a seguir en relación a la recuperación de la soberanía de la Nación sobre los recursos naturales mineros e hidrocarburíferos en contra de los intereses transnacionales y de los grupos de poder nativos. En segundo lugar, una sustantiva mejora de los ingresos fiscales supone y exige elevar la participación del estado en la explotación de los recursos naturales (mineros, pesqueros, e hidrocarburíferos). En tercer lugar, la necesidad de la unidad más amplia de los sectores populares, nacionalistas, socialistas, apristas, demócratas para transformar el Perú “sin calco ni copia”


(14 Octubre del 2014)



martes, 7 de octubre de 2014

EL HUÁSCAR Y LA DEPENDENCIA ENERGÉTICA

¡GLORIA ETERNA A DON MIGUEL GRAU!


ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)


“Dedicado al patriota y amigo Dr. Luis Siabala Valer, gran castillista con el cual en nuestras largas conversaciones compartimos la necesidad de analizar la historia para no cometer los mismos errores del pasado.”


En la víspera de la inmolación de don Miguel Grau, de sus oficiales y marinos en la Punta de Angamos en la mañana del 8 de octubre de 1879, es bueno recordar la importancia de la soberanía y seguridad energética en un país como el nuestro que exporta energía limpia y barata proveniente del lote 56 en Camisea (Pagoreni), mientras se tiene que comprar en el exterior volúmenes crecientes de petróleo y derivados como el diesel limpio con 50 partes por millón de azufre para abastecer el mercado interno.

Los países con viabilidad y vocación nacional para el desarrollo propenden a la seguridad y autonomía energética asegurando las fuentes de generación internas renovables y no renovables, priorizando el abastecimiento   doméstico. Ello es más urgente y necesario si más del 58 por ciento de la energía comercial, es decir la que se transa en el mercado, en nuestro país depende de los hidrocarburos (gas natural y petróleo residual y diesel).
Por ello, no resulta una casualidad en la historia de los conflictos de la humanidad la importancia y control sobre los hidrocarburos (petróleo, gas y líquidos de gas natural) y  las materias primas en general, a pesar de los efectos de la Revolución Industrial que vivimos, que por efecto sustitución y eficiencia energética disminuye relativamente el consumo de energía por unidad de producto.

Bastaría recordar la agresión del nazismo a la URSS en junio de 1941 por el petróleo del Cáucaso y el control de los cereales de Ucrania justificada en su doctrina del “espacio vital”. Esta fue una frustrada conquista que encontró el principio de su final en la derrota de los ejércitos alemanes en la defensa de Stalingrado entre setiembre de 1942 y primeros días de enero de 1943 con la rendición del VI Ejército de Von Paulos.

Ello  cambió el signo de la II Guerra Mundial a favor de los Aliados, y las consecuencias de la misma prácticamente siguieron vigente hasta la descomposición de la URSS (1989) con la caída del Muro de Berlín con los países satélites y el surguimiento de  una serie de estados ricos en materia primas, como Ucrania, Georgia, Bielorusia, Mongolia, Kazajstán, Kirguizstán, Turkmenistán.

Lo mismo se podría decir sobre las justificaciones a las agresiones del Japón a la China por el control de las materias primas en especial del acero y petróleo que carecían. Ello  justificó a los Estados Unidos de Norteamérica proceder al embargo en el abastecimiento a dicho país como parte de una serie de sanciones, demostrando la precariedad del imperio japonés y sus fuerzas armadas.

En el mismo sentido, en las últimas décadas la presencia de los Estados Unidos en el Medio Oriente, Siria, Libia, Irán. Irak, Arabia Saudita entre otros países demuestra la central importancia que tienen los hidrocarburos en la hegemonía norteamericana a nivel mundial que ha encontrado como respuesta su correlato en el fundamentalismo musulmán. En esa medida el llamado terrorismo islámico tenderá a expandirse, poniendo en cuestión el normal abastecimiento de hidrocarburos en la región que concentra las mayores reservas a nivel mundial.

Por ello, es útil recordar, y tener siempre presente los acontecimientos, las razones de fondo y de corto plazo que llevaron a nuestro país  a la derrota en la mal llamada “Guerra del Pacífico” con una mutilación territorial, las pérdidas de las provincias de Arica y Tarapacá, y la importancia que tenían las materias primas como el guano y el salitre para el capitalismo mundial.

Sirva como base documental el “Diario a Bordo del Huáscar” publicado en Chile por la editorial Francisco de Aguirre en 1975, correspondiente a lo que sería el cuaderno de bitácora del Contralmirante Miguel Grau, tal como fue encontrado por los oficiales chilenos que abordaron el heroico monitor.

En la infausta guerra del Guano y del Salitre del siglo XIX, en especial en la campaña marítima llevada a cabo por el heroico monitor Huáscar resultan recurrentes las demandas por un abastecimiento seguro, oportuno y de calidad de un carbón inglés que le permitiera al buque la máxima velocidad y que no dejara huella por medio de los humos negros delatores.


