UN GRAN NEGOCIO ENTRE PRIVADOS
El problema de las regalías es un tema sensible para las empresas mineras que tienen firmados con el Estado contratos de estabilidad jurídica, tributaria y administrativa antes del 2004 como Mra. Yanacocha, Mra. Antamina, Mra. Cerro Verde, y Mra. Tintaya, es decir, el “cogollo” de la minería transnacional que opera en el Perú, con cuestionables prácticas sociales, ambientales y tributarias, en razón que no abonan las llamadas regalías mineras que constituyen una obligación de las empresas hacia el fisco, y la sociedad en su conjunto.
Esta “elusión tributaria” de las grandes empresas mineras forma parte de la pésima imagen que tienen las mineras en la opinión pública, en las comunidades, en las poblaciones locales y evidentemente en los críticos a la actividad minera. Es decir, el no abono de las regalías constituye una forma práctica y real que la filosofía de la responsabilidad social es papel mojado cuando se trata de compartir la riqueza minera con la población de las regiones mineras sea universidades públicas, gobiernos regionales y locales. Al igual que en la Colonia ¡La ley se acata pero no se cumple!
De allí que no sea extraño ni una sorpresa que en la próxima campaña electoral a nivel regional y nacional, tanto los grupos políticos del comandante Ollanta Humala como del cura Marco Arana coloquen el asunto de la regalías mineras en un lugar principal de la agenda política. La renuencia al abono de las regalías constituye un abuso de derecho y prepotencia de las empresas, de otro lado, es una debilidad del gobierno el no exigir estrictamente el abono de las regalías mineras, en especial en esta época de “vacas flacas” para el fisco por la caída del impuesto a la renta.
En el tema de regalías, el caso de Mra. Yanacocha que opera en la provincia de Cajamarca constituye un caso particular no solo por la envergadura de los accionistas tales como la transnacional Newmont, el grupo minero Buenaventura de la familia Benavides de la Quintana, y el brazo financiero del Banco Mundial el IFC, pues se asume el abono de regalías como un asunto entre privados. Esto significa que Newmont le abona a la Mra. Buenaventura una regalía por cada onza producida que se carga a costos, como se analiza a continuación.
Es decir, en Mra. Yanacocha por los derechos de explotación Newmont le abona a la Mra. Buenaventura anualmente entre 4 dólares, 11 dólares, a 16 dólares, según el año por cada onza de oro producida, valores que se cargan contablemente a los costos pero que constituyen “utilidades disfrazadas”, elevando el total de costos de producción y costos directos como se puede observar en el cuadro: “Mra. Yanacocha: Estructura del Costo Total de Producción 2002-2008” expresado en dólares por onza producida.
ESTRUCTURA DE COSTOS
Para Mra. Yanacocha al margen de los ingresos que dependen básicamente de los niveles internacionales de los precios del oro y de los volúmenes de onza producidos, los dos últimos años 2008 y 2009 constituyen tiempos de bonanza que contrastan a la realidad de las empresas que operan en la minería polimetálica y cuprífera. Por varios factores, sea la crisis financiera mundial o la función de atesoramiento y de reserva de valor, los precios del oro han superado la barrera de los 1,100 dólares por onza troy y se proyectan mayores incrementos dada la inestabilidad de la economía mundial.
Por ello, el análisis de los ingresos, utilidades y contribución fiscal de Mra. Yanacocha serán analizados en un segundo artículo, dado que las extraordinarias utilidades que están percibiendo las empresas auríferas, en especial de esta minera no están siendo compartidos con el fisco ni con las comunidades locales, siendo una fuente permanente de conflictos sociales en razón de su necesaria expansión territorial para la explotación de sus reservas.
Como el objeto del presente artículo es el análisis de las regalías con la propia información de los Reportes Anuales y Trimestrales de Newmont Mining Corporation se expone la estructura de costos por onza producida entre el 2002 y el 2008. En primer lugar, debe resaltarse los llamados costos de producción y costos directos que fluctúan entre los 123 dólares por onza en el 2002, pasando a los 176 dólares en el 2006 y prácticamente se duplican en el 2008 para alcanzar los 354 dólares por onza.
En los costos de producción y costos directos están los llamados costos laborales, de mina, las compras, los servicios de terceros etc. A estos costos se suman (+) o restan (-) los costos de créditos de productos, los royalties e impuestos a la producción más los costos de extracción diferida, es decir, costos pagados por adelantado, y otros costos.
