Comentarios al artículo: ¿Qué hacer para alcanzar la autonomía energética?
RdE] Re: ¿Qué hacer para alcanzar la autonomía energética? jueves,
5 junio, 2008 10:49 PM
De: "Jose Carlos Machicao Valencia" machicao.jc@pucp.edu.pe
RdE] Re: ¿Qué hacer para alcanzar la autonomía energética? jueves,
5 junio, 2008 10:49 PM
De: "Jose Carlos Machicao Valencia" machicao.jc@pucp.edu.pe
Estimado Jorge Manco,
Gracias por compartir tu artículo.
Hay partes de tu artículo que tocan temas muy importantes tales como la lejanía de la normatividad de una estructura de metas del sector energético.
Quisiera compartir contigo algunos puntos para que tal vez puedas profundizar más el tema que empiezas a reflexionar, principalmente motivado por la enorme ambición del título de tu artículo, ambición que nunca deberías abandonar, pero que sí tal vez deberías ir afrontándola progresivamente.
a) Si hoy en día no promovemos el gas para generación eléctrica, de qué otro modo podemos generar mercado de exploración y explotación de gas si antes no existían dichos mercados?
b) ¿Cómo has llegado a la cifra de “un tercio renovables, un tercio gas natural y un tercio hidroelectricidad”?
c) ¿Cuál dirías que es la meta primaria de un sistema energético? Tú pones bastantes metas en tu artículo: En un momento afirmas la sanidad ambiental, en otro la autonomía, en otro la libertad de producción. O tal vez podrías perfilar ¿cómo se debe estructurar la matriz de metas?
Saludos,
JCM
En principio al amigo José Carlos Machicao Valencia de la Red de Energía, le agradezco los comentarios al artículo en referencia ¿Qué Hacer Para Alcanzar La Autonomía”, y trataré de absolver las interrogantes que el artículo ha planteado. Esta creo que es una de las bondades de esta Red de Energía, el intercambio de las ideas con altura y responsabilidad. Es más, pido disculpas a los anteriores lectores por la demora en las respuestas, pero como la chicha están fermentado las respuestas sobre todo lo referido al artículo “GLP y las anormalidades del libre mercado” ante las evidentes presiones de Pluspetrol de incrementar el precio del GLP, donde me reafirmo en los aspectos centrales.
A lo nuestro, José Carlos me pregunta “Si hoy en día no promovemos el gas para generación eléctrica, de ¿qué otro modo podemos generar mercado de exploración explotación de gas si antes no existían dichos mercados?” En verdad, en una economía de mercado, los mercados se construyen, en especial en industrias nacientes como el gas, con una enérgica participación del Estado (caso Colombia, por no mencionar México, Europa etc.). Si bien el concepto de reservas es dinámico, el factor externo es decir la demanda externa debe estar subordinada a las necesidades del mercado interno, en un horizonte de largo plazo. Sirva el mal ejemplo Argentina que de exportador de gas ahora no tiene ni para su propio consumo.
Como profesor de economía de la UNMSM hago uso de un ejemplo: usar gas natural intensivamente para generar energía eléctrica, es como hacer taxi con un Mercedes Benz, en razón de la riqueza del gas en Camisea, que tiene 90 % de metano y 10% de etano, otros señalan que tiene 12%. Este último es la base del etileno de donde se obtienen los insumos para los plásticos, como los polietilenos y otros. Por ello, estamos desaprovechando las posibilidades de la petroquímica.
Así, en lugar de disponer de solamente 150 millones de pies cúbicos diarios, gracias a la “comprensión y buena voluntad” de Pluspetrol, debiéramos tener un millón de pies cúbicos diarios para la petroquímica inicial y avanzada, y “no tener empresitas en petroquímica” como CF Industries. Si es que de verdad, queremos exportar productos derivados de la petroquímica como la urea, amoníaco, nitrato de amonio y claro está los derivados de los plásticos.
A ello debe agregarse, que con el precio del gas natural para la petroquímica pagará más regalías en relación a lo que percibe el Estado del lote 88 y de lo percibirá del lote 56. Estamos por encima de los US$ 5 dólares por MMBTU, con los precios actuales de la urea que superan los US$ 400 dólares la tonelada. Así de fácil. Usted me pregunta ¿dónde está el mercado? En la petroquímica, en las industrias locales, en la generación eléctrica, en el parque automotor, y el gas residencial para las familias. En ese orden y no al revés donde se privilegia la generación de electricidad quemando un recurso que en algún momento se agotará. ¡No repitamos la historia del guano del siglo XIX!
