jueves, 8 de julio de 2010

PERENCO CON LUZ VERDE PARA EL ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL DE SU NUEVO OLEDUCTO

Podría Financiar además la modernización del Oleoducto de Petroperú

Por Pedro Maldonado Santiago*


En la selva norte del país, la subsidiaria de la empresa francesa Perenco viene desarrollando el proyecto de “Construcción del Oleoducto y Línea de Diluyente CPF-Andoas Para Uso Propio”, que resulta ser complementario al proyecto de Modernización del Oleoducto Nor Peruano (Petróleos del Perú - Petroperú). Estos proyectos se complementan entre si y tienen como origen principal la futura explotación comercial del Lote 67, operado por Perenco Peru Limited Sucursal del Perú; en este lote se tienen importantes reservas de petróleo en más de 300 millones de barriles, que permitirá producir 100 mil barriles diarios, duplicando así la vigente producción interna.

Pero resulta que este crudo en términos de calidad es pesado (12º a 14º API en promedio) y el actual Oleoducto Norperuano está diseñado para transportar crudos ligeros (26.6° API), aunque en la práctica transporta crudos de menos calidad: 18º a 20º API de las operaciones de Pluspetrol. Esta situación dificultaría el desarrollo de la explotación del Lote 67, que hasta el mes de marzo 2010 ya estuvo perforando el pozo “Piraña 15-PPI-4D/ST” a una profundidad de 6,660 pies, más aún cuando existe la posibilidad de encontrar mayores reservas de petróleo de mayor viscosidad y más pesados aun en la zona de frontera con el Ecuador: Allí tenemos la futura explotación de Repsol en el lote 39, donde también se estiman reservas importantes de crudo pero pesados, más las posibles reservas del lote 64 en exploración de la empresa Talismán, sumados a la actual producción de Pluspetrol en los lotes 8 y 1-AB, con lo cual se hace necesario un nuevo oleoducto para trasladar un crudo con dichas características.

En base a estas condiciones, la empresa privada Perenco Perú Limited y la estatal Petroperú asumen planes de inversión en infraestructura energética (Oloeducto para Crudos Pesados) que en conjunto suman casi US$ 1,330 millones. No es casual por lo tanto que a la fecha ambas empresas estén coordinando el financiamiento de la 1ra etapa del Proyecto de Ampliación de la Capacidad de Transporte del Ramal Norte del Oleoducto Nor Peruano. Esto implica potenciar una rentabilidad positiva a futuro para las operaciones de Petroperú y para Perenco representaría la puesta en marcha del negocio petrolero en nuestro país con pie derecho, de allí que las inversiones estimadas en nuestro país de la empresa de la familia Perrodo podrían superar los US$ 2,360 millones entre la explotación del lote 67 más el nuevo Oleoducto, sin considerar las inversiones que vendrán por la exploración en el lote 121 y la posibilidad de inversión de una nueva planta refinera en la Región Norte.

Proyecto de Petroperú

La empresa Petroperú viene desarrollando el “Proyecto de Transporte de Crudos Pesados – TCP, por el Oleoducto Nor-Peruano”, a partir de los nuevos contratos de licencia firmados por Perúpetro con Perenco en el Lote 67 y con Repsol (Lote 39) ubicados en la región de Loreto, que se espera podrán explotarse en los años 2011 y 2012, los cuales sumados a la explotación de los lotes 8 y 1-AB operados por el Grupo Pluspetrol, se tendrá en promedio crudos pesados de 14°-15° API y altamente viscosos.

Este proyecto resulta ser complementario al Plan de Modernización de la Refinería de Talara (US$ 1,300 millones), una de las unidades principales en la actividad industrial de refinación de petróleo de Petroperú. Es decir, ese crudo pesado a transportarse por el Oleoducto, podría ser utilizado a la vez por la Refinería una vez que culmine su modernización. Y de manera armónica estos proyectos se concatenan con el Proyecto de Ampliación del Terminal de Bayóvar (si se amplia a 8 millones de barriles la inversión sería de US$ 200 millones)

Desde mediados del 2009 el Proyecto TCP de Petroperú se había paralizado en los preparativos de una nueva convocatoria para la “Elaboración de Ingeniería Básica” y el “Estudio de Impacto Ambiental”. La empresa pública estaba a la espera de que los productores (del lote 67 y 39 principalmente) garanticen sus requerimientos de transporte de crudo pesado. Para el mes de marzo se retoma las actividades preliminares para la contratación de los servicios de Ingeniería Básica y el Plan de Manejo Ambiental para la instalación de “loops” en el Oleoducto Ramal Norte, Estaciones Morona y 5, para el transporte de crudo pesado.

