Si bien ha sido mérito del actual gobierno haber renegociado el contrato original de Camisea en agosto del 2006, haciendo que el precio del gas natural tanto para la generación eléctrica como para uso industrial, tenga como referente el índice de precios de la maquinaria y equipo de energía en USA, dejando de lado la dependencia en el “factor de ajuste” a los petróleos industriales que siguen la tendencia del precio internacional del crudo.
Así, sin la modificación al contrato original de Camisea firmado en el 2001 durante el Gobierno de Transición del presidente Valentín Paniagua, el precio del gas natural para la generación eléctrica estaría costando incluyendo la generación, transporte y distribución en Lima más de US$ 4.17 dólares por millón de BTU, y para el uso industrial más de US$ 7.53 dólares.
En cambio, en razón de la modificación en el “factor de ajuste” producto de la renegociación contractual, el gas natural para agosto del 2008 tiene un valor de US$ 2.50 por millón de BTU para la generación eléctrica y de US$ 4.54 para la industria. Lo cual ha degenerado en un uso intensivo del gas natural, superando las más optimistas proyecciones, y que ha significado un importante ahorro para los consumidores, algo parecido al excedente del consumidor de Alfred Marshall. ¡Es decir, sin Camisea las tarifas eléctricas serían mucho más altas de lo que son ahora!
A nivel interno, las distorsiones del precio del gas natural tan barato se ha convertido en un problema pues no solamente ha desalentado la construcción de centrales hídricas y eólicas, sino también constituye un absurdo económico, pues estamos “quemando” gas natural en la generación de ciclo simple, recurso natural que en algún momento se agotará, en lugar de aprovechar el potencial petroquímico, con un mayor valor agregado.
A ello, debiera agregarse las mayores utilidades que tienen las empresas de generación hídrica y térmica a gas natural que producen electricidad a menores costos, pero que obtienen ganancias extras gracias a la determinación del precio de la electricidad por el costo marginal, es decir, por el productor menos eficiente que es reconocido al último por el sistema, es decir por el cártel de la generación, donde confluyen empresas privadas y estatales (COES). Por tanto, mientras marginen el precio, es decir, lo determinen las centrales térmicas que usan el petróleo diesel, los precios de generación se mantendrán altos, posibilitando ganancias extras a los productores hídricos y a las térmicas que “queman” gas natural.
Se debe entender que la mayor participación en la producción eléctrica proviene de la generación hidráulica (56% ), luego de la térmica a gas natural (27%), y en una menor participación la generación térmica a carbón, petróleo residual y diesel 2, que es la más cara.
OSINERGMIN: DURO DE ROER O VERSALLESCO
Desde el punto de vista de las empresas de generación, la tarifa regulada por Osinergmin, es decir de todos los clientes que consumen menos de 1,000 Kw/h, residenciales, comerciales y pequeños industriales no resulta atractiva, pues están obteniendo pobres utilidades, a pesar que el modelo y la ley de Concesiones Eléctricas les garantiza una tasa mínima de rentabilidad equivalente al 12 %, y en la práctica están obteniendo más del doble, con una débil propensión a tributar, gracias al marco promotor vigente de los años noventa.
Es decir, a pesar del tamaño del mercado eléctrico en el Perú, la rentabilidad estimada como tasa es superior a las utilidades obtenidas en el mercado de USA, España y Chile, solamente por mencionar algunos países de donde provienen algunas de las empresas que operan en nuestro país.
Según las empresas eléctricas, la responsabilidad de la falta de inversiones en la generación hídrica y la dramática disminución de la reserva que en las horas punta entre las 18 y 22 horas llega a ser el 1 %, según declaraciones del Presidente del COES, es la extrema discrecionalidad del organismo regulador, que no incentiva la inversión. Es decir, el supuesto modelo de eficiencia eléctrica funciona actualmente sin reserva de energía eléctrica, que teóricamente debiera representar un mínimo del 30 % para asegurar el crecimiento de la economía en los próximos años, los nuevos proyectos mineros intensivos en energía y los tratados de libre comercio (TLCs).