Así, para el 2002 a los costos de producción y costos directos de 123 dólares por onza producida, la Newmont pagaba 4 dólares por onza a la Mra. Buenaventura, por concepto de regalías, a este costo se le restaba 2 dólares por costos de extracción diferidos haciendo un total de costos para las ventas de 125 dólares la onza.
A este total de costo para las ventas se agregan los costos de depreciación, desgastes y amortizaciones que sumaron 57 dólares por onza y por último se adicionaron los costos por denuncios, cierres mineros y gastos de ampliación equivalentes a 3 dólares por onza producida.
Se debe tener presente que los altos costos de depreciación, desgastes (depletion), amortizaciones constituyen recuperos del capital invertido. Se deprecia el capital físico y se amortiza la deuda, pero también se amortizan las reservas mineralizadas bajo el concepto de activos intangibles. En tal sentido, estas partidas constituyen en cierta medida “costos falsos” que sobrestiman los costos totales.
Por ello, el costo de las depreciaciones, desgastes y amortizaciones por onza producida se han incrementado entre el 2002 y el 2008 pasando de 57 dólares por onza para alcanzar los 92 dólares en el 2008. Es más este rubro constituye el 30% del total de costos de producción que alcanzó los 185 dólares la onza en el 2002, y representó el 21% del total de costos que sumaron los 443 dólares la onza.
En tal sentido, entre el 2002 al 2008 el total de costos de producción ha pasado de los 186 dólares la onza producida a los 443 dólares en el 2008, es decir, los costos totales por onza se han incrementado en 257 dólares lo que representa una variación del 139 %, donde los mayores incrementos están referidos a los costos directos de producción con incrementos del orden de los 231 dólares y con una variación del 187%.
En ese contexto llama la atención el comportamiento de las regalías entre el 2002 y el 2008, pasando de los 4 dólares en el 2002, para arribar a los 11 dólares por onza en el 2005, y con los altos precios del oro a nivel internacional las regalías pagadas como asunto privado pasan a ser de los 14 dólares por onza en el 2006, de 13 dólares en el 2007 y de 16 dólares por onza en el 2008.
Un estimado sobre el valor total de las regalías que se obtiene multiplicando la regalía por onza y las cantidades de onzas producidas nos indica que en el 2002 con producción de 2 millones 320 mil onzas y de 1 millón 807 mil onzas en el 2008 nos determina un valor total de regalías aproximado de US$ 9.3 millones en el 2002 y de casi US$ 29 millones en el 2008.
Es decir, como un asunto entre privados estos son los valores que se abonan, pero al Estado que resulta el titular de los recursos naturales a nombre de la Nación no se le abona un céntimo. Esta realidad debe ser superada obligando a todas las empresas mineras, sin excepción, incluida la pequeña y minería artesanal donde dicho sea de paso se asumen los pagos de regalías de una manera tradicional, al cumplimiento de la ley Nº 28258.
EPÍLOGO
He sido testigo de excepción de como entre el 2002 y el 2004 la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía mediante variados mecanismos influenciaba en el Congreso de la República, en los medios de comunicación, en el Ministerio de Energía y Minas de ese entonces, en los líderes de opinión, congresistas pro empresariales etc. para la no aprobación de la ley de regalías mineras que fue concebida como una contraprestación por la explotación de recursos naturales como el oro, cobre, plata que en algún momento se agotarán.
Resulta curioso por no decir tragicómico como en la contabilidad de las empresas transnacionales mineras se asumen las regalías o royalties en la estructura de costos, como también los costos del depletion o factor agotamiento. Ello significa que las empresas transnacionales sí saben valorizar “sus recursos mineros”, de allí que ambas partidas se cargan a los costos de producción incrementando los costos totales.
El presente gobierno tiene la obligación moral e histórica de negociar con las empresas mineras para el abono integral desde el 2005 al presente de las llamadas regalías mineras por principio de una justicia redistributiva y necesidad fiscal. De contrario el humalismo y el cura Arana con su Movimiento Tierra y Libertad tendrán sobradas razones para exigir en la movilización social el cumplimiento de tales obligaciones que significarían importantes ingresos para las universidades públicas, gobiernos locales y regionales.
Es más, resulta indignante que el departamento de Cajamarca perciba transferencias de enero/octubre del 2009 por regalías del orden de los 10.3 millones de nuevos soles principalmente por las operaciones de la minera Gold Fields La Cima, mientras la Mra. Yanacocha no cumple con el fisco, con el agravante que Newmont abona a sus socios más de 29 millones de dólares anuales por royalties.