Con ello quiero señalar que desde el punto de vista del interés nacional resulta prioritario el desarrollo de la petroquímica, como política de Estado, que genera valor agregado. A demás, el incentivo para la exploración está determinado por los altos precios de los hidrocarburos a nivel internacional, desde inicios del 2004, y las posibilidades de exportación del gas natural que se promovieron desde el 2003, de una manera poco transparente durante el gobierno del ex presidente Toledo, con la designación del lote 56 sin licitación internacional y con reservas probadas.
El uso del gas para la electricidad se justifica para el “arranque“, para la primera y segunda de la “caja de cambio”, si es que se trata de usar la imagen automotriz. Pero ya poner tercera o cuarta es un exceso, con el agravante que estamos usando el gas natural de Camisea, por lo extraordinariamente barato de su precio. El precio para la electricidad incluyendo el precio en boca de pozo (menos de US$1.50 por MMBTU) más un dólar por el transporte, está en Lima a US$ 2.50, a los cuales habría que sumar los costos de distribución.
Frente al precio del gas natural en boca de pozo que paga Brasil o Argentina a Bolivia, que está por los US$ 5 el MMBTU, no tengo el dato exacto pero en Sao Paulo debe estar costando por encima de los US $ 9 dólares. Lo barato del gas natural en nuestro país des estimula la construcción de hidroeléctricas, por ello lo más fácil es “engancharse” entre Lurín o Chilca con centrales térmicas. Ello no resulta razonable desde el punto de vista de la economía energética.
En tal sentido, la baratura del gas natural de Camisea, gracias a la renegociación efectuada en agosto del 2006 por el presente gobierno, respecto a la determinación del precio del gas natural para liberarlo de su dependencia con los petróleos industriales ha tenido efectos no deseados, absolutamente manejables. Así, esta negociación entre el gobierno y el consorcio del Lote 88 encabezado por Pluspetrol, demuestra que cuando hay decisión política de renegociar los sacrosantos contratos de estabilidad, es posible encontrar las mejores soluciones. Sin embargo, este hecho positivo, tiene su contradicción, en el precio del gas interno que es tan barato que se lo quema en la generación eléctrica de ciclo simple dejando de lado otras fuentes energéticas.
En cuanto a la segunda pregunta ¿Cómo has llegado a la cifra de “un tercio renovables, un tercio gas natural y un tercio hidroelectricidad”? En verdad, no es invención mía, está en las diversas exposiciones del MINEM realizada por sus altos directivos sobre el cambio de la matriz energética. Con la salvedad que es necesario hacer la distinción entre las energías renovables como las hídricas que en algún momento se agotarán en especial en la costa del Pacífico, y las renovables no convencionales como la eólica, solar, geotermia, biomasa, mareomotriz.
Aprovecho la oportunidad para discrepar cordialmente con el señor José Luna también de la Red de Energía, cuando se refiere a las dificultades que tendría las energías no convencionales como la eólica. No es tan cierto cuando señala que “Si la energía renovable proviene de fuente solar o eólica existe el problema que el suministro no sería constante en el tiempo y muchas de esas 20,000 personas seguramente quieren sus comodidades…”.
Hacer la diferencia entre energías renovables y renovables no convencionales es fundamental, no solamente por las ganancias ambientales, sino también para preservar nuestros recursos naturales. ¿Cuánto cuestan la fuerza de los vientos o la energía solar?
Este problema del suministro que no sería constante en nuestro país, está más que superado tanto por la tecnología como por la continuidad de los vientos durante la mayor parte de las 24 horas. Esta energía tiene tarifas subsidiadas temporalmente en la mayoría de países mediante variados mecanismos y su despacho en el sistema es en tiempo real, tiene prioridad y evidentemente esta realidad no gusta a los generados eléctricos.
En el caso de los tercios hago referencia a los problemas que tendrá la hidroelectricidad de la costa del Pacífico, con el efecto del calentamiento global. Al respecto creo que una imagen vale por 100,000 palabras. La realidad del nevado de Pastoruri nos indica lo que puede pasar en los próximos 15 o 20 años. La desaparición de los nevados de Los Andes ¿qué consecuencias podría traer a las centrales hídricas existentes o a las que se construyan el efecto calentamiento?
Mi ignorancia es grande en el tema y desconozco quienes están trabajando al respecto, sin embargo comparto esta información que llegó a mis manos.
