lunes, 29 de abril de 2019

EL CAMBIO DE TIMÓN O SU PRIVATIZACIÓN

PETROPERÚ: LA CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI

En verdad, la situación crítica de PetroPerú es propia de “una crónica de una muerte anunciada”, tomando el título de una novela del nobel de literatura Gabriel García Márquez, con la diferencia que aquí se trata de la liquidación de la principal empresa de la economía peruana en cuanto a la generación de ingresos, para luego privatizarla, pues sus pasivos corrientes y no corrientes, sobre todo con los bancos locales superan su patrimonio, y las utilidades que esta empresa genera son más que raquíticas, a pesar de facturar por encima de los 16 mil millones de soles en el último año.
En verdad, la principal empresa petrolera subsiste gracias a su posición de mercado y a la relación perversa que mantiene con la banca local por medio de préstamos atados que le permiten comprar petróleo crudo y derivados, por ello el monto de los préstamos se han disparado entre el 2010 al 2018 tal como se puede observar en el cuadro, sobre los pasivos (deudas) de corto y largo plazo.
PetroPerú, es además como empresa una gran contribuyente de los ingresos fiscales tanto directa como indirectamente, y sobre todo es la empresa responsable del abastecimiento de combustibles en el mercado interno, pues explica en promedio un poco más del 50 % de dicho mercado, y por decirlo de alguna manera ¡Llega hasta la punta del cerro, allí donde no llega la competencia!
UNA EMPRESA TORPEDEADA
Todos esperamos que la nueva administración, en verdad no tan nueva, pues ante el fallecimiento del anterior presidente del directorio, el nuevo responsable del directorio, el Dr. Paredes Lanatta, ya era director nombrado y tiene la tarea de dirigir un buque escorado, torpedeado por el propio estado y otros actores, sea MEF, MINEM, Perúpetro, Comunidades Nativas, Congreso de la República, empresas proveedoras, bancos, y hasta de algunos gerentes, aunque usted no lo crea.
Es una empresa endeudada hasta el cuello, cuyas deudas de corto plazo, en especial las deudas con los bancos y cuentas por pagar comerciales se han disparado entre el 2014 al 2018 pasando de los S/ 3,333 millones de soles a más de S/ 7,699 millones, tal como se puede observar en el cuadro correspondiente. ¡Y no produce un barril de petróleo ni tiene reserva de crudo alguna!
Con deudas corrientes que se tienen que honrar en el año y que desde el 2014 superan largamente el patrimonio, es decir al capital social suscrito y pagado, la reserva legal, las utilidades no distribuidas si las hubiera. Solamente en el 2018, el pasivo corriente suma más de S/ 7,699 millones de soles frente a un patrimonio neto de S/ 5,709 millones.
Es una empresa que tiene que solicitar préstamos corrientes a los bancos para comprar el petróleo crudo que en parte importante antes producía, y por tanto con utilidades raquíticas un poco más de US $120 millones en el 2018, que de mantenerse en el largo plazo, de seguir así prácticamente no podría repagar el endeudamiento de más de US $ 5,500 millones de dólares más los intereses, que ha demandado la modernización de la Refinería de Talara principalmente, entre otras obligaciones.
LAS BUENAS INTENCIONES
En tal sentido, no dejan de ser buenas intenciones y deseos las afirmaciones del nuevo presidente del directorio de la petrolera estatal cuando afirma que pretende dar un “golpe de timón” en la dirección y gestión de la principal empresa del país.
Así, se afirma que: “PetroPerú es una empresa grande, la más grande en ventas del país. El reto consiste en convertir esta empresa grande en una gran empresa. Estoy seguro de que con el concurso de los mejores profesionales de la empresa, el apoyo del Gobierno y el diálogo permanente con los stakeholders, enfrentaremos este gran reto con éxito.” Gestión 25/04/19
Si bien por ahora se cuenta con  el apoyo del gobierno del Presidente de la República Vizcarra, empresario orgánico, él mismo ligado a la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo, el futuro de la petrolera estatal sería más negro que el petróleo crudo sino se alcanza la integración vertical.
INTEGRACIÓN VERTICAL
Es decir, si PetroPerú no accede a la renta petrolera con producción propia no se podría hablar de “golpe de timón”, o en todo caso sería un gran paso para su privatización como en el fondo de su corazón aspiran los ministros del sector y de economía.