En el Diario a Bordo en la madrugada del 13 de junio don Miguel Grau creyendo enfrentarse con dos buques  a vapor como las corbetas chilenas “Chacabuco” y “O’Higgins” naves de menor tonelaje, blindaje y potencia de fuego decide perseguirlas pero grande será su sorpresa cuando descubre que una de las naves era el potente blindado “Blanco Encalada” y la cañonera “Magallanes”, por lo tanto habiendo recibido instrucciones de no enfrentar a enemigos de mayor blindaje y armamento superior decide evadir el combate, y adopta el retiro táctico.

Así, escribe: “Nuestro andar en el principio era bastante para mantener constante la distancia que nos separaba del blindado; pero después de la primera hora noté que ella se estrechaba, y aunque esto tenía lugar lentamente, comprendí que había de terminar por obligarme al combate, desde que no era posible dar al Huáscar más de 9 millas de andar, en razón a que el carbón tomado en Pisagua y en Ilo de que hacía uso, no podía elevar suficientemente la presión  del vapor”.

En el mismo sentido, la importancia de la energía lo demuestra la lectura del citado cuaderno de bitácora cuando escribe nuestro héroe el 15 de junio "A los capitanes de puerto de Arica y Pisagua" que: "Es de la mayor importancia que el carbón con que se provea a los buques sea de la mejor calidad, so pena de no alcanzar con él la presión suficiente para el andar que se necesita en las expediciones".

Nuestro héroe hacía referencia a la necesidad de contar con el carbón del país de Gales y/ o Cardiff, así el 17 de junio a la superioridad naval escribía: "Adjunto encontrará US. un pedido por doscientas toneladas de carbón, en él verá US. consignadas sesenta de la del país de Gales que tiene la cualidad de hacer poco humo, combustible que es necesario tener a bordo en determinadas circunstancias para que no sea visto el buque de mi mando en la expedición que va a emprender".

Es decir, el carbón de Gales le permitía desarrollar la máxima velocidad posible de 12 millas por hora la misma que resultaba superior a la que tenían los blindados chilenos. Lamentablemente en la mañana del 8 de Octubre, el Huáscar no contaba con dicho combustible y no pudo evadir el cerco de las naves enemigas.

Si bien la superioridad de la flota chilena era tan abrumadora y la dependencia energética tan fuerte, que Don Miguel Grau sabía de antemano que su última salida era una cita con la muerte, en el cumplimiento del deber y para salvar el honor de un país ante la inopia, desidia e irresponsabilidad de su clase gobernante que teniendo conocimiento del armamentismo del vecino del sur, no potenció las fuerzas armadas, en especial la marina de guerra.

Nuevamente la importancia de la energía lo demuestra la lectura del citado cuaderno de bitácora cuando escribe el 1 de agosto al Comandante General de las Baterías y Director de Marina: “No puedo dejar de manifestar a US., la conveniencia del uso de carbón de Cardiff de buena calidad y del que haga poco humo, para las expediciones que generalmente desempeña este buque; pues el que últimamente ha venido consumiendo lo produce tan denso, que hace al buque muy visible en determinadas circunstancias”.


Por ello, la soberanía energética debiera ser un objetivo nacional y estratégico de todo estado con vocación nacional de desarrollo, que supere las limitaciones de los gobiernos de turno. Ello supone la necesidad de disponer en función del interés público y del país los hidrocarburos para satisfacer la demanda interna de empresas, familias, y de nuestras fuerzas armadas, bajo los principios de seguridad, oportunidad y a precios competitivos.

viernes, 3 de octubre de 2014

PETROPERÚ Y LA SOBERANÍA ENERGÉTICA

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)

El miércoles 1 de octubre en las instalaciones del Colegio de Economistas de Lima, con la presencia del señor decano Dr. Rasilla Rovegno y las autoridades de su consejo directivo tuve la oportunidad de disertar sobre la importancia y el rol de “PetroPerú y la Soberanía Energética” en un mundo cada vez más globalizado, y en permanente conflicto tanto en el Medio Oriente y en fundamentalismo islámico, en las ex repúblicas de la URSS (Ucrania, Georgia, Bielorusia, etc.), donde la problemática energética tiene una importancia estratégica.

Por ello no resulta una casualidad histórica que más del 76 por ciento de la producción y de las reservas de hidrocarburos a nivel mundial estén bajo responsabilidad de empresas estatales por razones de seguridad energética. Es decir, ¡Por razones de Estado!

Una revisión somera de los países de esta parte de América del Sur nos expone la importancia estratégica de la energía en la producción y reproducción material y en la viabilidad económica y política de los países.