En otras palabras, la reserva eléctrica se ha licuado, y esta sería la forma más efectiva de presionar para el incremento tarifario y cuestionar un modelo eléctrico distorsionado gracias a los precios baratos e irracionales del gas natural para la generación eléctrica, viejas prácticas oligopólicas, y presiones de los grupos de poder etc .A estos elementos debiera sumarse la supuesta discrecionalidad, es decir, el demasiado poder que tendría el organismo regulador para fijar y regular el valor de la tarifa eléctrica.
No se debe olvidar, que la racionalidad de la empresa privada es la maximización de las utilidades, es decir obtener las mayores utilidades, a costa de la calidad del servicio y los cortes intempestivos que afectan a los consumidores y empresas a vista y paciencia del organismo regulador. Bastaría mencionar el caso de Etevensa hoy absorbida por Edegel del grupo Endesa de España. En el pasado reciente desarmaron un generador de más de 150 MW que fue trasladado hacia USA, y las turbinas duales que se quedaron estaban fabricadas para operar como turbinas a gas natural y/o diesel. Sin embargo, en varias oportunidades ha tenido desperfectos. Así, la más calamitosa ha sido en enero del 2008, donde ante los problemas de mantenimiento del gas de Camisea, la bendita turbina no levantaba con el petróleo diesel, y media Lima estuvo en oscuras. ¡Todo esto ha vista y paciencia del organismo regulador!
TARIFAS: NI CARAS NI MUY BARATAS
Si desde el punto de vista de las empresas, Osinergmin como regulador es percibido como un organismo “duro de roer”, estricto en la aplicación de las normas, desde nuestra visión sería más bien un organismo complaciente con las empresas, y versallesco con el gobierno de turno, al margen de las calidades profesionales de sus miembros, pues no satisface el principio fundamental de todo organismo regulador: la autonomía respecto al poder de turno, autonomía en el uso de sus recursos que posibiliten una fiscalización efectiva a las empresas eléctricas, de hidrocarburos y mineras.
Según la visión empresarial, Osinergmin tendría demasiado poder discrecional en la fijación tarifaria, pues supuestamente las tarifas eléctricas vigentes no serían atractivas por ejemplo para financiar la reconversión de las centrales térmicas de ciclo simple a ciclo combinado, y mucho menos para la inversión en centrales hidráulicas.
De allí, lo fácil y expedito de colgarse a la generación eléctrica en base al gas natural, especialmente de Camisea. Por ello, un representante del consorcio Perú LNG responsable de la exportación de gas hacia México, señalaba que “Las (empresas) térmicas están invirtiendo el mínimo para ganar el máximo“(Revista Caretas Nº 2043). Estas agraciadas declaraciones se explican, por la supuesta competencia que se presentará a futuro, con los lobbies incluidos, entre el abastecimiento del gas natural a las centrales térmicas que satisfacen el mercado interno y el proyecto de exportación.
A nivel latinoamericano el precio de la tarifa eléctrica residencial en nuestro país, es decir de los clientes regulados, está por debajo de la tarifa vigente en Chile que se ubica por encima de los 21.66 centavos de dólar por kilovatio hora, en razón de la crisis energética de ese país, por la falta de abastecimiento del gas proveniente de la Argentina. El país gaucho por razones de popularidad política de los gobernantes de turno, tienen una de las tarifas más bajas de la región, equivalente a 3.12 centavos por kilovatio hora. De allí, la pobre calidad del servicio en el gran Buenos Aires, y la débil propensión a la inversión exploratoria en hidrocarburos, pues la fuente principal después de la energía hídrica es el gas natural.
