URGEN IMPUESTOS EXTRAORDINARIOS
Como economista sabemos que el mejor indicador para estimar la rentabilidad empresarial no es la utilidad neta, pues esta es el producto de una serie de deducciones, tales como los costos de venta, los gastos de venta y administrativos, donde se descargan las depreciaciones y amortizaciones, los costos por intangibles, los descargos por gastos financieros, de otras cuentas como la participación de los trabajadores y por último del 30% del impuesto a la renta pagado al fisco. Es decir, la utilidad neta resulta ser el resultado final, el residuo de los ingresos menos los diversos costos y gastos que tienen que asumir las empresas.
Esto significa que la utilidad neta constituye la partida que se distribuye a los accionistas si se adopta la decisión de distribuir las utilidades como dividendos, o que se puede reinvertir si las utilidades netas se disponen como incrementos del capital social, o como aumento del patrimonio o de las inversiones que permitan la ampliación de la capacidad de producción.
Es decir, la utilidad neta es el residuo de una serie de deducciones, donde una tasa, es decir la relación entre la utilidad neta frente a los ingresos superior al 30%, resulta prácticamente una “utilidad de monopolio” en la teoría económica, o mejor aún sería una utilidad extraordinaria en tanto que la actividad minera no se rige propiamente en el marco de una competencia monopolista, pues como actividad de exportación es tomadora de los precios internacionales.
Esto significa que los precios de los productos mineros son “exógenos” a las empresas que operan en el país, de allí las tendencias alcistas de los precios internacionales del oro, plata, cobre, estaño, zinc verificadas desde el 2004 a la fecha, con excepción del bajón de setiembre del 2008 en razón a la crisis financiera internacional, ha representado la obtención de tasas de rentabilidad extraordinarias, por encima del 50% gracias al diferencial entre los precios internacionales y los costos internos de producción.
Si a los inicios del 2001 los precios del oro se mantenían por debajo de los 272 dólares la onza de oro, y en el 2002 no superaban los 311 dólares por onza troy, empresas mineras como Mra. Yanacocha o la Mra. Barrick Misquichilca obtenían utilidades netas con costos de producción inferiores a los 100 dólares la onza. Por tanto, resulta evidente que con precios del oro por encima de los 1,161 dólares la onza troy para el promedio enero/agosto del 2010, las utilidades de las empresas auríferas son más que extraordinarias a pesar que los costos y gastos de producción se hayan incrementado.
En el caso de los precios del cobre menores a los 72 centavos de dólar la libra de cobre en el 2001, empresas como Southern Perú Copper Corporation (SPCC) obtenían utilidades por sus operaciones en Cuajone (Moquegua) y Toquepala (Tacna) con costos de producción menores a los 50 centavos la libra; es más proyectos de cobre como el de Antamina resultaban rentables en el largo plazo con precios de 95 centavos de dólar la libra. Por tanto, con precios por encima de los 300 centavos la libra las cupríferas como Mra. Antamina, Cerro Verde, Mra. Tintaya y la SPCC están obteniendo utilidades extraordinarias que no están siendo compartidas con el Estado.
En tal sentido, una rentabilidad normal debiera estar sobre el 15% al 20%, por ello tasas de rentabilidad superiores constituyen ganancias extraordinarias. Esto significaría por ejemplo que de cada 100 dólares de ingresos al final del año, 20 dólares serían utilidades netas con una tasa del 20%. En el mismo sentido, si la Mra Barrick al primer semestre del 2010 obtiene una tasa de rentabilidad neta del 56.3%, ello significa que de cada 100 dólares de ingresos, al final del primer semestre tiene una utilidad neta de 56 dólares. De allí, el gran atractivo que tiene nuestro país para la inversión minera, con una elevada utilidad que no se consigue en ninguna parte del mundo.