Con la integración de sus operaciones de producción de crudo y refino, en especial con los lotes del noroeste en Talara/Piura que superan los 30 mil barriles diario (lotes Z-2B, los lotes X, VI/VII, I, III, IV, V) en especial, cuya producción le pertenecía en su integridad, y que ahora tiene que comprar pagando precios de mercado. A los cuales se sumarían la producción de los lotes 192, 8, 64 de la selva nororiental. Todo lo demás serían ¡Sueños de opio!
Este es un anunciado desastre sino se cambia la política del Estado en relación al tratamiento de la petrolera estatal, que si bien resulta la primera en el ranking de las empresas en cuanto a los ingresos generados, las utilidades netas obtenidas son tan raquíticas (US $ 120 millones en el 2018) por decir lo menos.
Ello en lo fundamental se explica por la ausencia de la integración vertical en sus operaciones, su dependencia con los bancos, y una mediocre gestión de inventarios en el 2018, como lo han señalado sus máximos representantes en el Congreso de la República recientemente.
POBRES RESULTADOS
Entre el 2017 al 2018 sus ingresos por ventas por todo concepto pasaron de los S/ 13,162 millones de soles a más de S/ 16,318 millones, es decir se incrementaron en más de S/ 3,156 millones lo que representa una variación porcentual positiva del 24%
Sin embargo, las utilidades netas para similar período disminuyen de los S/ 709 millones a S/ 392 millones de soles, lo que significa una caída en la rentabilidad neta del 44 % Es decir, aumentan los ingresos por ventas lo cual es bueno pero las utilidades se reducen lo cual no está bien, y debieran haber responsables al respecto.
Con una tasa de rentabilidad operativa del 4.3% y rentabilidad neta de 2.40%, es decir que por cada 100 soles de ingresos por ventas la utilidad residual es de S/ 2.40 soles que apenas alcanza para un tarro de leche Gloria.
De reproducirse tales condiciones PetroPerú no podría repagar sus pasivos ni cumplir a tiempo con el financiamiento para la modernización de la Refinería de Talara, si es que no accede a la renta petrolera, con lotes propios de hidrocarburos.
De allí la urgencia en la devolución de los lotes que le fueron enajenados, en especial de las operaciones noroeste, Z-2B en Talara, más la producción de los lotes  8  en la selva nororiental más el 192 y el lote 64 que tienen reservas probadas que le pueden servir de respaldo financiero ante los bancos tal como hacen las petroleras privadas.
DEUDAS DE CORTO PLAZO
En los pasivos corrientes, es decir en  la deuda del año, que en 2018 sumaron los S/ 7,699 millones de soles, el grueso de la deuda está constituida por los compromisos de pagos con los bancos, en la partida préstamos bancarios por un monto de S/ 5,425 millones de soles, y en segundo lugar por las cuentas por pagar comerciales, por un equivalente de S/ 1,741 millones.
Por ello no resulta una casualidad la correlación entre el comportamiento de los pasivos corrientes y las compras de petróleo más los derivados como el diésel limpio de 50 partes por millón principalmente para poder abastecer el mercado que íntegramente se compra afuera.
En el 2016 las compras de crudo, derivados y suministros sumaron los S/ 8,882 millones de soles, y los pasivos corrientes o deuda de corto plazo sumó los S/ 9,166 millones de soles.
En el 2017 las compras de crudo, derivados y suministros sumaron los S/ 10,991 millones de soles, y los pasivos corrientes o deuda de corto plazo arribaron a los S/ 7,389 millones de soles. Por tanto la diferencia se tuvo que cubrir con endeudamiento a largo plazo.
Por último, en el 2018 las compras de crudo, derivados y suministros llegaron a los S/ 13,976 millones de soles, y los pasivos corrientes o deuda de corto plazo llegó a ser de los S/ 7,699 millones de soles. Por tanto, la diferencia se tuvo que cubrir con deudas de largo plazo.
En el rubro, compras de crudo se incluyen las adquisiciones locales de petróleo, las importaciones de crudo más los derivados refinados como el diésel 2 limpio con 50 partes por millón de azufre y los suministros que incorporan parte de los requerimientos de la modernización de la Refinería de Talara, de allí que se tiene que recurrir al endeudamiento externo para cubrir las brechas, tal como se puede observar en el cuadro respectivo para los años 2017 y 2018.