Entre los extremos, la tarifa residencial en nuestro país está sobre los 11.82 centavos de dólar, al igual que Colombia con 11.11 centavos y un poco menos que la vigente en Brasil que arriba a los 13.39 centavos de dólar por kilovatio hora. Es decir, en nuestro país la tarifa eléctrica “ni es muy barata ni muy cara”, más bien lo que debiera preocupar es la calidad del servicio, con los cortes intempestivos, la falta de reserva y sobre todo asegurar nuevas inversiones en la generación, transmisión y distribución eléctrica.
Que en Chile las tarifas eléctricas residenciales sean el doble que las vigentes en el Perú, resulta explicable. De allí, el interés para el traslado de las operaciones de algunas empresas chilenas hacia nuestro país. De otro lado, no podemos hacer la comparación con Argentina, Ecuador, y Bolivia que tienen políticas de subsidios en materia energética, e incluso problemas de abastecimiento.
Por tanto, si las tarifas eléctricas en nuestro país aseguran una ganancia razonable con una rentabilidad del 12 %, que en la realidad superan el 25 %, como explicarse los serios problemas energéticos que tiene nuestro país. Por ello, nuestra hipótesis de trabajo es que se trata de una problemática que supera el tema tarifario, es un problema de regulación, de la debilidad en la regulación frente a la fuerte presencia oligopólica de las eléctricas, y de precariedad en la intervención del Estado que se encuentra “encorsetado”, es decir limitado por la concepción del rol subsidiario en la economía, y que por tanto, no es deseable la inversión del Estado en la construcción de grandes centrales hídricas, o en la autorización a la intervención directa de ElectroPerú en la generación térmica aprovechando el gas de Camisea.
Si el problema no está por el lado de las tarifas, cabe preguntarse la evolución de la rentabilidad. En tal sentido, sirva de ejemplo el indicador más efectivo para estimar la rentabilidad en las empresas de servicio público, más conocido como Generación Interna de Recursos (GIR), que considera la suma de las utilidades operativas, es decir antes de impuestos, más las depreciaciones, es decir, el excedente económico que han obtenido las empresas de generación eléctrica en los últimos años.
Como se podrá observar en el cuadro respectivo, al margen del hipo del 2004, donde las utilidades operativas más las depreciaciones disminuyeron, en los tres últimos años el GIR de las empresas de generación ha sido creciente a pesar de todo. Cierto que con tasas de rentabilidad de 25 % no tienen las ganancias de las empresas mineras que están obteniendo tasas de rentabilidad por encima del 60 %, sin embargo, las empresas eléctricas no se pueden quejar.
El problema es que cada vez hay más empresas de generación térmica que “están invirtiendo el mínimo para ganar el máximo”, y por tanto, el excedente por repartir entre más empresas sean de generación hídrica, y /o térmica reduce su participación. Por ello, se necesita un “New Deal” energético en serio, un nuevo trato que supere los problemas y limitaciones para la inversión hídrica y de las energías no convencionales como la eólica, un nuevo marco tributario, arancelario, tarifario que compense los bajos precios de la generación termoeléctrica en base al gas natural.
Alcanzar la autonomía energética debiera ser una política de Estado que supere las políticas de gobierno. Es más, los graves desequilibrios energéticos existentes que pudieran terminar en una “crisis energética” constituyen una prueba fehaciente del fracaso del modelo de crecimiento del mercado eléctrico basado en la iniciativa privada y la débil regulación del Estado.
En primer lugar debo agradecer los comentarios suscitados a raíz del artículo “Distorsiones del Mercado Eléctrico”, que se están vertiendo en la Red de Energía, con calidad profesional y desde diferentes ópticas. El intercambio de ideas con absoluta transparencia es una práctica poco común en nuestro país.
De allí, el interés de dar a conocer los diversos comentarios en el blog bajo mi responsabilidad.
