Lote 88 Seguridad Energética
En el actual contexto internacional donde el gobierno norteamericano mediante una guerra e invasión imperial, tiene el control de los yacimientos de hidrocarburos más ricos del mundo en Irak, que resultan superiores a las reservas de Arabia Saudita y Kuwait, pero que todavía no pueden ser usufructuados, el acceso a la energía segura y barata es una cuestión de primer orden para las economías del mundo desarrollado. En una menor escala los problemas de la Rusia Imperial con Georgia, Chechenia y otras repúblicas ex socialistas también tienen su explicación en el acceso a fuentes energéticas.
De otro lado, está demostrado que tanto la economía norteamericana como la mexicana con la propia información de la Agencia Americana de la Energía (EIA), tienen reservas probadas de petróleo y gas para un poco más de doce años, con los actuales niveles de consumo; solamente la economía estadounidense utilizaba más de 22 millones de barriles diarios antes de la crisis económica con una producción interna superior a los 8 millones de barriles diarios, de una producción mundial de crudo que supera los 84 millones de barriles diarios. Ello significa que la diferencia entre la producción interna de crudo y el consumo interno en USA se salda con importaciones, de México, Venezuela de Chávez, Medio Oriente fundamentalmente.
De allí, que exportar el gas barato de Camisea II, Lote 56 más conocido como Pagoreni, resulta vital para la economía del gran norte, en este caso México con un abastecimiento de más de 520 millones de pies cúbicos diarios. Es decir, será un gran negocio para la transnacional Repsol/YPF accionista de los Lotes 88 y 56 responsable de la exportación, y las empresas que conforman el Consorcio Perú LNG, pero para el Perú no será tan bueno, dado que los precios de referencia del gas natural el Henry Hub de mantenerse por debajo de los 10 dólares por millón de BTU, los ingresos fiscales por el gas natural exportado licuefactado serían menores a los obtenidos por el gas destinado al mercado interno.
Por tanto, se deben encontrar puntos de encuentros para que todos los involucrados ganen. De lo contrario, el proyecto del Consorcio Perú LNG resultaría inviable en el mediano y largo plazo, por la fuerte oposición política que captaría en el presente ciclo político, con elecciones regionales y nacionales del 2011, donde más de un émulo de Evo Morales espera liderar el radicalismo popular.
A ello se suma la controversia de sectores industriales que demandan más gas natural barato, la influyente prensa (El Comercio, La Razón, Expreso, La República) que cuestiona el proyecto de exportación en detrimento del mercado interno, y el fuerte lobby de sectores eléctricos que generan electricidad con gas barato a ciclo simple, donde por las propias características del sistema eléctrico peruano, el precio de generación viene determinado por el productor marginal. Ello significa que se produce electricidad con gas natural barato pero quien determina el precio de generación en última instancia es el generador menos eficiente que utiliza petróleo diesel o residual. Es decir, ¡compra barato y vende caro!
En este panorama cabe preguntarse si tiene sentido que un país pobre como el Perú, haga uso de sus reservas de gas natural para resolver el déficit energético de México. Desde el punto de vista de la economía energética, no solo se trata de un problema de precio y regalías para el estado peruano, se trata de afirmar en el mediano y largo plazo la autonomía y seguridad energética de nuestro país, que estaría ligada al uso eficiente de las reservas probadas de gas natural provenientes del Lote 88 .
Al margen que las reservas de gas natural utilizadas en el contrato de exportación renegociado, debieran provenir exclusivamente del Lote 56 (Pagoreni) cuyo operador es Pluspetrol, y del Lote 57 (Kinteroni) bajo responsabilidad de Repsol/YPF. En tal sentido, resultaba cuestionable y reprobable que a fines del gobierno del ex presidente Alejandro Toledo, se modificara la naturaleza del contrato del Lote 88, haciendo que parte de las reservas de dicho lote refuercen el proyecto de exportación del Consorcio Perú LNG.
Las reservas de gas natural del lote 88 debieran garantizar al país la autonomía y seguridad energética del Perú en el largo plazo. Al margen del uso eficiente que debiéramos otorgar al consumo del gas natural, con precios sincerados, plantas de ciclo combinado en la generación eléctrica, gas natural con valor agregado en la petroquímica, integración regional del país a partir del gas. Por ello, se debiera ser enfático, en que “ni una sola molécula del Lote 88 debiera ser utilizada en el proyecto de exportación”
En tal sentido resulta censurable la tozudez del gerente general de Hunt Oil, Carlos del Solar, empresa que lidera el consorcio Perú LNG que se niega a revisar el contrato de exportación aduciendo que descarta “la posibilidad de modificar el contrato para que el gas natural del Lote 88 (Camisea) se destine sólo al mercado interno y no pueda ser utilizado para la exportación, pues ello significaría atentar contra la estabilidad jurídica de las inversiones en el país” (Declaraciones RPP 28 Febrero del 2008)
Sin embargo, contradictoriamente él mismo reconoce que ante los nuevos descubrimientos de reservas que se registran en los Lotes 56 y 57, resulta muy probable que no se destine gas natural del Lote 88 a la exportación, y sólo se utilice el gas del Lote 56. Así declaraba que “Estoy casi seguro que no habrá necesidad de hacerlo, pero mientras tanto no se puede modificar el esquema actual”.
En verdad, de confirmarse las mayores reservas probadas de gas natural y condensados certificadas por una empresa de prestigio internacional en los Lotes 56 y 57 debiera derogarse el decreto supremo DS 050-2005-EM que autorizaba que parte de las reservas del Lote 88 refuercen el proyecto de exportación, no hacerlo sería suicida para la estabilidad política del Perú ante el nuevo ciclo político y la creciente oposición no solamente del radicalismo sino de empresas industriales, empresas eléctricas, regiones, gremios profesionales y de buena parte del partido de gobierno.
