lunes, 26 de septiembre de 2016

POR UN DEBATE NACIONAL ¿PETROPERÚ DEBE SER PRIVATIZADA?

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

Privatizar PetroPerú, es el grito de batalla de la derecha económica y de algunos académicos de prestigiosas universidades privadas que más que centros universitarios parecen escuelas de negocios, donde la ideología prima sobre la ciencia, el poder del dinero sobre el conocimiento, el interés privado por encima del  interés público. Es decir, los intereses empresariales que las universidades de negocios representan están por encima del interés nacional, puesto de manifiesto por el bienestar de las mayorías.

En tal sentido, asumo por principio que con todos sus problemas, debilidades, e indefiniciones, PetroPerú encarna, es decir expresa el interés público, y espero que la nueva administración de PetroPerú, es decir, la Junta de Accionistas y el nuevo directorio, asuma el compromiso de fortalecer a la petrolera estatal.

Ésta está siendo cuestionada, por la derecha radical fundamentalista, las comunidades nativas de la selva afectadas por los reiterados derrames de crudo, la izquierda ecologista fundamentalista, y aunque parezca increíble por sus propios trabajadores, cuya preocupación central economicista, se reduce al aumento salarial al margen de los compromisos de inversiones necesarias para su fortalecimiento.

Quien escribe estas líneas no es ajeno a una posición ideológica, más lo que importa es si tal identificación coincide,  promueve, y defiende el interés nacional. En la ciencia económica  como parte de las ciencias sociales, la ideología es indesligable de la ciencia, en tal sentido no existe economía químicamente pura ni neutra, de una u otra manera, todos tenemos un interés de parte.

Por ello, la defensa de PetroPerú que ejerzo como consumidor de combustibles en razón que determina el 47 por ciento de las ventas, abasteciendo el mercado interno allí donde no llega la empresa privada, como sería el caso de la Amazonía, donde hasta el 2015 no podía recuperar el 18 por ciento del IGV ni siquiera como crédito fiscal. Al margen que históricamente su rentabilidad es mayor a la competencia encarnada por Repsol La Pampilla, y por último capitaliza al país. 

En otras palabras sus utilidades que debieran ser mayores si no estuviese sometida a una serie de contratos lesivos, perniciosos, deducciones inusuales etc., que medran su rentabilidad a favor de intereses privados, todo ello al margen de los efectos de una irracional privatización cuyas consecuencias seguimos asumiendo a pesar del tiempo transcurrido.

Es verdad, que producto de los últimos acontecimientos, y sobre todo por los elevados compromisos de inversión que demanda la modernización de la Refinería de Talara, y la reparación integral del Oleoducto norperuano, la integración vertical para la explotación de petróleo, requiere una dirección moderna, transparente y eficiente, que le permita  un comportamiento en el mercado como toda empresa, sin “partidas inusuales” ni cargas fiscales por su naturaleza estatal, y pueda obtener una rentabilidad para sus accionistas, ajena al manoseo político como agencia de empleo de los gobiernos de turno.

Se debe tener presente que la privatización que se puso en práctica en los inicios de los años noventa del siglo pasado estaba plena de una visión ideológica, que suponía la vigencia de las políticas del libre mercado en un sector de hidrocarburos que por su propia naturaleza es un negocio de grandes empresas, donde resulta mayoritaria la presencia de empresas petroleras estatales para compensar el gran poder de las empresas transnacionales.

Expresión de ello es que más del 75 por ciento de las reservas y producción mundial de petróleo y gas está determinada por empresas estatales, pues se considera que los hidrocarburos constituyen un recurso estratégico. 

Es más, en los Estados Unidos de Norteamérica si bien la explotación del petróleo y gas es privada, el estado tenía desde 1971 al 2015 prohibida la exportación de los hidrocarburos por razones de seguridad. Ha sido recién cuando se tienen grandes excedentes de petróleo y gas enquisto, (shale oil, and shale gas) cuando el gobierno ha permitido la exportación, convirtiéndose USA en el principal exportador mundial del shale gas. 

Es decir, en la meca del capitalismo mundial, el estado norteamericano consideraba la exportación de hidrocarburos un asunto estratégico ligado a la seguridad nacional. Mientras en el Perú se asume formalmente y legalmente que los hidrocarburos están regidos por la libre competencia, que dicho sea de paso solamente existe en los libros de texto de economía.