En segundo lugar, no se trata de jugar al gran bonetón y de identificar responsables Minem, COES, Osinergmin etc. Desde mi particular punto de vista, los problemas actuales se explican en su origen por la fragmentación de la actividad eléctrica entre la generación, transmisión y distribución, con las políticas privatizadoras que fueron auspiciadas por el Banco Mundial, y la asunción a crítica de los principios de la libre “oferta y demanda”, en un sector que por su propia naturaleza no es competitivo. A ello, debiera agregarse, el retiro relativo del Estado de la actividad eléctrica, bajo el principio de la “subsidiaridad” del Estado en la actividad económica.
En tercer lugar, existe la necesidad de plantear una plataforma de solución, a estos graves desequilibrios energéticos, que podrían derivar en una “crisis energética” que haga inviable el crecimiento económico futuro del país. El tema da para más, y estoy preparando un artículo sobre la rentabilidad eléctrica donde espero responder algunas preocupaciones de los profesionales que gentilmente han comentado el artículo en referencia.
Jorge Manco Zaconetti
Reacciones al artículo: “Distorsiones del Mercado Eléctrico” publicado en la Red de Energía el 8 de septiembre del 2008
1) "ara ausejo", 8 septiembre 2008
Estimado Señor Manco
Muchas gracias por leer mi articulo de hace algunas semanas en que hablé de este problema de "quemar gas" y el problema de riesgo moral en la sobreutilizacion de recursos, pero creo que hay algunas cuestiones que podría aportar a su articulo y que si se puede, me gustaría me las aclare en el caso que esté equivocado respecto al rol del organismo regulador.
Estuve haciendo una seria investigación del rol de cada agente después de haber escrito el articulo, y en realidad no es que el OSINERG fue versallesco, por el contrario, su rol fue cortado de manos por el D.S. 010-2004 y la ley 28447, que hablaban sobre la capacidad de reducir la discrecionalidad del regulador y sobre las modificaciones sobre causales de caducidad de concesiones y procedimientos a utilizarse en la fijación de tarifas en barra, más que un tema de extrema discrecionalidad, desde hace más de 4 años se puede decir que el regulador en la práctica fue "encapsulado" (explícitamente, encapsulamiento regulatorio) por el MINEM y por el COES, es decir, OSINERGMIN no tiene la culpa de ser tan rígido.
Revisé los boletines de febrero de este año, y el OSINERGMIN sí hizo las advertencias sobre el ducto de Camisea, me parece que decir que el organismo tiene demasiada discrecionalidad y que es el causante del problema es mirar la problemática desde la visión empresarial, lo cual, como bien menciono, es un oligopolio.
Es cierto, el Estado en especial el MINEM tiene una visión muy ideologizada, ya lo mencioné en mi artículo, no se atreve a poner mano a las empresas por temor de que estas se quejen ante potenciales inversores, el "new deal" está perdido, porque tendremos problemas con la reserva en los próximos años, ese es el riesgo de construir muchas hidroeléctricas y muchas térmicas que no quieren poner reserva o que en todo caso no usan formas eficientes de consumo de recursos, en ese aspecto, lo que queda es sincerar los precios, y que las generadoras sean penalizadas por sus estrategias comerciales de arrinconar el mercado hacia un punto que se distorsiona el precio y se restringe la producción, nadie ha querido tocar ese tema aun, y es parte de todo un problema de fondo
Hay un problema más que estoy analizando últimamente, utilicé un método llamado Conditional Cash Flow at Risk y lo apliqué a los estados financieros de Edegel, me resultó interesante un tema, que las estrategias de contratación sean siempre a dejar de lado a los clientes regulados, y es porque ellos tienen clientes libres con los cuales sacan mayores ganancias, quizás una parte de la solución de los problemas es que el regulador haga una investigación seria acerca de partir la actividad de comercialización de la generación, y ponerla a la altura de la del distribuidor, con eso, los incentivos a licitar serían ahora sí los adecuados, en lugar que las generadoras estén siempre haciéndole “perro muerto” a las licitaciones.
