miércoles, 6 de marzo de 2013

SOCIEDAD MRA. CERRO VERDE Y EL BOOM MINERO

OBTIENE UTILIDADES EXTRAORDINARIAS CON GRANJERÍAS TRIBUTARIAS

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)

                                        “La Sociedad cuenta con un Contrato de Garantías y Medidas de Promoción a la Inversión, al amparo de la Ley General de Minería, mediante el cual se le garantiza, entre otros, el régimen tributario vigente al 6 de mayo de 1996. Este contrato tiene una vigencia de 15 años a partir de enero de 1999(….) Adicionalmente, con fecha 17 de julio de 2012 se suscribió un nuevo Contrato de Garantías y Medidas de Promoción a la Inversión por un plazo de 15 años, contados a partir del ejercicio en el que se acredite la inversión realizada, o la fecha en que se opte por adelantar los efectos del contrato durante el periodo de inversión” Memoria de la Soc. Mra. Cerro Verde pág. 7

Los contratos de estabilidad jurídica y tributaria tenían una justificación cuando el país se recuperaba de la debacle de la hiperinflación, de las consecuencias  del modelo heterodoxo del gobierno aprista que aplicaba el subsidio indiscriminado y que afectó al conjunto de la actividad económica empresarial del Estado. A ello debiera sumarse la crisis política y la guerra interna que desangró económicamente y socialmente al país.

Hasta cierto punto se podría decir que el gobierno de Alberto Fujimori (1990) encontró a las empresas públicas con resultados en rojo, sobrepobladas de trabajadores, con una corrupción generalizada, que justificaron más tarde, un radical proceso de privatización, en especial en el sector minero energético, con empresas mineras como la Sociedad Minera Cerro Verde ubicada en el departamento de Arequipa, que se vendieron a “precio de ganga”

Así, la empresa estatal Mra. Cerro Verde fue transferida al sector privado a precio de remate, con reservas probadas y probables de concentrados y sulfuros de cobre a un precio ridículo de 37 millones de dólares el 10 de noviembre de 1993 a la empresa norteamericana Cyprus Amax Minerales que adquirió el 91.65% de las acciones y el 8.35% restante fue asumido por los trabajadores que pagaron 3.1 millones de dólares.

Si bien el precio realmente pagado por Cyprus fue reajustado después  a los 32.4 millones se justificó dicho valor por los supuestos compromisos de inversión que arribarían a los 485 millones de dólares a ejecutarse en cinco años. Es decir, de esta manera se justificaban precios ridículos como el yacimiento de Quellaveco vendido por 12 millones de dólares, el proyecto de Antamina por 19 millones por los millonarios compromisos de inversión, que en parte se han cumplido.

Sin embargo este no era el caso de Cerro Verde pues era una empresa en marcha, rentable, constituida con una fuerte inversión durante el gobierno militar con un gran potencial de reservas que no fueron desarrolladas por el intervencionismo estatal y la crisis fiscal de los ochenta,  con una maquinaria moderna y personal calificado que constituye su principal activo.

Con la información oficial del Banco Central de Reserva (BCR) del Perú las inversiones en la Mra. Cerro Verde entre 1995 al 2004 no superaron los 258.2 millones de dólares, para incrementarse con nuevos dueños el 2005 a los 237 millones, el 2006 a los 479 millones, el 2007 sumar los 100 millones y así mantenerse por encima de los 100 millones de dólares anuales, para saltar a los 600 millones en el 2012, anunciando millonarias inversiones superiores a los 4,400 millones de dólares hasta el 2016, que más que duplicarán la producción actual.

Si bien la empresa Cyprus con todos sus activos fue adquirida posteriormente a nivel internacional por la Phelps Dodge Corporation (1999), empresa que a su vez fue absorbida por la gigante transnacional Freeport- McMoran en el 2007, y que actualmente se constituye en el mayor accionista de la Sociedad (53.56%), seguida por el grupo Mra. Buenaventura (19.58%), y la SMM Cerro Verde Netherlands B.V (con sede en Holanda pero de capitales nipones) que participa con el 21%. Por último, un conjunto de trabajadores retienen el 5.86% de las acciones.