LA PRIVATIZACIÓN INCONCLUSA
En nuestro país gracias a la privatización de PetroPerú se privatizaron sus activos, filiales, lotes petroleros, con el argumento de incrementar la producción y reservas de petróleo. Así, hacia 1995 el último año donde la petrolera operó directamente los lotes X de Talara y 8/8X en la selva nororiental, la producción diaria de crudo bordeaba los 125 mil barriles diarios. 

Hoy en el 2016 la producción diaria no supera los 45 mil barriles diarios, y la responsabilidad es fundamentalmente privada con la supervisión de PerúPetro, los que serían los  principales responsables de la debacle del sector.

Por tanto, se equivoca interesadamente el profesor Juan Mendoza, director de la unidad de Postgrado de la Universidad del Pacífico, obnubilado por el credo liberal cuando escribe en un artículo publicado en un diario de circulación local que “Si tener petróleo es estratégico, entonces gracias a Petroperú y al estatismo en la política de hidrocarburos cada vez tenemos menos petróleo. De acuerdo con Carlos del Solar, el Perú producía 200 mil barriles diarios en 1980. El año pasado llegamos a 58 mil. Este año apenas superaremos los 40 mil. Debido a la falta de exploración y caída en las reservas nos hemos convertido en importadores netos de crudo…”

Si los lotes productores de PetroPerú fueron privatizados antes de 1996, con el argumento de incrementar la producción interna y las reservas, podemos afirmar que en los últimos veinte años transcurridos 1996/2016, la responsabilidad sobre “la falta de exploración y caída en las reservas nos hemos convertido en importadores netos de crudo…” es íntegramente privada, compartida por la debilidad, obsecuencia, y sumisión del organismo regulador de contratos: PerúPetro.

En tal sentido, el más elemental conocimiento del sector de hidrocarburos debiera distinguir e identificar los objetivos de estas dos empresas estatales. De un lado, PetroPerú empresa básicamente reducida a la actividad de refino y distribución mayorista combustibles, y PerúPetro organismo responsable de promover la inversión en el sector y supervisión de los contratos.
Por tanto, con la privatización fragmentada de PetroPerú que enajenó los lotes petroleros en los años de la dictadura fujimorista, se perdió la integración vertical que constituye la manera más eficiente de operar en el sector de hidrocarburos. 

Ello significó que la petrolera estatal no tuviera acceso a la renta petrolera en los años de bonanza de precios del petróleo crudo, cuando los precios alcanzaron en promedio un valor de US $ 100 dólares el barril y el costo interno de producción a lo mucho llegaba a los 30 dólares el barril incluyendo las regalías pagadas, las mismas que se deducen como gasto.

En la década infame de los noventa del siglo pasado donde se privatizaron empresas estatales a precio de remate, a PetroPerú le sustrajeron  la Refinería de La Pampilla, la refinería más moderna ubicada en Lima, por tanto su transferencia al sector privado era equivalente a transferir el mercado más importante del país.

En el mismo sentido, a PetroPerú le enajenaron la rentable planta de envasado, y distribución de gas licuado de petróleo (GLP), Solgás, que representaba en dicho mercado el 40 por ciento de participación. Igualmente fueron privatizadas a vil precio sus filiales como la naviera Transoceánica, Petromar, la planta de lubricantes Petrolube, sus terminales marítimos entre sus principales activos.

Es más, el gobierno pasado tuvo la oportunidad de fortalecer la presencia de PetroPerú, con los contratos de hidrocarburos que tenían términos de vigencia contractual como los lotes del noroeste en Piura, adicionales al lote 1-AB ahora 192 en la selva nororiental.

Sin embargo, a pesar de esta privatización fragmentada PetroPerú reducida a la actividad de refinación, transporte por medio del oleoducto norperuano, y distribución mayorista de combustibles sigue ocupando el primer puesto entre las 10,000 primeras empresas de la economía peruana, en cuanto a la generación de ingresos, con utilidades operativas y netas positivas, a pesar de los contratos lesivos, deducciones indebidas, y partidas inusuales, en razón de su naturaleza estatal.

DEBATE: FORTALECIMIENTO O LIQUIDACIÓN
Urge fomentar un debate nacional con participación de los partidos políticos, los foros empresariales, académicos, laborales, regionales, frentes de defensa sobre el futuro de la política energética en nuestro país, y el rol que debería tener la petrolera estatal: PetroPerú.