Por otra parte, creo que el culpable de esto es el MINEM, no ha planificado, no da información, encapsula al regulador, socializa las malcriadeces de los generadores, en fin, el regulador está sometido a demasiadas normas, y ese es su problema, porque las tarifas tienen un exceso de componentes administrativos y normativos, de todas las tarifaciones propuestas por Osinerg y COES, siempre hay diferencias notables en especial por los temas del plan de obras, y en ese aspecto el COES está cambiando constantemente de posición (es lógico, pues solo se dedica a administrar tecnológicamente el sistema a mínimo costo, y está completamente descoordinado con la forma en que operan económicamente los actores en generación, por ello ese incentivo a sobre utilizar recursos, es decir "quemar gas" o "secar las lagunas de embalse", lo que buenamente he llamado "problema de riesgo moral en la utilización de recursos" junto al "problema de riesgo moral en las estrategias de contratación" y el "problema de selección adversa en la entrada de generadores")
Por cierto, no sé si estoy leyendo mal, pero que yo sepa el OSINERGMIN no le corresponde generar los incentivos a la inversión, por el contrario por decreto, ese trabajo se lo auto-atribuyó el MINEM y encima el OSINERGMIN no tiene atribuciones ni siquiera para poder castigar a los inversionistas que demoran en su inversión y prefieren sobreutilizar los recursos poniendo tecnología barata, ¿qué clase de supervisor de la inversión es aquel que no tiene ni siquiera la potestad de supervisar y monitorizar los diferentes agentes y elementos que hay en el mercado antes y después de la entrada de las centrales?
Respecto a la falta de flexibilidad de las tarifas, es cierto, podría ser una perfecta excusa para no invertir en cogeneración o tecnologías eficientes, pero al revisar dichas tarifas, la mayoría están demasiado normadas, con escenarios hidrológicos equiprobables, con planes de obras fantasiosos, etc., etc., pero déjeme asegurarle que eso no es excusa para no invertir, por el contrario, ya se sabe de antemano que el MINEM socializará las pérdidas, por lo que las empresas argumentarán la falta de flexibilidad para "patear" las inversiones a un plazo más largo (lumpy investments), esto no es novedad, ocurrió con las hidroeléctricas, con las diesel, con Camisea, etc, no es una excusa, el inversionista sabe que tiene que enfrentar un flujo de caja, y ese flujo no está sujeto a normas que digan que se debe invertir en tecnología eficiente (normas que no dicta el MINEM) y no a dar facilidades extremas para invertir en generación ineficiente (esa que "quema"), ese no es un tema del OSINERGMIN, es un tema del ministerio.
Que el COES diga que el Osinergmin no hace flexible las tarifas es un tema que escapa del OSINERGMIN, ellos han recibido un mandato y leyes del MINEM, el problema parte de ellos y la política de pensar que el mercado lo resolverá todo, eso es algo que no ocurre porque el mercado de generación eléctrica no es competitivo en el Perú, y es lamentable que no se quieran poner normas que penalicen los comportamientos anticompetitivos en los mercados o que al menos los supervisen o monitoricen... quizás he lucido un poco vehemente con mis argumentaciones, espero me disculpe por el exceso, espero sus generosos comentarios.
Saludos cordiales
Ara Ausejo García
Economista UP
2) "Guillermo Risco", 8 septiembre 2008
Estimados amigos del Foro
Interesante análisis el que aportan a este Foro; solo para complementar:
1.- La Ley de Concesiones Eléctricas - DL Nº 25844, desde su promulgación en 1992, consideró la creación de la Comisión de Tarifas Eléctricas (CTE), como un ORGANISMO AUTONOMO FUNCIONAL, ECONÓMICA, TECNICA Y ADMINISTRATIVA; y bajo esas condiciones inició sus actividades regulatorias en el sector eléctrico del país.
Ello fue RATIFICADO en 1999, cambiando su denominación a Comisión de Tarifas de Energía e incorporando funciones regulatorias asociadas al sub-sector hidrocarburos (Ley Nº 27116)
2.- Pero a partir del 31-12-2000 los "sabios" tuvieron la desatinada iniciativa de "integrar a la CTE al entonces organismo supervisor OSINERG, contra opiniones de profesionales y funcionarios de alta credibilidad.