Es decir, PetroPerú tiene que demandar préstamos bancarios en especial de la banca local, para comprar el petróleo que refina y/o la  importación del diésel limpio, que dicho sea de paso se ha convertido en su actividad principal, donde el mal manejo de los inventarios le ha ocasionado millonarias pérdidas.
UNA MEDIOCRE GESTIÓN
Si los ingresos por ventas se incrementaron de forma significativa en el 2018 en relación al 2017, pues aumentan en un 24% sin embargo las utilidades netas disminuyen de manera significativa, cuando en la planificación estratégica que realiza PetroPerú se proyectaba utilidades netas del orden de los US $ 197 millones de dólares pero los resultados reales fueron mucho menores, llegando a los US $ 120 millones.
En verdad, si en una empresa privada el pronóstico sobre las utilidades resulta 10% menor al esperado se cambian a los gerentes, y éstos se van a su casa. En Petroperú por su naturaleza de empresa del estado no ocurre lo mismo, y constituye un pésimo antecedente para el gran cambio de timón que anuncia el nuevo presidente del directorio.
El  anterior presidente de la petrolera estatal, y actual gerente general en su presentación ante el Congreso de la República en la Comisión de Presupuesto justificaba la menor obtención de utilidades como un problema de desvalorización de inventarios. Textualmente se cita que la menor utilidad se debía “.. a la desvalorización de inventarios que ocurrió el tercer trimestre del 2018, derivado de la caída abrupta de los precios internacionales” Gestión 10/4/19
SE DISPARAN LAS DEUDAS
En el 2014 las deudas de corto plazo (S/ 3,333 millones de soles) y las deudas de largo plazo (S/ 2,197 millones) sumaban los S/ 5,530 millones. En el largo plazo los pasivos se incrementan de manera significativa pasando la deuda corriente de los S/ 7,699 millones de soles más la deuda a largo plazo S/ 10,727 millones. En total para el 2018 la deuda total arribó a los S/ 18,426 millones.
Es decir, entre el 2014 al 2018 la deuda total de PetroPerú se incrementó  de los S/ 5,530 millones de soles a un total de S/ 18,426 millones en el último año. Es decir, aumentó en más de tres veces, sobre todo por el endeudamiento externo para financiar la modernización de la Refinería de Talara.
En el 2018 la deuda por los bonos corporativos emitidos exitosamente en el 2017 que se pagaran en los próximos 15 y 30 años según corresponda, significan una deuda por ahora de 6,525 millones de soles, que sumados a la deuda con el organismo español de préstamo CESCE por 3,819 millones de soles, al tipo de cambio promedio del año, prácticamente explican el grueso de la deuda a largo plazo asociadas a la modernización de la Refinería de Talara.
En verdad, los montos por concepto de deuda de largo plazo por repagar a partir de la entrada en operaciones de la nueva refinería 2021 y/o 2022, que dicho sea de paso no se sabe a ciencia cierta en razón de la relativa paralización en su construcción, retiro de contratistas en Talara y atraso en las obras auxiliares, se han de disparar por encima de los S/ 10,727 millones en el 2018.
EPÍLOGO
En verdad, si las utilidades netas de PetroPerú no se incrementan de manera sustantiva por encima de los US $ 400 millones anuales por lo menos en los próximos años, difícilmente se podrán cumplir con los compromisos de repago (amortización de los préstamos más intereses) en los períodos concertados, sin acceder a la renta petrolera.
Todos debemos recordar, que en el último año de sus operaciones de manera integrada en 1994 las utilidades netas de PetroPerú superaban los US $ 250 millones de dólares, con sus lotes propios y sobre todo con la Refinería La Pampilla, entre otros activos. Hoy tendrían que ser mucho mayores para poder cumplir con sus compromisos de deuda sin afectar al Tesoro Público.
Con la puesta en marcha de la Refinería de Talara modernizada en todos sus unidades técnicas, principal y unidades auxiliares en el 2021 y/o 2022 se podrá disminuir de manera sensible el valor de las importaciones del diésel 2 limpio con 50 partes por millón de azufre, pues la refinería estaría procesando más de 45 mil barriles diarios de dicho derivado.
Es más, podría procesar el crudo pesado de la selva nororiental, y hasta tratar los residuales industriales que se exportan a bajos precios. Pero, para incrementar la rentabilidad, es de vida o muerta para PetroPerú acceder a la renta petrolera que solamente se tiene con la producción propia de crudo, y la integración vertical de sus operaciones. ¡Todo lo demás es verso!.


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