Esta “elusión tributaria” de las grandes empresas mineras forma parte de la pésima imagen que tienen las mineras en la opinión pública, en las comunidades, en las poblaciones locales y evidentemente en los críticos a la actividad minera. Es decir, el no abono de las regalías constituye una forma práctica y real que la filosofía de la responsabilidad social es papel mojado cuando se trata de compartir la riqueza minera con la población de las regiones mineras sea universidades públicas, gobiernos regionales y locales. Al igual que en la Colonia ¡La ley se acata pero no se cumple!
De allí que no sea extraño ni una sorpresa que en la próxima campaña electoral a nivel regional y nacional, tanto los grupos políticos del comandante Ollanta Humala como del cura Marco Arana coloquen el asunto de la regalías mineras en un lugar principal de la agenda política. La renuencia al abono de las regalías constituye un abuso de derecho y prepotencia de las empresas, de otro lado, es una debilidad del gobierno el no exigir estrictamente el abono de las regalías mineras, en especial en esta época de “vacas flacas” para el fisco por la caída del impuesto a la renta.
En el tema de regalías, el caso de Mra. Yanacocha que opera en la provincia de Cajamarca constituye un caso particular no solo por la envergadura de los accionistas tales como la transnacional Newmont, el grupo minero Buenaventura de la familia Benavides de la Quintana, y el brazo financiero del Banco Mundial el IFC, pues se asume el abono de regalías como un asunto entre privados. Esto significa que Newmont le abona a la Mra. Buenaventura una regalía por cada onza producida que se carga a costos, como se analiza a continuación.
Es decir, en Mra. Yanacocha por los derechos de explotación Newmont le abona a la Mra. Buenaventura anualmente entre 4 dólares, 11 dólares, a 16 dólares, según el año por cada onza de oro producida, valores que se cargan contablemente a los costos pero que constituyen “utilidades disfrazadas”, elevando el total de costos de producción y costos directos como se puede observar en el cuadro: “Mra. Yanacocha: Estructura del Costo Total de Producción 2002-2008” expresado en dólares por onza producida.
ESTRUCTURA DE COSTOS
Para Mra. Yanacocha al margen de los ingresos que dependen básicamente de los niveles internacionales de los precios del oro y de los volúmenes de onza producidos, los dos últimos años 2008 y 2009 constituyen tiempos de bonanza que contrastan a la realidad de las empresas que operan en la minería polimetálica y cuprífera. Por varios factores, sea la crisis financiera mundial o la función de atesoramiento y de reserva de valor, los precios del oro han superado la barrera de los 1,100 dólares por onza troy y se proyectan mayores incrementos dada la inestabilidad de la economía mundial.
Por ello, el análisis de los ingresos, utilidades y contribución fiscal de Mra. Yanacocha serán analizados en un segundo artículo, dado que las extraordinarias utilidades que están percibiendo las empresas auríferas, en especial de esta minera no están siendo compartidos con el fisco ni con las comunidades locales, siendo una fuente permanente de conflictos sociales en razón de su necesaria expansión territorial para la explotación de sus reservas.
Como el objeto del presente artículo es el análisis de las regalías con la propia información de los Reportes Anuales y Trimestrales de Newmont Mining Corporation se expone la estructura de costos por onza producida entre el 2002 y el 2008. En primer lugar, debe resaltarse los llamados costos de producción y costos directos que fluctúan entre los 123 dólares por onza en el 2002, pasando a los 176 dólares en el 2006 y prácticamente se duplican en el 2008 para alcanzar los 354 dólares por onza.
En los costos de producción y costos directos están los llamados costos laborales, de mina, las compras, los servicios de terceros etc. A estos costos se suman (+) o restan (-) los costos de créditos de productos, los royalties e impuestos a la producción más los costos de extracción diferida, es decir, costos pagados por adelantado, y otros costos.
Así, para el 2002 a los costos de producción y costos directos de 123 dólares por onza producida, la Newmont pagaba 4 dólares por onza a la Mra. Buenaventura, por concepto de regalías, a este costo se le restaba 2 dólares por costos de extracción diferidos haciendo un total de costos para las ventas de 125 dólares la onza.
A este total de costo para las ventas se agregan los costos de depreciación, desgastes y amortizaciones que sumaron 57 dólares por onza y por último se adicionaron los costos por denuncios, cierres mineros y gastos de ampliación equivalentes a 3 dólares por onza producida.
