miércoles, 29 de agosto de 2007

Gas para la industria petroquímica y no para la exportación a Chile (*)

Entrevista al experto en temas energéticos, Jorge Manco Zaconetti:

El economista y profesor universitario Jorge Manco Zaconetti advierte la urgencia de destinar el gas de Camisea al desarrollo de la industria petroquímica nacional antes que a la exportación como materia prima, para lo cual el gasoducto debe ser llevado a Puno y luego a Ilo y Arequipa, donde estaría asentada. Este esquema recusa el proyecto de Pisco a Ilo, que esconde un controvertido plan de "integración energética con Chile", que es promovida por Suez Energy, socia de las empresas chilenas Codelco y Gas Atacama. Manco Zaconetti, en todo caso, expresa categóricamente la inconveniencia de venderle gas en bruto a los vecinos, sino en la forma de producto acabado, industrializado, incluido por ejemplo electricidad, "previa solución a los conflictos, entre ellos, la delimitación marítima", expresa. A continuación el texto de la entrevista.

Rodolfo Fuentes

Pluspetrol dice que sólo hay gas para dos empresas petroquímicas y que ellos le venderán al que pague más. ¿Qué opinión le merece dicha afirmación?

Depende; según la ley de hidrocarburos, deben cumplirse dos condiciones. Una, abastecer el mercado interno en cantidades deseables, en costo y oportunidad; y dos, abonar las regalías. Recién allí podrá decidir lo que mejor convenga a los negocios que tiene el consorcio.

Pero en este momento se dan esas dos condiciones…

Eso no es tan cierto, porque la última estimación de la Dirección General de Hidrocarburos coloca la demanda interna en seis trillones de pies cúbicos en un escenario térmico optimista, pero que no está asumiendo el rápido crecimiento de la economía con tasas mayores al 6% anual.

Entonces usted considera que el gerente general de Pluspetrol no tiene derecho a reclamar para ellos la decisión de fijar el precio para el gas…

Creo que no se trata de si tiene o no tiene el derecho. Aquí lo que está de por medio es el interés nacional, la viabilidad del país. Que no pase lo que pasó en Argentina, que de ser un exportador de gas a Chile, ahora a las justas puede atender su propio abastecimiento y tiene que importar casi 200 millones de pies cúbicos de Bolivia.
Entonces si nosotros introducimos los dos trillones que consumiría la petroquímica en un horizonte de 20 años, no tendríamos el gas suficiente para abastecer el mercado interno con generación eléctrica a gas, el abastecimiento industrial y doméstico más la petroquímica incorporada, más el compromiso de exportación a Norteamérica.

Volvemos al principio. Los contratos garantizan al contratista la libre disponibilidad de hidrocarburos.

La libre disponibilidad de hidrocarburos pasa por dos filtros. Por un lado el pago de regalías y por otro lado, la prioridad de abastecer el mercado interno. Si tú no me tienes asegurado el mercado interno, la verdad es que no podrías disponer de los hidrocarburos tan libremente como sucede. El problema es que ese contrato adolecía y adolece de una serie de anomalías como por ejemplo la determinación del precio del gas natural que estaba indexado o dependiente del precio de los petróleos industriales en EEUU y Holanda, cuestión que fue corregida mediante una inteligente regulación del Estado en agosto del 2006.

¿Y la estabilidad jurídica?

Los contratos de estabilidad jurídica han sido renegociados en más de 300 veces a pedido de las empresas. ¿A usted le parece justo y equitativo, que ahora que el barril de crudo está a US$70, Petrotech pague por el alquiler de las plataformas marinas, que son indispensables para su negocio, lo mismo que pagaba cuando el barril estaba a 20 dólares, o sea, 10 millones de dólares anuales.
El contrato del Z-2B en el Zócalo Continental es un escándalo para el país, pues siendo el Estado el propietario de los hidrocarburos, a la empresa Petrotech se le tiene que retribuir el 85% de la producción en especie, por tanto, la regalía equivalente es de 15% cuando en las operaciones de Talara las empresas abonan al Estado 50% de regalías como Sapet, Petrolera Monterrico, Mercantile y el más importante productor, Petrobras, cerca de 30% de regalías.

¿También hay que renegociar ese contrato?

