Escrito por: César Gutiérrez*
Lunes 25 de mayo 2015
Laudo de Tribunal Arbitral Internacional confirma
que el destino no era los Estados Unidos
El gobierno “humalista” de la era Cateriano, se
esfuerza en mostrarse como defensor de hacer prevalecer el principio de
autoridad del estado y a nombre de ello el pasado viernes ha decretado el
estado de emergencia en la provincia de Islay, en la región de Arequipa; ante
las protestas por el proyecto “Tía María” a cargo de la empresa Southern Perú
Cooper Corporation, propiedad del Grupo México. Dice el Ejecutivo que no
defiende los intereses de la empresa, pero sí el estado de derecho ante el
exceso de “grupos antimineros”. Esperamos que tenga la misma actitud ante los
excesos cometidos en la exportación del gas natural (GN), producidos en el lote
56, ubicado en la región Cusco; donde el pronunciamiento del Centro
Internacional de Arreglo de Diferencias Relativos a Inversiones (CIADI), con
sede en Washington; del pasado 21 de mayo, determinó que los demandantes,
productores de GN del mencionado lote; deberán pagar al demandado Perupetro,
que representa al estado peruano; la suma de 50 millones de dólares por
regalías no canceladas de exportaciones cuyo destino final declarado fue
Estados Unidos, pero que en realidad no era ese, sino que fueron reexportados
al Asia, Europa y Brasil. Es decir hubo engaño al estado por parte del “trader”
del gas natural licuado (LNG), la española Repsol Comercializadora de Gas SA,
con sede en Madrid.
Esta historia tiene larga data, corresponde a un
proceso arbitral presentado ante el CIADI el 11 de septiembre del 2012, por las
empresas que forman el consorcio productor del lote 56:
–
Hunt Oil Company Perú LLC, sucursal Perú
– Pluspetrol Lote 56 SA
– Pluspetrol Perú Corporation SA
– Repsol Exploración Perú Sucursal Perú
– SK Innovation, Sucursal Perú
– Sonatrach Perú Corporation SA
– Tecpetrol Lote 56 SA
Las referidas pretendían que se declarase infundado
el reclamo de la agencia estatal Perupetro SA, que exigía un pago por 45.47
millones de dólares, dado que un informe de la consultora Galway Group LP,
demostraba fehacientemente con información de la estadounidense Federal Energy
Regulatory Commission, que el LNG peruano exportado supuestamente a los Estados
Unidos, entre agosto del año 2010 y mayo del 2011, en 10 embarques, había sido
reexportado entre octubre y mayo de los mismos años. Esto significaba un pago
de menores regalías para el estado peruano, pues cuando el destino del LNG era
USA, el precio de referencia de liquidación era entre 4.00 y 2.00 dólares por
millón de BTU (US $/MMBTU), mientras que en caso el destino era Brasil, España,
Reino Unido, India, Japón y Corea, era entre 12.00 y 9.00 US $/MMBTU, es decir
del orden entre el triple y cuádruplo.
Hoy que ya se sabe que la razón asistía al estado
peruano, es importante determinar responsabilidades y exigir sanciones
ejemplarizadoras. No es suficiente que el debate se circunscriba en los
millones de dólares que deberá cancelarse por reintegro de regalías, sino por
la actitud mendaz. El dinero, que no es desdeñable, en este caso no es lo más
relevante, muchos querrán llevar la noticia por este lado, a envestir trapo
como dicen en la tauromaquia. No señores aquí debe quedar claro para el mundo
que al Perú se le respeta y que no se viene hacer negocios con autoridades
ingenuas y complacientes.
Para entender por donde vino el engaño y quiénes
son los que deberán asumir las responsabilidades, antes que nada hay que referir
a la empresa encargada de comprar el LNG en la planta de Pampa Melchorita, ella
fue en ese momento Repsol Comercializadora de Gas SA, subsidiaria de Repsol SA;
que tenía a cargo la toma del producto en el muelle de embarque y declarar el
destino. Éste es el eslabón inicial de la mendacidad, se supone que ellos
mintieron a la empresa exportadora, Perú LNG, donde los propietarios eran:
Repsol YPF SA, Hunt Oil Company, SK Energy Company Ltd y Marubeni Corporation.
Las mencionadas a la vez comunicaron el hecho a los productores del lote 56,
que ya han sido reseñados, siendo el encargado de la operación de campo,
Pluspetrol Perú Corporation SA, la que debió hacer un seguimiento, pues ella
era la encargada de reportar a Perupetro SA, que es la entidad que liquida y
percibe las regalías, para luego distribuirlas entre gobiernos regionales,
locales, instituciones, fondo y la caja fiscal.
MELCHORITA, PLANTA DE LICUEFACCIÓN DE GAS DE LA
EMPRESA PERU LNG
Larga cadena de responsabilidades, donde lo que más
llama la atención son dos hechos: que la multinacional Repsol participaba en
toda la cadena del negocio (producción, licuación, exportación y colocación en
los mercados de destino) y que la operadora Pluspetrol, haya actuado tan
desprolijamente por decir lo menos. El reintegro por regalías no canceladas
corresponderá al consorcio productor del lote 56, el cual deberá replicar en
Perú LNG y éste sobre Repsol Comercializadora de Gas SA. Por supuesto que habrá
que recarcular el impuesto a la renta que corresponde a la Sunat, se supone que
deberán haber hecho provisiones, dado que el resultado del arbitraje era una
contingencia.
Corresponderá a Perupetro, no solo el cobro, sino
una sanción por el hecho y sobre ellos deberá apuntar los reflectores, incluido
al Ministerio de Energía y Minas, el Ministerio de Economía y Finanzas y la
Presidencia de la República, a quienes representan los directores de la agencia
estatal. Esperamos la palabra del Premier Pedro Cateriano, a ver si el énfasis
del respeto al estado también es reiterado en este caso, equidad de
comportamiento es lo único que exigimos.
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