De otro lado, está demostrado que tanto la economía norteamericana como la mexicana con la propia información de la Agencia Americana de la Energía (EIA), tienen reservas probadas de petróleo y gas para un poco más de doce años, con los actuales niveles de consumo; solamente la economía estadounidense utilizaba más de 22 millones de barriles diarios antes de la crisis económica con una producción interna superior a los 8 millones de barriles diarios, de una producción mundial de crudo que supera los 84 millones de barriles diarios. Ello significa que la diferencia entre la producción interna de crudo y el consumo interno en USA se salda con importaciones, de México, Venezuela de Chávez, Medio Oriente fundamentalmente.
De allí, que exportar el gas barato de Camisea II, Lote 56 más conocido como Pagoreni, resulta vital para la economía del gran norte, en este caso México con un abastecimiento de más de 520 millones de pies cúbicos diarios. Es decir, será un gran negocio para la transnacional Repsol/YPF accionista de los Lotes 88 y 56 responsable de la exportación, y las empresas que conforman el Consorcio Perú LNG, pero para el Perú no será tan bueno, dado que los precios de referencia del gas natural el Henry Hub de mantenerse por debajo de los 10 dólares por millón de BTU, los ingresos fiscales por el gas natural exportado licuefactado serían menores a los obtenidos por el gas destinado al mercado interno.
Por tanto, se deben encontrar puntos de encuentros para que todos los involucrados ganen. De lo contrario, el proyecto del Consorcio Perú LNG resultaría inviable en el mediano y largo plazo, por la fuerte oposición política que captaría en el presente ciclo político, con elecciones regionales y nacionales del 2011, donde más de un émulo de Evo Morales espera liderar el radicalismo popular.
A ello se suma la controversia de sectores industriales que demandan más gas natural barato, la influyente prensa (El Comercio, La Razón, Expreso, La República) que cuestiona el proyecto de exportación en detrimento del mercado interno, y el fuerte lobby de sectores eléctricos que generan electricidad con gas barato a ciclo simple, donde por las propias características del sistema eléctrico peruano, el precio de generación viene determinado por el productor marginal. Ello significa que se produce electricidad con gas natural barato pero quien determina el precio de generación en última instancia es el generador menos eficiente que utiliza petróleo diesel o residual. Es decir, ¡compra barato y vende caro!
En este panorama cabe preguntarse si tiene sentido que un país pobre como el Perú, haga uso de sus reservas de gas natural para resolver el déficit energético de México. Desde el punto de vista de la economía energética, no solo se trata de un problema de precio y regalías para el estado peruano, se trata de afirmar en el mediano y largo plazo la autonomía y seguridad energética de nuestro país, que estaría ligada al uso eficiente de las reservas probadas de gas natural provenientes del Lote 88 .
Al margen que las reservas de gas natural utilizadas en el contrato de exportación renegociado, debieran provenir exclusivamente del Lote 56 (Pagoreni) cuyo operador es Pluspetrol, y del Lote 57 (Kinteroni) bajo responsabilidad de Repsol/YPF. En tal sentido, resultaba cuestionable y reprobable que a fines del gobierno del ex presidente Alejandro Toledo, se modificara la naturaleza del contrato del Lote 88, haciendo que parte de las reservas de dicho lote refuercen el proyecto de exportación del Consorcio Perú LNG.
Las reservas de gas natural del lote 88 debieran garantizar al país la autonomía y seguridad energética del Perú en el largo plazo. Al margen del uso eficiente que debiéramos otorgar al consumo del gas natural, con precios sincerados, plantas de ciclo combinado en la generación eléctrica, gas natural con valor agregado en la petroquímica, integración regional del país a partir del gas. Por ello, se debiera ser enfático, en que “ni una sola molécula del Lote 88 debiera ser utilizada en el proyecto de exportación”
En tal sentido resulta censurable la tozudez del gerente general de Hunt Oil, Carlos del Solar, empresa que lidera el consorcio Perú LNG que se niega a revisar el contrato de exportación aduciendo que descarta “la posibilidad de modificar el contrato para que el gas natural del Lote 88 (Camisea) se destine sólo al mercado interno y no pueda ser utilizado para la exportación, pues ello significaría atentar contra la estabilidad jurídica de las inversiones en el país” (Declaraciones RPP 28 Febrero del 2008)
Sin embargo, contradictoriamente él mismo reconoce que ante los nuevos descubrimientos de reservas que se registran en los Lotes 56 y 57, resulta muy probable que no se destine gas natural del Lote 88 a la exportación, y sólo se utilice el gas del Lote 56. Así declaraba que “Estoy casi seguro que no habrá necesidad de hacerlo, pero mientras tanto no se puede modificar el esquema actual”.
En verdad, de confirmarse las mayores reservas probadas de gas natural y condensados certificadas por una empresa de prestigio internacional en los Lotes 56 y 57 debiera derogarse el decreto supremo DS 050-2005-EM que autorizaba que parte de las reservas del Lote 88 refuercen el proyecto de exportación, no hacerlo sería suicida para la estabilidad política del Perú ante el nuevo ciclo político y la creciente oposición no solamente del radicalismo sino de empresas industriales, empresas eléctricas, regiones, gremios profesionales y de buena parte del partido de gobierno.
1 comentario:
Tenga en cuenta que algunos campos de gas tienen Helio, como es el caso de Aguaytía y que seguro ni lo declara al estado en complicidad con políticos corruptos.
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