A todos nos debiera interesar el costo real de la modernización de la Refinería de Talara, que según la última exposición del ministro del sector costaría US $ 3,530 millones de dólares sin IGV, por tanto su valor sería de US $ 4,165 millones de dólares a los cuales habría que sumar las inversiones adicionales de privados, que en última instancia asumiría PetroPerú que se estiman superiores a los US $ 800 millones de dólares.

En el mismo sentido, la reparación integral del oleoducto norperuano que hace posible la salida del crudo de la selva nororiental debe ser también estimada. Es decir, interrogarse sobre el costo real de la inversión necesaria, y el tiempo que debe requerir.

En este contexto, fortalecer PetroPerú exige y supone prácticas transparentes, un debate nacional sobre las consecuencias de la privatización en el sector de hidrocarburos, el futuro del sector y el rol que debiera tener la petrolera estatal en la política energética y el significado en la presente coyuntura de su fortalecimiento.



jueves, 8 de septiembre de 2016

AYO EN AREQUIPA CON ENERGÍA LIMPIA - LAS POSIBILIDADES DEL DESARROLLO CAMPESINO

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

Ayo es un distrito eminentemente campesino de la provincia arequipeña de Castilla donde nació el prócer de la independencia Juan Pablo Vizcardo y Guzmán y que languidece en la pobreza extrema, con una población que disminuye cada año pues de 360 habitantes según el censo del 2007 actualmente no radicarían más 180 personas. Es más tiene el triste privilegio de ser un distrito con el menor ingreso familiar de la provincia Castilla (PNUD 2012) y el de menor esperanza al nacer en toda la provincia.

Es más, es una población que envejece lentamente pues los jóvenes, hombres y mujeres sin oportunidades de trabajo e ingresos suficientes migran a la capital departamental en busca de un futuro mejor, lo cual reproduce a nivel micro lo que pasa en términos generales con las sociedades agrarias tradicionales en nuestro país frente a la modernización.

La paradoja de su pobreza se relaciona con las grandes posibilidades agrarias que tiene para el sembrío de una serie de cultivos rentables (trigo, cebada, tara, ajos, anís, aguaymanto entre otros frutales etc.) ampliando la frontera agrícola incorporando más de 200 hectáreas con modernas técnicas de regadío, para ello necesita energía, y buenas carreteras que los  conecten a los mercados para poder vender sus productos. 

A ello debe sumarse las posibilidades de promoción turística conjuntamente con la industria artesanal con los típicos vestidos de la zona, bondades que tiene dicho distrito cercano al Cañón del Colca, si tuviese una dotación de energía las 24 horas del día a precios competitivos, entiéndase baratos, en un departamento como Arequipa sediento de agua y de energía.

SE DERRUMBA EL CANON

A nivel de transferencias que percibe por la explotación de los recursos naturales, foncomun entre otras partidas, el distrito de Ayo reproduce lo que está pasando a nivel regional y nacional, con las rentas municipales. Así, la renta territorial más importante como el canon minero que sumó los 362 mil soles en el 2011 con buenos precios de los minerales, para el 2016 se ha derrumbado para llegar a los 6,525 soles

Si la municipalidad distrital de Ayo en el 2011 obtuvo por concepto de transferencias varias un monto equivalente a 1.4 de millón de soles, es decir menos de millón y medio, durante el boom minero e inicios del gobierno del presidente Humala, sea por los rubros del Foncomun (352,520 soles), canon minero (362,966 soles), regalía minera (166,227 soles), plan de incentivos por mejora de gestión municipal (120,925 soles) entre las partidas más importantes, éstas se han reducido ostensiblemente. Ver cuadro “Municipalidad Distrital de Ayo: Total de Transferencias de Recursos” 2011- a julio del 2016

Para el 2016 el presupuesto municipal experimenta un grave bajón de las transferencias pues han de percibir un poco más de 383 mil soles, lo cual afecta la capacidad de gasto, la lucha contra la pobreza, la posibilidad de tener educación y salud mínima con la presencia de personal de salud, médicos y enfermeras de forma permanente, y el financiamiento para acceder a los servicios esenciales como la dotación de agua potable las 24 horas, con una red de desague más el tratamiento de las aguas residuales y sobre todo el acceso de energía al conjunto de la población.