Se debe tener presente que los altos costos de depreciación, desgastes (depletion), amortizaciones constituyen recuperos del capital invertido. Se deprecia el capital físico y se amortiza la deuda, pero también se amortizan las reservas mineralizadas bajo el concepto de activos intangibles. En tal sentido, estas partidas constituyen en cierta medida “costos falsos” que sobrestiman los costos totales.
Por ello, el costo de las depreciaciones, desgastes y amortizaciones por onza producida se han incrementado entre el 2002 y el 2008 pasando de 57 dólares por onza para alcanzar los 92 dólares en el 2008. Es más este rubro constituye el 30% del total de costos de producción que alcanzó los 185 dólares la onza en el 2002, y representó el 21% del total de costos que sumaron los 443 dólares la onza.
En tal sentido, entre el 2002 al 2008 el total de costos de producción ha pasado de los 186 dólares la onza producida a los 443 dólares en el 2008, es decir, los costos totales por onza se han incrementado en 257 dólares lo que representa una variación del 139 %, donde los mayores incrementos están referidos a los costos directos de producción con incrementos del orden de los 231 dólares y con una variación del 187%.
En ese contexto llama la atención el comportamiento de las regalías entre el 2002 y el 2008, pasando de los 4 dólares en el 2002, para arribar a los 11 dólares por onza en el 2005, y con los altos precios del oro a nivel internacional las regalías pagadas como asunto privado pasan a ser de los 14 dólares por onza en el 2006, de 13 dólares en el 2007 y de 16 dólares por onza en el 2008.
Un estimado sobre el valor total de las regalías que se obtiene multiplicando la regalía por onza y las cantidades de onzas producidas nos indica que en el 2002 con producción de 2 millones 320 mil onzas y de 1 millón 807 mil onzas en el 2008 nos determina un valor total de regalías aproximado de US$ 9.3 millones en el 2002 y de casi US$ 29 millones en el 2008.
Es decir, como un asunto entre privados estos son los valores que se abonan, pero al Estado que resulta el titular de los recursos naturales a nombre de la Nación no se le abona un céntimo. Esta realidad debe ser superada obligando a todas las empresas mineras, sin excepción, incluida la pequeña y minería artesanal donde dicho sea de paso se asumen los pagos de regalías de una manera tradicional, al cumplimiento de la ley Nº 28258.
EPÍLOGO
He sido testigo de excepción de como entre el 2002 y el 2004 la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía mediante variados mecanismos influenciaba en el Congreso de la República, en los medios de comunicación, en el Ministerio de Energía y Minas de ese entonces, en los líderes de opinión, congresistas pro empresariales etc. para la no aprobación de la ley de regalías mineras que fue concebida como una contraprestación por la explotación de recursos naturales como el oro, cobre, plata que en algún momento se agotarán.
Resulta curioso por no decir tragicómico como en la contabilidad de las empresas transnacionales mineras se asumen las regalías o royalties en la estructura de costos, como también los costos del depletion o factor agotamiento. Ello significa que las empresas transnacionales sí saben valorizar “sus recursos mineros”, de allí que ambas partidas se cargan a los costos de producción incrementando los costos totales.
El presente gobierno tiene la obligación moral e histórica de negociar con las empresas mineras para el abono integral desde el 2005 al presente de las llamadas regalías mineras por principio de una justicia redistributiva y necesidad fiscal. De contrario el humalismo y el cura Arana con su Movimiento Tierra y Libertad tendrán sobradas razones para exigir en la movilización social el cumplimiento de tales obligaciones que significarían importantes ingresos para las universidades públicas, gobiernos locales y regionales.
Es más, resulta indignante que el departamento de Cajamarca perciba transferencias de enero/octubre del 2009 por regalías del orden de los 10.3 millones de nuevos soles principalmente por las operaciones de la minera Gold Fields La Cima, mientras la Mra. Yanacocha no cumple con el fisco, con el agravante que Newmont abona a sus socios más de 29 millones de dólares anuales por royalties.
1 comentario:
Este tipo de delicuencia es creación del neoliberalismo, el cual se apodera del estado otorgando "regalías" a los gobernantes corruptos y a la burocracia "juppie" que manejan a su antojo a los estados débiles como el nuestro. Hay que leer a Joseph Stiglitz en su obra "El malestar de la globalización" publicado en el 2002, en el que describe como se arreglan las privatizaciones y otros "faenones" en los países en desarrollo.
Recordemos que el sabe lo que dice, ya que fue Vice Presidente del Banco Mundial.
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