EFECTO CALENTAMIENTO GLOBAL:
El Pastoruri y otros nevados andinos se derriten por obra del calentamiento global lo cual agravará la dotación hídrica de las centrales hidráulicas.
A inicios del año 2007 la revista Science publicó un artículo en el que un grupo de científicos afirmaban que el mar absorberá todo el dióxido de carbono de la atmósfera, hasta devolver la temperatura del planeta a la normalidad. El problema es que ese proceso demorará 100 mil años. Mientras, solo nos queda contemplar cómo nevados como el Pastoruri en el Callejón de Huaylas se deshielan.
El geólogo Marco Zapata, jefe de la Unidad de Glaciología del Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena), ha predicho que aquellos nevados que estén por debajo de los 5,200 metros, morirán en ocho años: eso significa que desaparecerían once de las 18 cordilleras que tiene el país.
El especialista sostiene que el Pastoruri, que se levantaba sobre los 5,243 metros sobre el nivel del mar, tiene ahora una capa de escarcha sobre la roca, tan delgada como una mano de barniz sobre el parquet: el Pastoruri ha retrocedido 502 metros en los últimos 27 años. El señor Zapata estima que le quedan 10 a 12 años.
En la siguiente fotografía se aprecia el impacto del calentamiento global sobre el Pastoruri, situación en que se encuentran casi 18 cordilleras a lo largo del país.
Nevados en extinción
En 1995, el Pastoruri tenía 1.8 kilómetros cuadrados de nieve. En el 2001, se redujo a 1.4 Km. Ahora, según el geólogo Zapata, apenas alcanza los 1.1 Km. En otras palabras, el intenso sol de los Andes ha derretido cada año cerca de 19 metros hielo que nunca más volverán. En el pico de la montaña, la temperatura se ha elevado 0.6° C., lo que muestra un proceso irreversible. "En el Pastoruri hemos visto moscas y cucarachas, animales que nunca antes habían pisado un nevado. No necesito ver el documental de Al Gore para darme cuenta de que algo le está pasando al clima en los nevados".
El geólogo Zapata ejecutó un inventario en 1989. Logró determinar a través de fotografías aéreas que teníamos 18 cordilleras nevadas con 3,044 glaciares, con una superficie de 2,042 km2. En 1997, otro inventario estableció que los glaciares se redujeron a 1,595 km2, es decir, perdimos 22% de nevados. "Cuando llegué a Huaraz, en 1970, y observaba la Cordillera Blanca. Podía ver las faldas de los cerros aún cubiertas de nieve y de hielo. Ahora, 37 años más tarde, lo que se puede apreciar lo largo de los 870 kilómetros es una franja muy clara donde ya no hay glaciares".
Por tanto, se trata en verdad de apostar por las “energías limpias para el desarrollo” en un cambio de la matriz energética que nos haga menos dependientes de los hidrocarburos sean de los derivados del petróleo como el diesel 2 o los residuales, como del gas natural que debiera tener un mayor valor agregado. Así, podríamos tener un balance en la generación eléctrica de fuente hídrica de 33 %, de fuente térmica a gas natural de ciclo combinado un 33 % y de las genuinas energías renovables no convencionales un 33 %.
En la economía social de mercado como en la energía debieran primar la racionalidad económica y ambiental sobre los intereses privados, pues como alguna vez sostuviera Adam Smith “En algunos casos los intereses privados resultan contrapuestos al interés público”. En este caso, el interés social apunta al fomento de las genuinas energías renovables no convencionales.
A lo nuestro, José Carlos me pregunta “Si hoy en día no promovemos el gas para generación eléctrica, de ¿qué otro modo podemos generar mercado de exploración explotación de gas si antes no existían dichos mercados?” En verdad, en una economía de mercado, los mercados se construyen, en especial en industrias nacientes como el gas, con una enérgica participación del Estado (caso Colombia, por no mencionar México, Europa etc.). Si bien el concepto de reservas es dinámico, el factor externo es decir la demanda externa debe estar subordinada a las necesidades del mercado interno, en un horizonte de largo plazo. Sirva el mal ejemplo Argentina que de exportador de gas ahora no tiene ni para su propio consumo.
Como profesor de economía de la UNMSM hago uso de un ejemplo: usar gas natural intensivamente para generar energía eléctrica, es como hacer taxi con un Mercedes Benz, en razón de la riqueza del gas en Camisea, que tiene 90 % de metano y 10% de etano, otros señalan que tiene 12%. Este último es la base del etileno de donde se obtienen los insumos para los plásticos, como los polietilenos y otros. Por ello, estamos desaprovechando las posibilidades de la petroquímica.