ESTABILIDAD TRIBUTARIA HASTA EL 2029

Se debe reconocer que los contratos de estabilidad jurídica y tributaria estaban justificados cuando el país era percibido como un paria en el mundo financiero y las inversiones mineras no superaban los 22 millones  de dólares anuales (1991), explicables en parte por la violencia terrorista, la inestabilidad económica y el populismo irresponsable que vaciaron las arcas fiscales. 

Sin embargo, desde la recuperación democrática y el crecimiento económico sostenido desde el 2001 a la fecha, la suscripción de nuevos contratos de estabilidad jurídica y tributaria resultan cuestionables, hasta innecesarios desde la perspectiva fiscal, y provocarán mayores conflictos sociales. 

Para las arcas fiscales constituyen indebidos blindajes tributarios que disminuyen la recaudación fiscal, que hasta el Banco Mundial cuestiona. Es más, con los altos precios de los minerales a nivel internacional percibidos, especialmente del oro, cobre y plata desde el 2004 hasta ahora, a pesar de la crisis financiera de setiembre del 2008, las empresas mineras están percibiendo ganancias extraordinarias que no están siendo compartidas lo suficiente con el Estado, las regiones y trabajadores.

Por ella causa extrañeza la firma de un nuevo contrato de estabilidad entre el Estado y la Mra. Cerro Verde donde entre otras cosas “se garantiza la estabilidad del régimen tributario vigente al 17 de julio de 2012. La Sociedad tiene planificado hacer efectivo este contrato a partir del 01 de enero de 2014” Memoria 2012.

Es decir, no se ha esperado el término del contrato original de estabilidad tributaria vigente por 15 años contados a partir del 1º de enero de 1999 con vencimiento el 31 de diciembre del presente año, y ya se ha firmado uno nuevo por 15 años más, cuando la situación económica, política y financiera es absolutamente distinta a la que vivía el país en la década de los noventa del siglo pasado.

En tal sentido, el ministro de Energía y Minas, Ing. Jorge Merino Tafur, conspicuo privatizador, le debe una explicación al país sobre este nuevo contrato de estabilidad firmado por su despacho reconociéndole el marco tributario vigente al 17 de julio del 2012, que arrastra los beneficios tributarios de 1996. Ello resulta, más urgente en razón de las diversas declaraciones del Presidente de la República, cuestionando los referidos contratos de estabilidad tributaria.

Ello constituye un hecho grave en la medida que los contratos originalmente fueron concebidos para un período de 10 años, prorrogables por 5 años más en el fujimorismo. Aquí, se ha firmado un nuevo contrato que tendrá vigencia entre el 2014 a diciembre del 2029, que afectará las finanzas públicas y particularmente el canon minero que percibe el departamento de Arequipa, pues dichas transferencias resultan dependientes del impuesto a la renta realmente pagado, después de haber deducido una serie de beneficios tributarios que mantienen las empresas mineras en la actualidad.

UTILIDADES EXTRAORDINARIAS

El cuadro “Sociedad Minera Cerro Verde S.A.A.: Ingresos y Utilidades Extraordinarias 1999-2012”,  presenta los ingresos, la utilidad operativa, la utilidad neta y el margen de utilidad neta, que resulta de la división de la utilidad neta anual entre los ingresos anuales correspondientes, donde se percibe claramente la bonanza económica de la empresa desde el 2005 a la fecha. El indicador tradicional son las utilidades operativas y las utilidades netas o residuales, después de deducir los costos de venta, gastos de venta y administrativos, más los gastos financieros.

El período de 1999 al 2006 expone la franca recuperación del negocio minero que con precios del cobre de 70 centavos de dólar la libra a inicios de la década pasada, experimentaron un incremento por encima de los 3 dólares la libra de cobre hacia el 2006 para alcanzar los 4 dólares en el 2011  como promedio, para mantenerse sobre los 3.61 dólares la libra en el 2012. 

El “año de corte” es el 2007 donde ante un incremento de la capacidad de tratamiento y la ampliación de la Planta de Sulfuros Primarios se pasa de una producción de 90 mil toneladas a más de 300 mil toneladas principalmente de concentrados de cobre y molibdeno. Ello se refleja en los ingresos que tienen un “salto cualitativo” entre  el 2006 y el 2007 donde se alcanzan los 668 millones de dólares, para arribar a los 1,795 millones, llegando al pico de ingresos en el 2011 con 2,520 millones de dólares, y sumar los 2,127 millones en el 2012. 

Si se tiene presente que un proyecto cuprífero resulta rentable en el largo plazo con precios de 1.25 dólar la libra, con precios superiores a los 3 dólares la libra, resulta evidente la obtención de “utilidades extraordinarias”. Todo ello gracias al efecto compartido de los precios altos del cobre más una ampliación de la producción que fue en parte posible por el beneficio tributario de la reinversión de las utilidades no distribuidas que disminuyeron el abono del impuesto a la renta. 

Si bien hasta cierto punto se podría justificar este beneficio de reinversión hacia el 9 de diciembre del 2004 cuando los precios del cobre en promedio bordeaban los 1.66 dólar la libra, resultaría inaceptable mantener este beneficio tributario en el 2014 y para los próximos 15 años, cuando los precios del cobre se proyectan por encima de los 3 dólares la libra gracias al crecimiento de la economía china e hindú.

En el 2004, el Ministerio de Energía y Minas aprobó el Programa de Reinversión solicitado por la empresa con cargo a utilidades no distribuidas por un equivalente de 800 millones de dólares que serían invertidos durante los años 2004, 2005, 2006 y 2007. Así, el Estado dejó de percibir un equivalente a 240 millones de dólares (30% de 800 millones) que en la práctica financiaron la ampliación de la capacidad productiva de Sociedad Minera Cerro Verde. (Ver Memoria Anual 2011 pág.8)

En verdad, con las tasas de rentabilidad neta de 66% en el 2006, 39% en el 2008, 44.4% en el 2010, y de 36% en el 2012 no se justificaría la continuidad del referido beneficio tributario. Así, como promedio en el período 2007/2012 la tasa de la rentabilidad operativa ha sido  del 52.6%, ello significa que por cada 100 dólares de ingresos 52 dólares representan las utilidades operativas, es decir son las utilidades percibidas antes de los pagos financieros, los abonos del impuesto a la renta y participación de los trabajadores en las ganancias (8%).

Con la misma lógica el promedio de la rentabilidad neta, es decir las utilidades netas del período 2007/2012 entre los ingresos del período ha sido del 41.4%, estas utilidades netas son las residuales, que resultan una vez descontados todos los costos de ventas, gastos de ventas y administrativos, más los gastos financieros, y deducidos los beneficios tributarios. Ello representa que por cada 100 dólares de ingresos obtenidos en el período 41.4 dólares están constituidos por utilidades netas, es decir descontados todos los costos, libres de “polvo y paja”.

En verdad, la rentabilidad real de las empresas mineras como Sociedad Mra. Cerro Verde sería mayor si se consideran las depreciaciones y amortizaciones cargadas al costo de ventas, los cargos por agotamiento, cierre de minas, provisiones diversas, pagos a Freeport- McMoran por la gestión y administración, relaciones con las empresas vinculadas que explican más del 75% de la producción vendida, y los costos de las empresas que prestan servicios de terceros.

Resultaría contraproducente para la estabilidad política y económica del país que las millonarias inversiones anunciadas por la Sociedad Mra. Cerro Verde gocen del beneficio de la reinversión de utilidades no distribuidas gracias al nuevo contrato de estabilidad tributaria firmado, obteniendo ganancias extraordinarias. Ello afectará el canon minero por los menores montos que se percibirán por concepto de impuesto a la renta después del 2014, incidiendo en los presupuestos de los gobiernos locales, regional y universidad pública de Arequipa.



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