LAS MÁS RENTABLES
Sea cual fuere el caso, el cuadro del “Ranking de Utilidad Neta por Empresa Minera” al primer semestre del 2010, nos demuestra la continuidad de las utilidades extraordinarias en comparación a los años anteriores correspondientes al 2006, 2007, 2008 y 2009 tomando solamente las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima (Conasev). En especial, las empresas mineras de oro y plata como Buenaventura están obteniendo tasas de rentabilidad increíbles en cualquier lugar del planeta.
Evidentemente si tales utilidades fueran compartidas con el Fisco no habría problemas, pero no es el caso. Esto se agrava pues el conjunto de las empresas que mantienen contratos de estabilidad jurídica, tributaria y administrativa como Mra. Yanacocha, Mra. Antamina, Xstrata. Tintaya, Sociedad Minera. Cerro Verde, Barrick Misquichilca por la unidad Pierina en Ancash y otras empresas, no están abonando las llamadas regalías mineras, y no están compensando a la sociedad por la explotación y agotamiento de los recursos mineros.
El pensamiento arcaico y tradicional de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía considera suficiente la participación del Estado en la renta minera a través del impuesto a la renta (30%) y de un adicional si se tiene firmado un contrato de estabilidad jurídica y tributaria (2%). En verdad, las empresas mineras están pagando tal impuesto como lo hace toda empresa que genera ingresos al margen de lo que pueda significar. Pero lo cierto y evidente, es que no están participando las utilidades extraordinarias con el titular de los recursos que es el Estado a nombre de la Nación.
Es más, las empresas mineras no están abonando a la sociedad peruana por el agotamiento (depletion) del mineral, así Mra. Yanacocha podrá remover una tonelada de tierra para obtener 2 o 3 gramos de oro, y por este concepto no está remunerando al país, y sin embargo, en su contabilidad privada esta cuenta sí está considerada, como el abono de regalías más de 14 dólares por onza producida que se carga a costos, como un asunto privado.
Si a ello, se agrega que el denominado “cogollo minero” como Mra. Yanacocha, Mra. Antamina, Sociedad Minera Cerro Verde más Xstrata. Tintaya ni siquiera pagan las llamadas regalías mineras al fisco, a pesar del mandato expreso del Tribunal Constitucional, se tiene una situación económica jurídica contraproducente a los intereses del país. De allí, la necesidad de analizar e imponer un impuesto extraordinario a las ganancias extraordinarias. Es decir, a las ganancias anormales que tienen las empresas, y que no se explican por una mayor productividad del capital, mayores riesgos en la inversión o innovaciones al estilo schumpeteriano, por lo tanto deben ser compartidas con el Estado por la propia gobernabilidad del país.
RENTABILIDAD AURÍFERA
En primer lugar, en cuanto a las empresas productoras de oro destaca la utilidad neta de la Mra. Barrick Misquichilca que al primer semestre del 2010 está generando 443 millones de dólares por concepto de utilidad neta, lo que significa más de 159 millones de incremento en relación a similar período del 2009 que representó 283 millones, es decir, una variación del 56%, y la producción para el mismo período se ha incrementado de las 634 mil onzas a 701 mil onzas troy de oro, lo que representa una variación del 11%. Por tanto, si bien se verifica un incremento productivo, el efecto precio es fundamental para explicar las mayores utilidades netas.
En la Barrick las utilidades netas 2008 alcanzaron los valores de 317 millones de dólares, en el primer semestre del 2007 fueron de 228 millones a pesar de los rendimientos decrecientes de la unidad de Pierina en Ancash y el auge de la unidad de Lagunas Norte en la sierra de La Libertad que empezó a producir desde junio del 2005.
Así, se puede decir que 145 millones de dólares de utilidades netas en el 2006 gracias a los altos precios y ampliación de operaciones se han alcanzado los 443 millones de dólares en el primer semestre del 2010, expresando una rentabilidad neta del 56%
Si la tasa de la rentabilidad neta de la Mra. Barrick Misquichilca alcanza el 56% para el primer semestre del 2010, y se mantiene por encima del 45% en el primer semestre del 2007, sube al 48% en el 2008 para mantenerse en 48.2% en el 2009, son utilidades extraordinarias que no se obtienen en ninguna parte del mundo, y resultan contradictorias con la pobreza regional.