Así, en lugar de disponer de solamente 150 millones de pies cúbicos diarios, gracias a la “comprensión y buena voluntad” de Pluspetrol, debiéramos tener un millón de pies cúbicos diarios para la petroquímica inicial y avanzada, y “no tener empresitas en petroquímica” como CF Industries. Si es que de verdad, queremos exportar productos derivados de la petroquímica como la urea, amoníaco, nitrato de amonio y claro está los derivados de los plásticos.
A ello debe agregarse, que con el precio del gas natural para la petroquímica pagará más regalías en relación a lo que percibe el Estado del lote 88 y de lo percibirá del lote 56. Estamos por encima de los US$ 5 dólares por MMBTU, con los precios actuales de la urea que superan los US$ 400 dólares la tonelada. Así de fácil. Usted me pregunta ¿dónde está el mercado? En la petroquímica, en las industrias locales, en la generación eléctrica, en el parque automotor, y el gas residencial para las familias. En ese orden y no al revés donde se privilegia la generación de electricidad quemando un recurso que en algún momento se agotará. ¡No repitamos la historia del guano del siglo XIX!
Con ello quiero señalar que desde el punto de vista del interés nacional resulta prioritario el desarrollo de la petroquímica, como política de Estado, que genera valor agregado. A demás, el incentivo para la exploración está determinado por los altos precios de los hidrocarburos a nivel internacional, desde inicios del 2004, y las posibilidades de exportación del gas natural que se promovieron desde el 2003, de una manera poco transparente durante el gobierno del ex presidente Toledo, con la designación del lote 56 sin licitación internacional y con reservas probadas.
El uso del gas para la electricidad se justifica para el “arranque“, para la primera y segunda de la “caja de cambio”, si es que se trata de usar la imagen automotriz. Pero ya poner tercera o cuarta es un exceso, con el agravante que estamos usando el gas natural de Camisea, por lo extraordinariamente barato de su precio. El precio para la electricidad incluyendo el precio en boca de pozo (menos de US$1.50 por MMBTU) más un dólar por el transporte, está en Lima a US$ 2.50, a los cuales habría que sumar los costos de distribución.
Frente al precio del gas natural en boca de pozo que paga Brasil o Argentina a Bolivia, que está por los US$ 5 el MMBTU, no tengo el dato exacto pero en Sao Paulo debe estar costando por encima de los US $ 9 dólares. Lo barato del gas natural en nuestro país des estimula la construcción de hidroeléctricas, por ello lo más fácil es “engancharse” entre Lurín o Chilca con centrales térmicas. Ello no resulta razonable desde el punto de vista de la economía energética.
En tal sentido, la baratura del gas natural de Camisea, gracias a la renegociación efectuada en agosto del 2006 por el presente gobierno, respecto a la determinación del precio del gas natural para liberarlo de su dependencia con los petróleos industriales ha tenido efectos no deseados, absolutamente manejables. Así, esta negociación entre el gobierno y el consorcio del Lote 88 encabezado por Pluspetrol, demuestra que cuando hay decisión política de renegociar los sacrosantos contratos de estabilidad, es posible encontrar las mejores soluciones. Sin embargo, este hecho positivo, tiene su contradicción, en el precio del gas interno que es tan barato que se lo quema en la generación eléctrica de ciclo simple dejando de lado otras fuentes energéticas.
En cuanto a la segunda pregunta ¿Cómo has llegado a la cifra de “un tercio renovables, un tercio gas natural y un tercio hidroelectricidad”? En verdad, no es invención mía, está en las diversas exposiciones del MINEM realizada por sus altos directivos sobre el cambio de la matriz energética. Con la salvedad que es necesario hacer la distinción entre las energías renovables como las hídricas que en algún momento se agotarán en especial en la costa del Pacífico, y las renovables no convencionales como la eólica, solar, geotermia, biomasa, mareomotriz.
Aprovecho la oportunidad para discrepar cordialmente con el señor José Luna también de la Red de Energía, cuando se refiere a las dificultades que tendría las energías no convencionales como la eólica. No es tan cierto cuando señala que “Si la energía renovable proviene de fuente solar o eólica existe el problema que el suministro no sería constante en el tiempo y muchas de esas 20,000 personas seguramente quieren sus comodidades…”.
Hacer la diferencia entre energías renovables y renovables no convencionales es fundamental, no solamente por las ganancias ambientales, sino también para preservar nuestros recursos naturales. ¿Cuánto cuestan la fuerza de los vientos o la energía solar?