Debiera ser evidente que la reducción de los ingresos municipales entre el 2011 al 2016 al pasar éstos de 1.4 de millón a los 383 mil soles agrava la penuria de nuestros hermanos de Ayo que están geográficamente muy cerca de conectarse con el circuito turístico principal del Cañón del Colca con una carretera inconclusa, pues para ello necesitan recursos, que dicho sea de paso serán menores en los próximos años por la disminución de los ingresos tributarios y el bajón del crecimiento de la economía nacional y regional.

VENTAJAS DE UN PROYECTO LIMPIO 

En tal sentido una posibilidad de desarrollo está ligado a la  construcción de la Central Hidroeléctrica de Mamacocha que ampliaría la potencia instalada de la planta existente de 50 KW insuficiente para resolver las demandas sociales de Ayo hacia una central de 20 MW de potencia, asegurando la generación eléctrica para el distrito, a la provincia de Castilla y formaría parte del Sistema Interconectado Nacional a través de una línea de transmisión hasta el centro poblado de  Chipmo, la que sería posible a través de una inversión de US $ 60 millones de dólares que tendría efectos positivos en la economía local y regional.

Esta inversión de US $ 60 millones de dólares que goza del financiamiento del Banco de Desarrollo Alemán (DEG) preserva y respeta las más estrictas normas ambientales, pues los alemanes son muy estrictos en este tipo de financiamientos que apuestan por las energías limpias para el desarrollo.

Al margen de los efectos positivos que tendría esta inversión con la Central Hídrica de Mamacocha, generando empleos directos e indirectos con 250 puestos de trabajo durante la etapa de construcción, empleo tan necesario en una región deprimida, asegurando una renta municipal como el canon hidroenergético  para los próximos treinta años la cual como se puede notar en el cuadro respectivo en el mejor año (2015) apenas significó S/ 1,406 soles, monto que se incrementaría solamente para el distrito de Ayo a más de US$ 30,000 dólares anuales adicionales en promedio. Es decir, por dicho canon el distrito percibiría el equivalente a 100 mil soles por año, lo cual le permitiría financiar la ampliación de tierras cultivables con riego permanente entre otras posibilidades.

Si a ello se suma el impuesto predial que pagaría la empresa Hidroeléctrica Laguna Azul a la municipalidad distrital de Ayo que sería del orden de los 70 mil soles anuales en promedio, más el compromiso de comprar y contratar los servicios locales que demande la construcción de la central tales como los servicios de restaurantes, hoteles, transporte, prácticamente serían los efectos de un shock de inversiones que cambiaría para bien a la población de Ayo. 

Esto reforzaría la mencionada “Revolución Social” que promueve el nuevo Presidente de la República PPK llevando los servicios esenciales, agua, energía e infraestructura a los más pobres del Perú profundo, que como en el distrito de Ayo el 72 por ciento de los hogares están considerados en situación de pobreza extrema (abril 2012)

Desde el punto el vista técnico la Central Hidroeléctrica de Mamacocha de 20 MW sería una central de pasada, sin reservorio que pueda reproducir el efecto espejo que sí tiene consecuencias ambientales. Es decir, al no tener embalses ni reservorios, ni emanaciones del gas metano producto de la descomposición, se minimiza la contaminación ambiental como es usual en las centrales hídricas de paso.

Por el contrario, la Central Hidroeléctrica de Mamacocha sería una versión pequeña de la Central Hídrica del Cañón del Pato (Ancash), que durante más 60 años toma las aguas del Rio Santa, las eleva al interior de un cerro, aprovechando la fuerza de la caída de las aguas generando energía por medio del movimiento de las turbinas pelton, para luego devolver las mismas aguas en las mismas condiciones naturales  al Rio Santa que luego son utilizadas para la agricultura en toda su desembocadura en la costa ancashina.

Las ventajas de la Central Hidroeléctrica de Mamacocha en Ayo es que se trata de una mini central de 20 MW que aprovecharía el agua de rebose, es decir el sobrante de las lluvias sin afectar el nivel natural de la laguna. Al ser una central de pasada las aguas no sufren ningún cambio ni contaminación, pues son devueltas  al río Mamacocha que alimenta el río Colca en las mismas condiciones naturales. Tan es así que estudios científicos han asegurado la reproducción de la nutria andina que visita la laguna.