Por supuesto…

Pluspetrol dice que ha recibido propuestas de doce empresas interesadas en hacer petroquímica. ¿Tiene o no el derecho de escoger a la que le pague más?

Ese es un tema importante. En el proyecto de ley se habla de que el precio no puede ser discriminatorio. Entonces, se supone que debiera existir una intervención del Estado porque no sería dable que por el mismo gas, que repito, el titular, el dueño, que lo ha concesionado a un privado, existan precios diferenciados en detrimento de las políticas de valor agregado, como es la petroquímica.

El Estado es titular del petróleo in situ, pero en boca de pozo, el titular es Pluspetrol

Ese es un tema también interesante. Si yo quiero desarrollar petroquímica, a una empresa X no le puedo dar a un precio y a otra, un precio distinto… De ahí la necesidad de que si no hay acuerdo, el Estado debiera llamar a las partes y tener un rol regulador. Eso sucede aquí y en cualquier parte del mundo.

¿Por qué tenemos que hacer petroquímica? ¿Por qué no quemarlo en las plantas eléctricas, por qué no abaratar el gas para el consumo industrial, para el consumo residencial o vehicular…

Hacer petroquímica es darle valor agregado al gas natural. En el caso del gas de Camisea, es excepcionalmente rico en etano además del metano, y propano, siendo el etano la base para el desarrollo de la industria petroquímica.

¿Y usted está pidiendo que ese gas se venda más barato a la petroquímica?

No. Lo que estoy pidiendo es que el etano, que lo estamos quemando conjuntamente con el metano, que es la base de la petroquímica, tenga un tratamiento especial, que no lo quememos en la generación eléctrica porque es como hacer taxi con un Mercedes Benz o un Audi; que ese etano, que es la base de la transformación química, tenga el mismo precio o menos que el gas natural que se va a exportar. Dicho de otra forma, qué sentido tiene exportar gas natural licuefactado, es decir, convertido a líquido, para que afuera las empresas interesadas hagan petroquímica y generen empleo allá, y resuelvan sus problemas energéticos allá, en el norte; o peor aún, en Chile.

Pero si Pluspetrol puede obtener un precio más alto vendiendo a las petroquímicas, el Estado va a recibir mayor cantidad de ingresos porque el precio del gas va a ser mayor.

El precio de exportación del gas natural no puede ser menor a los 65 centavos de dólar por millón de BTU para el abono de las regalías. El precio para los usuarios eléctricos es, aproximadamente, un dólar 43 centavos, en generación eléctrica, por millón de BTU; y para los industriales es de US$ 2.40 por millón de BTU, o sea entre ese piso mínimo y ese piso máximo es que debe estar el precio para la petroquímica.
En el caso del precio de exportación del gas natural por contrato se adoptó la fijación del precio bajo la teoría del "net price back", es decir el precio de mercado en EEUU que puede ser de US$7 el millón de BTU al cual debe descontarse los diversos costos que existen en llevar el gas a Norteamérica.
Es decir, los costos de regasificación de convertir el gas líquido en gaseoso en EEUU, los fletes del transporte en buques metaneros, los costos de la licuefacción de convertir el gas en líquido en Pampa Melchorita, los costos de transporte de Camisea a Pisco. Pero lo real y concreto que para fines tributarios el precio mínimo del gas de exportación para el abono de regalías es US$ 0.65 centavos de dólar.
Por tanto, debiera existir preocupación sobre la fijación del precio del gas natural para la petroquímica. El productor quisiera el precio para el gas natural el más alto posible, el industrial petroquímico el menor. Este es un típico caso para la teoría de la regulación, donde de no haber acuerdo entre las partes el Estado debiera intervenir.

Pero Pluspetrol dice que hay 12 empresas interesadas y si a alguno le puede cobrar un poquito más, ¿el Estado sale ganando o no?

No necesariamente, porque no olvidemos que estamos ante un escenario de inversiones superiores a los mil millones de dólares en el caso de la petroquímica básica y de más de US$2,500 mil en la petroquímica final que pueden convertir al Perú en un líder en petroquímica, porque en toda esta parte de América Latina hay un déficit de tres millones de toneladas de urea y amoniaco. Tendríamos para producir un millón con una planta y se puede abastecer a Chile, Bolivia, parte de Brasil, Ecuador, además se satisface el mercado interno y los excedentes se exportarían.
Habría que pensar qué es lo que conviene al Perú, vender materia prima a un precio barato; o vender petroquímicos, productos manufacturados, con valor agregado y un mayor precio, 15, 20, 30 veces el valor del gas natural si es que se arriba a la petroquímica final, además habría generación de empleo, un efecto multiplicador y, lo más importante, podemos retroalimentar la agricultura, con urea a bajo costo y dejar de ser importadores de fertilizantes.