Chile un país crónicamente dependiente de las importaciones de  hidrocarburos pues su mercado demanda en promedio 300 mil barriles diarios de petróleo, y su empresa petrolera ENAP apenas produce no más del 10 por ciento de dichos volúmenes a través de la producción doméstica y por sus operaciones en Ecuador, Colombia y África, pues tiene como objetivo nacional la seguridad energética.

Colombia con su petrolera estatal Ecopetrol, la petrolera con mayor valor de capitalización bursátil tiene una producción superior a los 700 mil barriles diarios, en una combinación o asociación con capitales privados que explica una agresiva campaña exploratoria que asegura un perforación exploratoria que le permite inversiones en ochenta o más pozos por año.

El vecino del norte Ecuador tiene a su petrolera estatal Petroecuador que opera de manera integrada con una producción superior a los 400 mil barriles diarios con una refinería modernizada como la de Esmeraldas que le permite obtener los excedentes económicos y la lucha contra la pobreza al gobierno del presidente Correa.

Todo ello sin mencionar la realidad de la gigante Petrobras del Brasil, PDVSA de Venezuela y PEMEX de México que se constituyen en fuentes de acumulación interna, generación de riqueza y ahorro para los estados mencionados.

Desgraciadamente en nuestro país la clase política desde 1992 a la fecha asume que la seguridad energética está supeditada a los intereses de las empresas privadas que tienen como objetivo fundamental la maximización de las ganancias. Es decir, las políticas de libre mercado debieran resolver y satisfacer el abastecimiento seguro, oportuno a precios de mercado.

Es más, en caso de un conflicto bélico, un desastre natural o emergencia nacional, se tendría que comprar el petróleo crudo, el gas natural o líquidos abonando precios internacionales, tal como lo señala la aún vigente ley de hidrocarburos. El artículo 43º señala que: “En caso de emergencia nacional declarada por ley, en virtud de la cual el Estado deba adquirir Hidrocarburos de los productores locales, ésta se efectuará a precios internacionales de acuerdo a mecanismos de valorización y de pago que se establecerán en cada Contrato

En tal sentido, los países con viabilidad histórica deben contar con empresas petroleras estatales, eficientes, integradas es decir que operen en todas las fases de la actividad petrolera, tales como la explotación, transporte, refinación, comercialización mayorista y minorista.

Lamentablemente no es el caso de PetroPerú que está limitada a las actividades de refinación, transporte y comercialización mayorista, con una discriminación en el mercado por su naturaleza de empresa pública. Es más, tiene que asumir y cargar a sus costos una serie de “partidas inusuales”, “cargas extraordinarias” que no asume ninguna otra empresa del sector.


Sirva el caso de la necesidad de abastecimiento de combustibles en la Amazonía que no resulta atractivo ni rentable para ninguna empresa privada. Así, PetroPerú para abastecer la demanda de combustibles en la selva tiene que vender los derivados sin recuperar el impuesto general a las ventas (IGV 18%) ni siquiera como crédito fiscal como es usual en materia tributaria, y como lo practican las empresas mineras en la recuperación del IGV por sus exportaciones.

Como se debe recordar la venta de los derivados del petróleo en la Amazonía (Loreto, Ucayali, Madre de Dios etc. ) está exonerada de los impuestos como el rodaje, selectivo al consumo y del IGV. Sin embargo, PetroPerú para poder cubrir la demanda regional tiene que asumir en las compras de crudo que realizan sus refinerías de Iquitos, y El Milagro (Bagua), el IGV correspondiente sin poder recuperarlo.

Es decir, compra el principal insumo, el crudo con IGV y vende los combustibles en la Amazonía sin IGV lo cual significa un promedio anual de 224 millones de nuevos soles en promedio que se dejan de percibir. Con el agravante que una política deliberada del Ministerio de Economía y Finanzas en su contra no le permite usar dichos montos ni siquiera como crédito fiscal, es decir que le permitan ser deducibles del impuesto a la renta por pagar, lo cual constituye una discriminación tributaria por su naturaleza de empresa pública.

Solamente una empresa integrada, es decir con lotes de explotación propios, con buques de transportes de combustibles que sirvan de reserva naval en caso de una emergencia nacional, con grifos propios en los principales mercados regionales incluyendo Lima, podrá asegurar la soberanía y la autonomía energética.

Por ello, debiera saludarse la asociación de PetroPerú con la petrolera de capitales argentinos GeoPark para la explotación de las reservas probadas del lote 64, donde la privada asumirá la mayor participación y será la responsable de las operaciones de exploración y explotación en el marco de la legislación vigente.


Por último, por el interés público, la transparencia que debiera existir con la información y en especial en mi condición de profesor investigador de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNMSM, y Director de Extensión Universitaria y Proyección Social de dicha facultad la exposición completa de la problemática “PetroPerú y la Soberanía Nacional” se podrá acceder en mi blog: http://kuraka.blogspot.com/