En segundo lugar, destaca la utilidad neta de la Cia. de Minas Buenaventura con 266 millones de dólares en el primer semestre del 2010 y de 234 millones en el primer semestre del 2009, con una tasa de rentabilidad neta del 84% que se explican por la participación de las empresas relacionadas, es decir subsidiarias y afiliadas, en la que se debe considerar la participación de la Compañía de Minas Buenaventura en las ganancias de sus empresas afiliadas y subsidiarias tales como: Compañía Minera Condesa S.A, Sociedad Minera Cerro Verde S.A.A., Sociedad Minera El Brocal S.A.A., S.M.R.L. Chaupiloma Dos de Cajamarca, Consorcio Energético de Huancavelica S.A., Canteras del Hallazgo S.A.C., CEDIMIN, Minera La Zanja S.R.L., Compañía Minera Colquirrumi S.A., Minera San Francisco S.A.
Con una tasa de rentabilidad neta del 84% el grupo Buenaventura que tiene como principales accionistas a la familia Benavides de la Quintana, asume una rentabilidad extraordinaria pues de cada 100 dólares de ingresos prácticamente 84 dólares serían utilidades netas, gracias a la contribución de las empresas subsidiarias y afiliadas. Esta rentabilidad no se verifica en ninguna parte del mundo, y debe ser compartida con el Estado a través de la vigencia de un impuesto extraordinario.
En tercer lugar, destaca la utilidad neta de la Mra. Yanacocha que se incrementa en el primer semestre del 2010 en relación al 2009, alcanzando los 303 millones de dólares un poco más en relación a la utilidad neta del 2009 que sumaron los 297 millones de dólares. En verdad, esta utilidad es notable a pesar de la disminución de la producción de oro que transitó de 1,016,000 onzas (un millón dieciséis mil onzas) a 775 mil onzas, es decir con una disminución del 24% en los volúmenes producidos.
La cuestionada empresa Mra. Yanacocha que tiene como accionistas a la transnacional Newmont, al grupo Buenaventura y al brazo financiero del Banco Mundial (IFC) ha declarado utilidades netas del orden de 382 millones de dólares en el primer semestre del 2006, y tales niveles de rentabilidad neta del 41% no han sido reproducidos en los siguientes períodos en razón de las limitaciones que tiene la minera por los llamados conflictos sociales, a la falta de confianza frente a las comunidades campesinas y por la voracidad de sus accionistas por expandir sus operaciones.
En su conjunto solamente las empresas que declaran sus estados financieros en la Bolsa de Valores de Lima en el primer semestre del 2010 han obtenido utilidades netas del orden de los 2,482 millones de dólares, valores superiores a los obtenidos en el primer semestre del 2006 que sumaron los 1,963 millones de dólares, y a los 2,189 millones del primer período del 2007, y muy superiores a los 1,547 millones de dólares del 2009.
Evidentemente este estado de gracia de las empresas mineras en el Perú con la obtención de utilidades extraordinarias que no tienen parangón en la historia económica del país, ni a nivel internacional no resulta sustentable en el tiempo, en razón de la franciscana participación del Estado en la renta minera sea con regalías mínimas, óbolo minero o con el impuesto a la renta que tiene una serie deducciones.
De allí, que a diferencia de la campaña electoral del 2006, el nuevo gobierno debe asumir la necesidad y el imperativo nacional de aplicar un impuesto extraordinario a la ganancias extraordinarias. Con voluntad política, honestidad y transparencia se puede negociar con el conjunto de las empresas mineras que operan en el país. Estoy seguro que no será el fin del mundo.