En tal sentido, con el apoyo de la población distrital de Ayo que perciben en esta obra una oportunidad para mejorar sus ingresos por sus obvias ventajas, con las autoridades locales que aspiran a mayores rentas municipales en alianza estratégica con la empresa Hidroeléctrica Laguna Azul que asume compromisos en el marco de la responsabilidad social, resulta una paradoja social e histórica que un pretendido Frente de Defensa de los intereses de Ayo cuyos miembros  viven cómodamente en la ciudad de Arequipa, se opongan políticamente a esta inversión que asegura energía limpia para el desarrollo de Ayo, Castilla y Arequipa.












lunes, 5 de septiembre de 2016

UNA CAMPAÑA SUCIA CONTRA PETROPERÚ

S/ 451 millones de Utilidades Netas al I semestre 2016

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

Si existiera una clase dirigente en el Perú con una visión nacional de desarrollo, ésta sería la mayor interesada en tener una empresa petrolera estatal moderna, eficiente, rentable, que asegure el abastecimiento energético, por medio de los combustibles que se extraen de los hidrocarburos, como el petróleo, líquidos y gas natural.

En el mismo sentido esa clase dirigente no permitiría que la petrolera estatal fuese un botín de los gobiernos de turno, fuente de corruptelas y negocios privados, agencia de empleo con cada gobierno, con directorios inexpertos e ignorantes de la dinámica del sector de hidrocarburos. Igualmente no permitiría la administración e intromisión política en el manejo empresarial, con ministros de Estado al servicio del interés privado.

Una petrolera estatal moderna al margen o por encima de los grupos económicos e intereses privados aseguraría la reproducción del capital global en una sociedad y economía tan fracturada como la peruana. Prueba de ello ha sido el abastecimiento de combustibles en la Amazonía sin recuperar el impuesto general a las ventas (IGV) hasta el 2015. Ello ha significado por ejemplo que PetroPerú desde el 2001 hasta el 2015 ha subsidiado a las familias y empresas de la selva con cientos de millones de soles (más de S/ 1,800 millones), pues el Ministerio de Economía y Finanzas no reconoce aún su devolución.

Por medio de una empresa estatal como PetroPerú privatizada a medias desde los años noventa del siglo pasado, sin lotes petroleros que fueron transferidos al sector privado para su explotación pues supuestamente las empresas privadas deben asumir riesgos e invertir cuestión que no se verifica en la realidad si contamos el número de pozos exploratorios desde 1998 a la fecha. Un promedio de cinco pozos como promedio en las dos primeras décadas de este siglo. Es más, si no invirtieron cuando el precio del crudo estaba a 100 dólares el barril ¿Por qué habrían de hacerlo con precios menores a los 50 dólares?

Lamentablemente poco de ello se ha cumplido. Se debe recordar que se privatizaron lotes con el objeto de levantar la producción de crudo especialmente en las operaciones noroeste, Piura y selva norte (Loreto y Ucayali). Si en el año 1995 la producción de petróleo crudo era de 125 mil barriles diarios, hoy a inicios de setiembre del 2016 la producción interna no llega a los 50 mil barriles diarios.

Debiera ser evidente que esta realidad no sería responsabilidad de PetroPerú que abona precios internacionales por el petróleo producido internamente como el importado.

PETROPERÚ: FUENTE DE NEGOCIOS PRIVADOS

Se trasfirieron lotes petroleros que han permitido la valorización y capitalización de empresas privadas que se han internacionalizado con los recursos energéticos de nuestro país.

Así, por ejemplo la empresa Pluspetrol con la privatización del lote 8/8X a fines del 1995, y posteriormente con el lote 1-AB (2001) generó los excedentes para financiar su participación del 27.2 por ciento en el Consorcio de Camisea, en el  lote 88  (2004) y lote 56 (2008), sin mayor riesgo, pues las reservas de gas natural y condensados habían sido descubiertas en 1984 por la angloholandesa Shell.

Las operaciones de Pluspetrol en el lote1-AB ahora conformante del lote 192 ha dejado grandes pasivos ambientales que afectan la fauna y flora en la Amazonía, como también en el lote 8 (Trompeteros) y el estado no ha tenido la voluntad política de exigir la remediación ambiental de dichos pasivos, que son más graves a los derrames producidos por el Oleoducto Norperuano.