Según el nuevo cronograma para la primera convocatoria del 2010, de Competencia para la Elaboración de la Ingeniería Básica, al 01 de julio ya se tendría la recepción de los sobres sobre la propuesta técnica de los postores, donde compiten la Compañía Diseños y Proyectos Reunidos (Diseprosa) de España especializada en ingeniería y consultoría para la industria petroquímica. También se encuentra como postor la Compañía Tecna (Argentina) que tiene presencia en Latinoamérica, España y el Medio Oriente; compite también la Compañía Consultoría Colombiana. Además, para el 08 de julio ya se habría recepcionado los sobres de la propuesta económica.

La inversión total sumaría US$ 970 millones, de las cuales se ha desembolsado apenas US$ 386 mil (aproximadamente S/ 1.99 millones) hasta el mes de abril 2010, orientado en gran proporción para los gastos de gestión del proyecto, para obtener el estudio de factibilidad, convocatoria para estudio de impacto ambiental y gastos para planeación, además de la convocatoria y contratación de los estudios de ingeniería básica (para la implementación de la 1ra Etapa del proyecto).



El proyecto tiene dos etapas, y se presume que los costos de inversión que asumirá Petroperú para la primera etapa son de S/ 168 millones, equivalentes a US$ 59.15 millones, financiados con recurso propio de la empresa, y representa en promedio 6.1% del monto total de inversión. Para la 2da parte, que es el grueso de la inversión (94% del total), aun no está definida la fuente u origen del financiamiento, pero los directivos de Petroperú han sostenido que será financiado por la banca privada, interna y/o externa, capital privado, asociado o tal vez se maneje emisión de bonos ahora que Petroperú está listando en la Bolsa de Valores de Lima. Lo cierto es que hasta la fecha se sigue estudiando la arquitectura financiera para esta etapa, donde la empresa Perenco puede resultar uno de los financistas según el Resumen de Indicadores de Desempeño del Plan Estratégico de Petroperú al mes de marzo 2010.


Proyecto de Perenco

Por su parte Perenco Perú Limited que opera el lote 67, ha planeado desde el 2007 y 2008 ampliar el Oleoducto Nor Peruano desde la Estación Andoas del Ramal Norte hasta las operaciones del Lote 67 (unos 207 Km), programando el inicio de la construcción para el 2011 y se culminaría en el 2013 para entrar en operaciones. Este proyecto es de gran importancia para Perenco porque resulta ser una especie de piedra angular en los planes de desarrollo del Lote 67. Esta construcción de un “Nuevo Oleoducto” demanda una inversión por casi US$ 360 millones, pero resultaría mayor si sumamos los US$ 2,000 millones de inversión para el desarrollo de los pozos en el lote 67.

Según oficios remitidos por la Dirección General de Asuntos Ambientales Energéticos del Ministerio de Energía y Minas, con fechas del 07 y 19 de mayo del 2010 ya se habría dado luz verde al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para la construcción del oleoducto de la empresa Perenco, dando opinión favorable en la evaluación del Resumen Ejecutivo del EIA y dando como fecha de la Audiencia Pública de presentación del estudio el 06 de julio del presente año.