Para poder visualizar los cuadros entre al siguiente enlace: http://www.mancozaconetti.com/index.php?option=com_content&view=article&id=220:peru-sobre-utilidades-mineras-y-pobreza-fiscal&catid=1:catmineria&Itemid=7
Como economista sabemos que el mejor indicador para estimar la rentabilidad empresarial no es la utilidad neta, pues esta es el producto de una serie de deducciones, tales como los costos de venta, los gastos de venta y administrativos, donde se descargan las depreciaciones y amortizaciones, los costos por intangibles, los descargos por gastos financieros, de otras cuentas como la participación de los trabajadores y por último del 30% del impuesto a la renta pagado al fisco. Es decir, la utilidad neta resulta ser el resultado final, el residuo de los ingresos menos los diversos costos y gastos que tienen que asumir las empresas.
Esto significa que la utilidad neta constituye la partida que se distribuye a los accionistas si se adopta la decisión de distribuir las utilidades como dividendos, o que se puede reinvertir si las utilidades netas se disponen como incrementos del capital social, o como aumento del patrimonio o de las inversiones que permitan la ampliación de la capacidad de producción.
Es decir, la utilidad neta es el residuo de una serie de deducciones, donde una tasa, es decir la relación entre la utilidad neta frente a los ingresos superior al 30%, resulta prácticamente una “utilidad de monopolio” en la teoría económica, o mejor aún sería una utilidad extraordinaria en tanto que la actividad minera no se rige propiamente en el marco de una competencia monopolista, pues como actividad de exportación es tomadora de los precios internacionales.
Esto significa que los precios de los productos mineros son “exógenos” a las empresas que operan en el país, de allí las tendencias alcistas de los precios internacionales del oro, plata, cobre, estaño, zinc verificadas desde el 2004 a la fecha, con excepción del bajón de setiembre del 2008 en razón a la crisis financiera internacional, ha representado la obtención de tasas de rentabilidad extraordinarias, por encima del 50% gracias al diferencial entre los precios internacionales y los costos internos de producción.
Si a los inicios del 2001 los precios del oro se mantenían por debajo de los 272 dólares la onza de oro, y en el 2002 no superaban los 311 dólares por onza troy, empresas mineras como Mra. Yanacocha o la Mra. Barrick Misquichilca obtenían utilidades netas con costos de producción inferiores a los 100 dólares la onza. Por tanto, resulta evidente que con precios del oro por encima de los 1,161 dólares la onza troy para el promedio enero/agosto del 2010, las utilidades de las empresas auríferas son más que extraordinarias a pesar que los costos y gastos de producción se hayan incrementado.
En el caso de los precios del cobre menores a los 72 centavos de dólar la libra de cobre en el 2001, empresas como Southern Perú Copper Corporation (SPCC) obtenían utilidades por sus operaciones en Cuajone (Moquegua) y Toquepala (Tacna) con costos de producción menores a los 50 centavos la libra; es más proyectos de cobre como el de Antamina resultaban rentables en el largo plazo con precios de 95 centavos de dólar la libra. Por tanto, con precios por encima de los 300 centavos la libra las cupríferas como Mra. Antamina, Cerro Verde, Mra. Tintaya y la SPCC están obteniendo utilidades extraordinarias que no están siendo compartidas con el Estado.
En tal sentido, una rentabilidad normal debiera estar sobre el 15% al 20%, por ello tasas de rentabilidad superiores constituyen ganancias extraordinarias. Esto significaría por ejemplo que de cada 100 dólares de ingresos al final del año, 20 dólares serían utilidades netas con una tasa del 20%. En el mismo sentido, si la Mra Barrick al primer semestre del 2010 obtiene una tasa de rentabilidad neta del 56.3%, ello significa que de cada 100 dólares de ingresos, al final del primer semestre tiene una utilidad neta de 56 dólares. De allí, el gran atractivo que tiene nuestro país para la inversión minera, con una elevada utilidad que no se consigue en ninguna parte del mundo.
LAS MÁS RENTABLES
Sea cual fuere el caso, el cuadro del “Ranking de Utilidad Neta por Empresa Minera” al primer semestre del 2010, nos demuestra la continuidad de las utilidades extraordinarias en comparación a los años anteriores correspondientes al 2006, 2007, 2008 y 2009 tomando solamente las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima (Conasev). En especial, las empresas mineras de oro y plata como Buenaventura están obteniendo tasas de rentabilidad increíbles en cualquier lugar del planeta.
Evidentemente si tales utilidades fueran compartidas con el Fisco no habría problemas, pero no es el caso. Esto se agrava pues el conjunto de las empresas que mantienen contratos de estabilidad jurídica, tributaria y administrativa como Mra. Yanacocha, Mra. Antamina, Xstrata. Tintaya, Sociedad Minera. Cerro Verde, Barrick Misquichilca por la unidad Pierina en Ancash y otras empresas, no están abonando las llamadas regalías mineras, y no están compensando a la sociedad por la explotación y agotamiento de los recursos mineros.
El pensamiento arcaico y tradicional de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía considera suficiente la participación del Estado en la renta minera a través del impuesto a la renta (30%) y de un adicional si se tiene firmado un contrato de estabilidad jurídica y tributaria (2%). En verdad, las empresas mineras están pagando tal impuesto como lo hace toda empresa que genera ingresos al margen de lo que pueda significar. Pero lo cierto y evidente, es que no están participando las utilidades extraordinarias con el titular de los recursos que es el Estado a nombre de la Nación.
Es más, las empresas mineras no están abonando a la sociedad peruana por el agotamiento (depletion) del mineral, así Mra. Yanacocha podrá remover una tonelada de tierra para obtener 2 o 3 gramos de oro, y por este concepto no está remunerando al país, y sin embargo, en su contabilidad privada esta cuenta sí está considerada, como el abono de regalías más de 14 dólares por onza producida que se carga a costos, como un asunto privado.
Si a ello, se agrega que el denominado “cogollo minero” como Mra. Yanacocha, Mra. Antamina, Sociedad Minera Cerro Verde más Xstrata. Tintaya ni siquiera pagan las llamadas regalías mineras al fisco, a pesar del mandato expreso del Tribunal Constitucional, se tiene una situación económica jurídica contraproducente a los intereses del país. De allí, la necesidad de analizar e imponer un impuesto extraordinario a las ganancias extraordinarias. Es decir, a las ganancias anormales que tienen las empresas, y que no se explican por una mayor productividad del capital, mayores riesgos en la inversión o innovaciones al estilo schumpeteriano, por lo tanto deben ser compartidas con el Estado por la propia gobernabilidad del país.
RENTABILIDAD AURÍFERA
En primer lugar, en cuanto a las empresas productoras de oro destaca la utilidad neta de la Mra. Barrick Misquichilca que al primer semestre del 2010 está generando 443 millones de dólares por concepto de utilidad neta, lo que significa más de 159 millones de incremento en relación a similar período del 2009 que representó 283 millones, es decir, una variación del 56%, y la producción para el mismo período se ha incrementado de las 634 mil onzas a 701 mil onzas troy de oro, lo que representa una variación del 11%. Por tanto, si bien se verifica un incremento productivo, el efecto precio es fundamental para explicar las mayores utilidades netas.
En la Barrick las utilidades netas 2008 alcanzaron los valores de 317 millones de dólares, en el primer semestre del 2007 fueron de 228 millones a pesar de los rendimientos decrecientes de la unidad de Pierina en Ancash y el auge de la unidad de Lagunas Norte en la sierra de La Libertad que empezó a producir desde junio del 2005.
Así, se puede decir que 145 millones de dólares de utilidades netas en el 2006 gracias a los altos precios y ampliación de operaciones se han alcanzado los 443 millones de dólares en el primer semestre del 2010, expresando una rentabilidad neta del 56%
Si la tasa de la rentabilidad neta de la Mra. Barrick Misquichilca alcanza el 56% para el primer semestre del 2010, y se mantiene por encima del 45% en el primer semestre del 2007, sube al 48% en el 2008 para mantenerse en 48.2% en el 2009, son utilidades extraordinarias que no se obtienen en ninguna parte del mundo, y resultan contradictorias con la pobreza regional.
En segundo lugar, destaca la utilidad neta de la Cia. de Minas Buenaventura con 266 millones de dólares en el primer semestre del 2010 y de 234 millones en el primer semestre del 2009, con una tasa de rentabilidad neta del 84% que se explican por la participación de las empresas relacionadas, es decir subsidiarias y afiliadas, en la que se debe considerar la participación de la Compañía de Minas Buenaventura en las ganancias de sus empresas afiliadas y subsidiarias tales como: Compañía Minera Condesa S.A, Sociedad Minera Cerro Verde S.A.A., Sociedad Minera El Brocal S.A.A., S.M.R.L. Chaupiloma Dos de Cajamarca, Consorcio Energético de Huancavelica S.A., Canteras del Hallazgo S.A.C., CEDIMIN, Minera La Zanja S.R.L., Compañía Minera Colquirrumi S.A., Minera San Francisco S.A.
Con una tasa de rentabilidad neta del 84% el grupo Buenaventura que tiene como principales accionistas a la familia Benavides de la Quintana, asume una rentabilidad extraordinaria pues de cada 100 dólares de ingresos prácticamente 84 dólares serían utilidades netas, gracias a la contribución de las empresas subsidiarias y afiliadas. Esta rentabilidad no se verifica en ninguna parte del mundo, y debe ser compartida con el Estado a través de la vigencia de un impuesto extraordinario.
En tercer lugar, destaca la utilidad neta de la Mra. Yanacocha que se incrementa en el primer semestre del 2010 en relación al 2009, alcanzando los 303 millones de dólares un poco más en relación a la utilidad neta del 2009 que sumaron los 297 millones de dólares. En verdad, esta utilidad es notable a pesar de la disminución de la producción de oro que transitó de 1,016,000 onzas (un millón dieciséis mil onzas) a 775 mil onzas, es decir con una disminución del 24% en los volúmenes producidos.
La cuestionada empresa Mra. Yanacocha que tiene como accionistas a la transnacional Newmont, al grupo Buenaventura y al brazo financiero del Banco Mundial (IFC) ha declarado utilidades netas del orden de 382 millones de dólares en el primer semestre del 2006, y tales niveles de rentabilidad neta del 41% no han sido reproducidos en los siguientes períodos en razón de las limitaciones que tiene la minera por los llamados conflictos sociales, a la falta de confianza frente a las comunidades campesinas y por la voracidad de sus accionistas por expandir sus operaciones.
En su conjunto solamente las empresas que declaran sus estados financieros en la Bolsa de Valores de Lima en el primer semestre del 2010 han obtenido utilidades netas del orden de los 2,482 millones de dólares, valores superiores a los obtenidos en el primer semestre del 2006 que sumaron los 1,963 millones de dólares, y a los 2,189 millones del primer período del 2007, y muy superiores a los 1,547 millones de dólares del 2009.
Evidentemente este estado de gracia de las empresas mineras en el Perú con la obtención de utilidades extraordinarias que no tienen parangón en la historia económica del país, ni a nivel internacional no resulta sustentable en el tiempo, en razón de la franciscana participación del Estado en la renta minera sea con regalías mínimas, óbolo minero o con el impuesto a la renta que tiene una serie deducciones.
De allí, que a diferencia de la campaña electoral del 2006, el nuevo gobierno debe asumir la necesidad y el imperativo nacional de aplicar un impuesto extraordinario a la ganancias extraordinarias. Con voluntad política, honestidad y transparencia se puede negociar con el conjunto de las empresas mineras que operan en el país. Estoy seguro que no será el fin del mundo.
Para poder visualizar los cuadros entre al siguiente enlace: http://www.mancozaconetti.com/index.php?option=com_content&view=article&id=220:peru-sobre-utilidades-mineras-y-pobreza-fiscal&catid=1:catmineria&Itemid=7
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