En el mismo sentido, los hidrocarburos que alguna vez fueron de PetroPerú han permitido la valorización y crecimiento económico como grupo empresarial a Graña y Montero Petrolera. Esta sin mayor experiencia en el sector a inicios de los noventa explotaba el lote I en Piura con menos de 200 barriles diarios luego pasó a  ser responsable del lote V, para más tarde sustituir a la noruega  de Interoil en los lotes III y IV. Hoy produce más de 6 mil barriles diarios y los excedentes obtenidos financian sus otras operaciones en el sector.

Es decir, gracias a los excedentes, es decir utilidades obtenidas por la explotación de petróleo, gas y líquidos pues también produce GLP (gas licuado de petróleo) financia su participación en el Gasoducto del Sur, y sus diversas actividades asociadas con la masificación del gas en la sierra.

Gracias a la privatización de los terminales de PetroPerú, en especialmente del Callao mediante la modalidad de alquiler, el grupo Graña y Montero realiza un gran negocio a expensa de la petrolera estatal, pues abona un promedio de 25 millones de dólares anualmente por la concesión desde 1999 y le cobra es decir le factura a PetroPerú por el uso de los mismos terminales un valor superior a los 65 millones de dólares por año, para que la petrolera estatal pueda abastecer el mercado nacional de combustibles (47 por ciento)

Por tanto, los titulares de diarios emblemáticos como El Comercio en especial el editorial del 4 de setiembre  del 2016, denominado “Petreoperú” debieran ser matizados, si se tiene presente que José Alejandro Graña Miró Quesada, principal accionista de la petrolera Graña y Montero y como tal usufructuario de negocios con PetroPerú, y de otro lado, sería unos de los accionistas mayoritarios del decano de la prensa nacional, que tiene evidentemente un interés de parte en retomar la privatización de la petrolera estatal.

RENTABILIDAD A PESAR DE TODO

En el cuadro “PetroPerú: Resumen de los Estados Financieros” al primer semestre del 2013 al 2016, se exponen los ingresos, utilidades brutas, operativas y netas de la petrolera estatal, destacando la mejora de sus resultados económicos, en especial durante el primer semestre del 2015 y 2016, obteniendo utilidades netas de 343 y 451  millones de soles respectivamente.

Esperemos que tales indicadores aumenten al final del año, pues es urgente y necesario que tales recursos se destinen al financiamiento de la modernización de la refinería de Talara cuyo avance al 40 por ciento está retrasado, si se tiene presente que la competencia Repsol/La Pampilla a partir del presente mes de setiembre procesará combustibles limpios con el diesel con 50 partes por millón de azufre, abasteciendo el principal mercado de Lima y Arequipa.

El presente gobierno a través de sus más altos funcionarios como el Presidente del Consejo de Ministros, y en especial, con los ministros de Economía y Finanzas más el de Energía y Minas que conforman la Junta de Accionistas de PetroPerú, que dicho sea de paso en el gobierno pasado a lo sumo se reunían una vez al año, han expresado el interés sobre un pedido de facultades al Congreso de la República para “reorganizar una vez más” a la petrolera estatal, arguyendo los reiterados derrames en el Oleoducto Norperuano, y el necesario sinceramiento sobre el costo real del financiamiento de la modernización de la Refinería de Talara.

En verdad, cualquier reorganización de PetroPerú que no asuma las recomendaciones de la consultora Wood Mackenzie contratada en el gobierno anterior, donde técnicamente recomendaba  la integración vertical, es decir la producción propia de petróleo y gas bajo responsabilidad de PetroPerú está condenada al fracaso, más aún si se tiene un directorio y gerencia general sin experiencia en materia de hidrocarburos, sin conocimiento del mercado de combustibles ni las particularidades de la petrolera estatal.

En conclusión, el problema central de PetroPerú no es técnico ni económico que tienen su explicación e importancia. Es sobre todo político e ideológico, pues el modelo recomienda su privatización a pesar de su rentabilidad, de los pésimos negocios que tiene que suscribir con privados la petrolera estatal entre otras perlas.

Lo grave es la falta de visión de estado, de largo plazo, de la ausencia de objetivos estratégicos como país donde los recursos energéticos estén al servicio de las grandes mayorías y permitan un abastecimiento seguro, oportuno, a precios razonables con respeto de las normas ambientales en todas las fases de las operaciones, producción, refinación, transporte y distribución.