Prioridad debe ser el mercado interno

Gasoductos hasta Puno, Arequipa e Ilo deben marcar la creación de la industria petroquímica en la macrorregión sur.

Chile también tiene una empresa estatal, que muchas veces ha sido tomada como ejemplo, que en estos momentos está construyendo una planta para regasificar. El gas de Camisea también podría ir a Chile…

Con todos los antecedentes insisto en que la prioridad debería ser el mercado interno. Con las reservas actuales no tenemos reservas suficientes para exportar a Norteamérica y para satisfacer el mercado interno, peor aún, para venderle a Chile, que es un poco el interés de Repsol/YPF, un poco el interés de Sonatrach, porque ven que es una oportunidad de negocio, porque Chile estaría pagando un precio de necesidad.
En ese contexto es que el proyecto de llevar un gasoducto de Pisco hacia Ilo esconde la integración energética con Chile, promovida por Suez Energy que tiene intereses en el norte chileno, Suez Energy está asociada con Codelco, la principal empresa del cobre en el mundo, en la planta de generación eléctrica en el norte chileno, además de tener intereses en el gasoducto de Gas Atacama. En ese contexto, pensar en una integración, con el grado de conflicto que hemos visto, creo que hay que tener mucho cuidado. Yo no descarto que mañana más tarde, en una política de vecindad, nosotros, más que gas natural, le vendamos electricidad a Chile, previa solución a los conflictos y problemas que tenemos, entre ellos la delimitación marítima.

Eso supone también rechazar el gasoducto a Ilo vía Pisco.

Por supuesto. Creo que el director de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas y otras consultorías proponen un gasoducto que baje de Camisea a Puno, Ilo y que luego de allí se vaya a Arequipa. Este ducto tiene en principio 300 millones de pies cúbicos asegurados y permitiría reconvertir las plantas de Ilo 1 e Ilo 2 de Enersur, que es de Suez Energy; lo que antes era Tractebel, que quema carbón a gas; y la petroquímica, pero alrededor de ellos existen plantas térmicas como las de Mollendo, térmica de 74 MW de potencia, las térmicas de Aricota, la de Egasa, y luego una serie de minas y lo más importante, Cerro Verde, Tintaya, ampliación de SPCC; y también Apurímac, podría desarrollar Las Bambas, Ferrobamba, donde hay hierro. Si usted mezcla hierro y gas natural produce hierro esponja, que tiene mucho más valor que el hierro que vende Marcona, por ejemplo…

Pero igual va a llegar a Ilo, por la costa o por la sierra.

Claro, pero tendría mayor efecto social, integrador y la zona sur podría gozar de los beneficios de tener gas.


FORTALECIMIENTO DE ALIANZA ESTRATÉGICA CON BRASIL

Por qué Petroperú debería participar en el negocio petroquímico?

Porque es una forma de integrarse en el negocio de hidrocarburos, con políticas de valor agregado. Además porque las empresas transnacionales de la petroquímica exigen como un grado de seguridad, tener al Estado como contrapartida. Tengo entendido que Petrobras ha firmado compromisos con Petroperú no solamente en la exploración de lotes petroleros lo cual conlleva riesgo, sino también una alianza estratégica entre las empresas petroleras estatales de ambos países donde se contempla la petroquímica

¿Por qué de la mano con Petrobras?

Porque ha sido la empresa invitada por el gobierno, dentro de la alianza estratégica con el Brasil. Tengo entendido que también hay un trasfondo político. No es lo mismo tener a Petrobras en Ilo, que a los socios de los vecinos del sur. En la geopolítica de América del Sur, el Perú ha descuidado sus relaciones con el Brasil, de allí la importancia de empresas brasileñas de primer nivel en nuestro país, al margen de integración interoceánica.


(*) Entrevista realizada por el diario La razón de Lima-Perú y publicada el miércoles 29 de agosto 2007 en la sección Especial páginas 10 y 11.

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