3.- El 24-01-2007 se promulga la Ley Nº 28964 que también transfiere funciones de la ex-Dirección de Fiscalización Minera al OSINERG, por ello el nombre actual de OSINERGMIN.
¿Hasta dónde se justifica acumular tanto poder y funciones en un solo organismo? o ¿es que el OSINERG cumplía todas sus funciones originales con suficiencia?
Basta con observar con algo de interés las redes de distribución (media y baja tensión) de servicio público o las conexiones, para comprobar que estamos pagando una tarifa máxima (< > VAD) por un servicio que no es precisamente el más eficiente, frente a la excesiva tolerancia del OSINERG+MIN.
Para resumir, sugiero promover las siguientes medidas:
1º Restituir la AUTONOMÍA de la ex- CTE (ahora GART), tal y como estaba previsto en la Ley de Concesiones Eléctricas y su Reglamento primigenios.
2º Que dicho organismo regulador CTE, sea quien fije el Precio en Barra, para fines de la aplicación de las tarifas a usuarios finales de servicio público de electricidad (< 1MW); eliminando las Licitaciones por Compra de Energía a que están obligadas las Distribuidoras (que en realidad encubre el traslado de un mayor precio al usuario final).
3º Establecer que las generadoras de nuestro país - bajo causal de caducidad de la concesión-la obligación de contratar como mínimo el 70% de su potencia firme para el MERCADO REGULADO (< > SERVICIO PUBLICO DE ELECTRICIDAD). Resulta inconcebible que la generadora estatal ELECTROPERU después de servirse del mercado regulado se haya negado a contratar con las distribuidoras.
Saludos,
Ing.CIP Guillermo Risco
3) “ara ausejo", 9 septiembre 2008
Estimado Ingeniero
Agradezco su generoso comentario, pero quisiera poder contrastar sus ideas, a fin de poder hacer más rico el debate, siempre manteniendo la altura para beneficio de todos.
Creo en primer lugar que pedir que se eliminen las licitaciones sería retroceder en la reforma, o sea, volver al sistema que teníamos antes. En Chile después de la crisis, hubo un pánico tal que se tuvo que retroceder en la reforma, estableciendo nuevas regulaciones sobre los precios nodales.
No digo que este mal retroceder, si el mercado no presenta las condiciones, a veces es mejor ello, pero soy de la opinión que las condiciones del mercado peruano no son para retroceder, sino por el contrario, para avanzar en la reforma (luego profundizare el tema)
Respecto a que el CTE tenga funciones, le comento Ingeniero que el CTE dentro de OSINERGMIN no ha perdido sus atribuciones, la GART es una gerencia independiente respecto al cuerpo de OSINERGMIN y ellos son los que hacen las tarifaciones. Lo que ha faltado en la reforma es establecer métodos para monitoreo, mitigación y sanción de posibles practicas anticompetitivas (entendido como poder de mercado o estrategias de las empresas para obtener beneficios que no deberían tener, o en su caso similar en el lenguaje usado en Chile "especulación del agua, del gas, de los contratos, etc")
Comparto su indignación respecto al tema de ElectroPerú, en especial porque al mercado regulado se le está dejando de lado, mi sugerencia sería que las generadoras ya no hagan el trabajo de comercialización a cliente final, y que entren las comercializadoras a nivel minorista y mayorista (esto se está empezando a hacer de manera indirecta con el tema de los prepagos)
Mediante el sistema actual, no se puede obligar a un generador a contratar, pero sí a un distribuidor a tener contratos, esto es un problema que se ha solucionado en parte con la Ley 27179, que recién acaba de salir, pero las soluciones son aún administradas (pago proporcional de las generadoras por los saldos no contratados, penalizaciones a las distribuidoras etc) lo que no está mal, pero son soluciones de corto plazo pues no se están dando incentivos a que las generadoras revelen sus disposiciones a vender, por el contrario, se organiza la subasta de manera que no hay incentivos a entrar, y se da aún preeminencia a los contratos bilaterales.