Falta de Transparencia

Vistos en conjunto ambos proyectos resultan integrados y con beneficio mutuo entre las dos empresas, destacando que por los montos de inversión a desembolsarse y por la zona donde se ubican los lotes petroleros y por donde se instala el Oleoducto, los impactos que se van a generar en las regiones van más allá de un dinamismo económico que exige inversiones adicionales y conexas como una mayor modernización portuaria y refinera (combustibles), infraestructura vial, inversión eléctrica, entre otros aspectos. Una vez más es válido plantearse: “Por cada dólar invertido, cuánto se queda en la región en términos de salarios, compras locales, impuestos, canon, regalías, y cuánto contribuye a remediar los impactos ambientales, sobre todo cuánto aporta a que las futuras generaciones no se vean afectados y desplazados a nombre de la modernidad y el crecimiento económico que “exige” una mayor explotación de recursos no renovables en la actualidad.

Perenco Peru Limited, ya viene superando plazos y gestiones para la puesta en marcha de la extracción de petróleo en el Lote 67 y su transporte por el “Nuevo Oleoducto” para empalmarlo con el Oloeducto Norperuano. Pero, siguiendo una lógica de Responsabilidad Social Empresarial, Perenco debiera realizar una gestión más armoniosa y transparente con los pueblos de la zona, sus representantes y las autoridades locales y del gobierno central. Planteamos ello en razón que la empresa sigue negando la existencia de comunidades nativas en aislamiento voluntario en la zona de influencia del proyecto, a pesar de que el Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuano (INDEPA), como entidad encargada de reconocer las zonas de reservas naturales, hasta la fecha no niega ni afirma la existencia de pueblos indígenas en aislamiento.

Cabe destacar que Perenco involucra a una institución del Estado como es el INDEPA para hacer válido sus argumentos de no existencia de comunidades en aislamiento voluntario. En la página web de la empresa y por declaraciones a diversos medios de comunicación, sostienen que tienen un estudio multidisciplinario de 24 expertos, donde llegan a la conclusión (entre otras): “El trabajo de campo realizado demuestra que no existe evidencia física de tribus no contactadas en el área del Lote 67”. En ese estudio la petrolera señala que el INDEPA formó parte de las cuatro instituciones involucradas en el Estudio; sin embargo el Presidente Ejecutivo del INDEPA, Mayta Cápac Alatrista sostiene que hay “interpretaciones antojadizas sobre el tema”

El funcionario público reconoce que un representante del INDEPA ha participado como invitado para realizar un recorrido como parte de los estudios de Daimi Perú (compañía consultora que ha realizado el EIA) en la zona del Lote 67, pero de manera estricta el INDEPA no ha formado parte del grupo de estudios, ni ha corroborado, ni confirmado, menos ha validado las conclusiones a los que llegaron en dicho estudio.

Es más en el Informe de la empresa Daimi Perú, encargada de este estudio (además de realizar el EIA del proyecto del Oleoducto para Perenco), presentado en setiembre del 2008, cap. III, pág. 10 señalan que el diseño de la investigación es presentado al INDEPA y un miembro de dicha institución acompaña en el recorrido de campo terrestre y fluvial, pero allí no se lee que el INDEPA haya diseñado la investigación, o aportó en la investigación, ni elaboró en las conclusiones.

Dentro del plan de trabajo del INDEPA, recién este año se está conformando un grupo de expertos de diversas instituciones y especialistas, con criterio de imparcialidad, para que viaje a la zona Napo Tigre (donde está Perenco) y realice los estudios y reconocimientos para tener una información más certera sobre la existencia de “Pueblos no Contactados” de la zona. También se realizará estudios en la zona de Isconahua, como parte de la atención a las cinco solicitudes para reconocimiento de Reservas Territorial en el país.

En el marco de una gestión de Responsabilidad Social Empresarial, la empresa Perenco debiera considerar estos hechos, dado la trascendencia de las futuras inversiones en la zona de la selva norte del país. Así mismo, las autoridades gubernamentales deben expresar una mayor exigencia en los estudios de evaluación y reconocimiento de la existencia o no de comunidades nativas en aislamiento. No debe ser una simple formalidad, que el MINEM solicite documentos, estudios y planes a la empresa para aprobar la puesta en marcha de las actividades petroleras en la zona, y es que todas estas gestiones realizadas dentro del Estado de Derecho y en armonía social, minimizaría la conflictividad, además de prevenir sucesos negativos como lo ocurrido hace un año en Bagua.

(*) Economista e Investigador en Energía y Minas.

No hay comentarios: