El Ministerio de Energía y Minas (MINEM) y la Sociedad Nacional de Hidrocarburos (SNH) se han juntado para darle un severo golpe al proceso de fortalecimiento de la institucionalidad ambiental en el país.
Ocurre que la SNH que preside Beatriz Merino ha publicado un Libro Blanco de los Hidrocarburos en el que, amén de varias otras cosas, se sugiere que se reemplacen los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) por Declaratorias de Impacto Ambiental (DIA) para las actividades de exploración en el sector petrolero. Una suerte de declaración jurada que el Estado acepta de buena fe. Pues bien, el nuevo ministro escogió estrenar su cargo concediéndoles el pedido. Y esto cuando aún causa polémica la reciente decisión del Ministerio de Cultura de dar luz verde a nuevas exploraciones petroleras en el Lote 88, en territorios habitados por pueblos indígenas en contacto inicial.
Tan preocupantes como la medida han sido los argumentos del ministro Mayorga: hay que dejar trabajar a las empresas pues ellas saben hacer bien estas cosas, mientras que trámites como los del EIA son un problema porque demoran las inversiones.
Si se toman literalmente esos argumentos, entonces uno se pregunta para qué existen los Estudios de Impacto Ambiental, las Declaraciones de Impacto Ambiental, y tantos otros engorrosos trámites que demoran y encarecen las inversiones. Más aún, si los empresarios saben hacer tan bien su trabajo, ¿Para qué entonces necesitamos de una Oficina de Evaluación y Fiscalización Ambiental dedicada precisamente a ver cuán bien o cuán mal hacen su trabajo? ¿Para qué les imponemos estándares y límites máximos cuando ellos mismos podrían autorregularse? ¿Para qué tenemos entonces un Ministerio del Ambiente?
El Ministerio del Ambiente (MINAM) ha emitido un comunicado aclarando que normas de este tipo se elaboran de manera conjunta por los organismos técnicos de los ministerios involucrados, que su aprobación depende del visto bueno del MINAM, y que en este caso se trata de un reglamento que está aún en preparación y respecto del cual no se ha tomado todavía una decisión. Parece pues que en su afán de complacer a los empresarios petroleros, el ministro Mayorga se fue de boca y anunció como oficial la que seguramente es su postura, pero sobre la que no habría consenso con el MINAM. ¿Hará el ministro Pulgar Vidal respetar el requisito de los EIA para las exploraciones petroleras? Ojalá que sí.
Ojalá que un próximo ministro de Energía y Minas se estrene no en la SNH sino en una comunidad en el Río Corrientes, escuchando a las poblaciones indígenas sobre el desempeño ambiental de las empresas, y concediéndoles rápidamente sus demandas de reparación y compensación.
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