Profundizando el tema anterior, insisto que un generador no debe hacer el trabajo de comercializador, en todo caso se debe partir la actividad, de tal manera los generadores tengan recién incentivos a hacer contratos bilaterales y licitaciones mediante una competencia "por el mercado" en que exista una oficina en el COES y OSINERGMIN que vele por que las operaciones económicas estén coordinadas con las operaciones tecnológicas a mínimo costo (si hay alguien del COES que pueda rebatirme esto, por favor que lo haga) y que OSINERGMIN tenga una oficina que vele por la competencia en el mercado y establezca mecanismos de monitoreo, mitigación y sanción de posibles problemas en contra del mercado por parte de las generadoras.
Esta arista es sólo por la parte de como funciona el sistema económicamente, hay otros problemas más profundos como el tema de inversiones, generación eficiente, uso de recursos, flexibilidad de tarifas, darle más poder al regulador, etc.
No creo ingeniero que retroceder sea la solución, el OSINERGMIN es un organismo que puede funcionar muy bien, solo que estuvo atado de manos por el MINEM y el COES, ellos insistirán en lanzar la culpa al OSINERGMIN, pero el diseño del mercado y hacia dónde va orientado sí amerita que exista un regulador que tenga poder sobre el mercado, tal como ocurre con OSIPTEL, en que el empowerment ha logrado que exista competencia y que los servicios tiendan hacia un nivel de eficiencia y monitoreo del mercado deseable.
Espero gustoso sus generosos comentarios.
Saludos cordiales
Ara ausejo garcia
Economista UP
4) "ara ausejo" 9 septiembre 2008
Estimados miembros de la red
Les envió un artículo de Germán Alarco Tosoni, un buen amigo y profesor con quien he trabajado últimamente, este artículo está muy bueno, pediría su lectura para agregar algunos elementos al debate de la crisis.
Saludos Cordiales
Ara
Fortaleciendo la planeación en el sector energético
Germán Alarco Tosoni
Investigador Principal CENTRUM Católica
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Los problemas entre la demanda y producción de energía eléctrica reflejan la existencia de una crisis. Frente a ésta, algunos colegas señalan que la única salida es la de "sincerar los precios" (ajustar hacia arriba) o establecer mayores incentivos para que las empresas reaccionen ampliando la capacidad de generación. Sin embargo, eluden presentar información sobre la rentabilidad de éstas, omiten considerar los impactos en los ingresos reales de las familias y sobre la competitividad del aparato productivo. Lo más importante, soslayan la necesidad de introducir a la planeación como herramienta clave en la gestión del sector.
En la operación del sector energético se producen muchas "fallas de mercado" que justifican la planeación y regulación. La instalación de plantas generadoras implica un horizonte de largo plazo más aún cuando hablamos de la hidroeléctrica, se producen economías a escala, indivisibilidades, problemas de concentración, externalidades positivas y negativas, bastante cercanas a la que se presenta con la infraestructura de transporte (puertos, aeropuertos, carreteras y ferrocarriles) sujetas a abundante regulación y supervisión.
La Agencia Internacional de Energía (www.iea.org) emite anualmente el World energy outlook que incluye ahora proyecciones al 2030. La Energy Information Agency del Departamento de Energía de EE.UU. (www.eia.doe.gov) acaba de emitir tanto el Annual energy outlook como el International energy outlook con horizontes similares. Un caso interesante, pero aún con problemas de procedimientos y metodologías, es el mexicano donde se obliga a la realización de prospectivas anuales del sector energético (energía eléctrica, gas natural, petróleo y productos petrolíferos) con un horizonte de diez años hacia adelante (www.sener.gob.mx).