Este problema del suministro que no sería constante en nuestro país, está más que superado tanto por la tecnología como por la continuidad de los vientos durante la mayor parte de las 24 horas. Esta energía tiene tarifas subsidiadas temporalmente en la mayoría de países mediante variados mecanismos y su despacho en el sistema es en tiempo real, tiene prioridad y evidentemente esta realidad no gusta a los generados eléctricos.
En el caso de los tercios hago referencia a los problemas que tendrá la hidroelectricidad de la costa del Pacífico, con el efecto del calentamiento global. Al respecto creo que una imagen vale por 100,000 palabras. La realidad del nevado de Pastoruri nos indica lo que puede pasar en los próximos 15 o 20 años. La desaparición de los nevados de Los Andes ¿qué consecuencias podría traer a las centrales hídricas existentes o a las que se construyan el efecto calentamiento?
Mi ignorancia es grande en el tema y desconozco quienes están trabajando al respecto, sin embargo comparto esta información que llegó a mis manos.
EFECTO CALENTAMIENTO GLOBAL:
El Pastoruri y otros nevados andinos se derriten por obra del calentamiento global lo cual agravará la dotación hídrica de las centrales hidráulicas.
A inicios del año 2007 la revista Science publicó un artículo en el que un grupo de científicos afirmaban que el mar absorberá todo el dióxido de carbono de la atmósfera, hasta devolver la temperatura del planeta a la normalidad. El problema es que ese proceso demorará 100 mil años. Mientras, solo nos queda contemplar cómo nevados como el Pastoruri en el Callejón de Huaylas se deshielan.
El geólogo Marco Zapata, jefe de la Unidad de Glaciología del Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena), ha predicho que aquellos nevados que estén por debajo de los 5,200 metros, morirán en ocho años: eso significa que desaparecerían once de las 18 cordilleras que tiene el país.
El especialista sostiene que el Pastoruri, que se levantaba sobre los 5,243 metros sobre el nivel del mar, tiene ahora una capa de escarcha sobre la roca, tan delgada como una mano de barniz sobre el parquet: el Pastoruri ha retrocedido 502 metros en los últimos 27 años. El señor Zapata estima que le quedan 10 a 12 años.
En la siguiente fotografía se aprecia el impacto del calentamiento global sobre el Pastoruri, situación en que se encuentran casi 18 cordilleras a lo largo del país.
Nevados en extinción
En 1995, el Pastoruri tenía 1.8 kilómetros cuadrados de nieve. En el 2001, se redujo a 1.4 Km. Ahora, según el geólogo Zapata, apenas alcanza los 1.1 Km. En otras palabras, el intenso sol de los Andes ha derretido cada año cerca de 19 metros hielo que nunca más volverán. En el pico de la montaña, la temperatura se ha elevado 0.6° C., lo que muestra un proceso irreversible. "En el Pastoruri hemos visto moscas y cucarachas, animales que nunca antes habían pisado un nevado. No necesito ver el documental de Al Gore para darme cuenta de que algo le está pasando al clima en los nevados".
El geólogo Zapata ejecutó un inventario en 1989. Logró determinar a través de fotografías aéreas que teníamos 18 cordilleras nevadas con 3,044 glaciares, con una superficie de 2,042 km2. En 1997, otro inventario estableció que los glaciares se redujeron a 1,595 km2, es decir, perdimos 22% de nevados. "Cuando llegué a Huaraz, en 1970, y observaba la Cordillera Blanca. Podía ver las faldas de los cerros aún cubiertas de nieve y de hielo. Ahora, 37 años más tarde, lo que se puede apreciar lo largo de los 870 kilómetros es una franja muy clara donde ya no hay glaciares".
Por tanto, se trata en verdad de apostar por las “energías limpias para el desarrollo” en un cambio de la matriz energética que nos haga menos dependientes de los hidrocarburos sean de los derivados del petróleo como el diesel 2 o los residuales, como del gas natural que debiera tener un mayor valor agregado. Así, podríamos tener un balance en la generación eléctrica de fuente hídrica de 33 %, de fuente térmica a gas natural de ciclo combinado un 33 % y de las genuinas energías renovables no convencionales un 33 %.
En la economía social de mercado como en la energía debieran primar la racionalidad económica y ambiental sobre los intereses privados, pues como alguna vez sostuviera Adam Smith “En algunos casos los intereses privados resultan contrapuestos al interés público”. En este caso, el interés social apunta al fomento de las genuinas energías renovables no convencionales.
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