La planeación de la plataforma de producción y exportación de hidrocarburos (petróleo y gas natural) para el mediano y largo plazos requiere el cálculo y análisis detallado de las reservas probadas, probables y posibles. Es cierto que el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) publica un Informe anual de reservas, sin embargo, a diferencia de las prácticas internacionales éstas no son auditadas por otra instancia reconocida como la U.S. Securities and Exchange Commission (SEC) de EE.UU, el Instituto Francés del Petróleo (IFP), la Oficina de Geología de los EE.UU (USGS), entre otras.
Llama la atención el nivel de generalidad del Plan Estratégico Institucional 2007-2011 del MINEM publicado en octubre del 2007. No se hace mención alguna a la problemática de la seguridad energética ni a los niveles de reserva mínimos para las plantas generadoras de energía eléctrica. Si bien en el análisis se reseñan las debilidades relativas a la necesidad de reforzar la cultura de planeación, entre otras, no hay propuestas concretas para superarlas. Es necesario presentar el denominado Plan referencial reseñado por el MINEN, aterrizar los planes en indicadores y metas específicas, más allá de los relativos a la cobertura eléctrica, inversión y contribución al PBI que dicen muy poco. Hay que desarrollar más indicadores, realizar un balanced scorecard (sistema priorizado de indicadores) y llevar a cabo análisis de benchmarking (comparaciones continuas y sistemáticas) a nivel internacional.
La planeación del sector energético es fundamental. Como dice Alan Blinder, ex vicepresidente de la FED, "los mercados son creativos, pero a veces esa creatividad lleva direcciones extrañas y peligrosas".
5) "Guillermo Risco" 9 septiembre 2008
Estimados amigos
Para agradecer los importantes comentarios vertidos en este Foro, siempre será positivo discrepar profesionalmente, dando el más alto nivel al diálogo.
Sólo comentar, que no percibo por qué dejar de lado las Licitaciones tiene que ser equivalente a retroceder. Más aún si tenemos en cuenta que esta fue una medida desesperada producto de la coyuntura, mas no de una planificación bien elaborada.
Les comento, cuando se dio la Ley de Concesiones Eléctricas, las Distribuidoras (yo pertenecí a una de ellas), al observar asimetría en la norma (garantía de suministro), decidimos conformar el Comité de Empresas Distribuidoras, entre otros, para negociar "en bloque" la compra de energía a los generadores y lograr economías de escala y mejores condiciones comerciales, en beneficio directo del mercado regulado (< > servicio público de electricidad).
Ello no fue bien visto por las autoridades de entonces, nos impidieron proseguir e incluso se nos tildó de querer formar "un cártel de distribuidoras" (hoy percibo que el cártel se constituyo en la otra orilla).
Es decir, desde hace 15 años las concesionarias de distribución estuvieron conscientes de que necesitaban integrarse y negociar en forma autónoma con las generadoras la compra de potencia y energía (en forma directa y/o con licitaciones), considerando que lo que fija el regulador es un precio máximo que remunera un sistema eficiente y confiable (hoy observamos que no lo es tanto).
Debo recordarles que lo previsto en la Ley, era que los precios pactados en el mercado libre (sujeto solo a la libre competencia, oferta y demanda), debía inducir el precio regulado a la baja; hoy se pretende hacer todo lo contrario.
Sin perjuicio de la calidad de los profesionales de esa entidad, no considero que la ex-Comisión de Tarifas Energía hoy la GART, bajo la tutela del organismo supervisor y de fiscalización del sector eléctrico, hidrocarburos y minería, pueda tener la autonomía necesaria, para realizar su labor regulatoria. Esto si me permito calificarlo como un grave retroceso.
De otro modo no estaríamos afrontando estas severas distorsiones en el servicio de electricidad e hidrocarburos (distribuidoras sin contratos, alza tarifaria, preavisos de racionamiento, etc).
Cordialmente,
Ing.CIP Guillermo Risco Puse
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