viernes, 21 de enero de 2011

Artículos de ex Ministro de Hidrocarburos de Bolivia


¿Hubo nacionalización?


Por Andrés Soliz Rada, ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia

Rebanadas de Realidad - La Paz, 08/01/11.-

El Decreto 28701, de 01-05-06, muestra la voluntad de lograr que “el Estado recupere la propiedad, la posesión y el control total y absoluto” de los hidrocarburos. No obstante, la disposición legal no podía implicar la expulsión de las compañías, si no se quería paralizar la producción y desabastecer el mercado interno, ya que YPFB carecía de la posibilidad de reemplazarlas de inmediato. Se optó, en consecuencia, por una nacionalización gradual, que debía consolidarse mediante la transferencia al ente estatal del 50 % más uno de las acciones de Transredes, Chaco, Andina y las AFP. En mi opinión, debió procederse a la expropiación de acciones, dentro del orden constitucional vigente en ese momento. Para otras personas del entorno presidencial (que impusieron su criterio) se debía comprar ese monto accionario de Petrobrás, British Petróleum, Repsol y Total, con interminables negociaciones previas.

La suma a pagarse tenía que depender de auditorias, las que mostrarían las inversiones, amortizaciones, costos de operación y rentabilidad de cada empresa. En su artículo 4, el Decreto incrementó la tributación en los mega campos del 50 % (Ley de Hidrocarburos 3058, del 17-05-05, previa al gobierno de Evo Morales) al 82 %. Si bien las petroleras pagaron ese incremento, al no tomarse en cuenta los resultados de las auditorias en los nuevos contratos, el país tuvo que devolver ese excedente, de manera que la tercera nacionalización sólo consiguió mayores ingresos por el incremento de las cotizaciones internacionales y no por efectos del decreto. El ocultamiento de las auditorias (hasta el día de hoy), hizo que YPFB aceptara las cifras de las empresas, lo que terminó por desvirtuar la medida.

La nacionalización gradual necesitaba para avanzar con firmeza de una profunda reestructuración de YPFB. Los profesionales que realizaron las auditorias, bajo la orientación de los ingenieros Javier Escobar y Enrique Mariaca, conformaron un equipo humano confiable para cumplir esa tarea. En lugar de ello, se prefirió el egoísmo sectario. Evo y Álvaro García creyeron posible lograr que la nacionalización se afirme sometiéndose a Petrobrás. Grave error. La única manera de hacerlo era negociar desde la posición de fuerza que teníamos al existir una dramática dependencia del gigante complejo industrial de San Pablo del gas boliviano, del que no podía prescindir. La estratégica ventaja se perdió un año después, cuando Brasil consiguió su autosuficiencia en gas.

Consolidar la nacionalización implicaba una sólida cohesión interna. Fue correcto derrotar al separatismo de la “Nación Camba”, así como erradicar el colonialismo interno. Pero fue erróneo imponer el reconocimiento constitucional a 36 inexistentes naciones indígenas, que fragmentaron la conciencia nacional. Cinco años después del Decreto del 01-05-06, el país no ha exportado ni un metro cúbico de gas con valor agregado, importa diesel, gasolina y GLP, el cambio de matriz energética está en pañales, no tenemos plantas separadoras de líquidos y la posibilidad de gasoductos al Mutún, al salar de Uyuni y al occidente del país es un sueño lejano. No se determinó en los contratos un cronograma de desembolsos para explorar y desarrollar nuevos campos. YPFB no es capaz de calcular el monto de nuestras reservas.

La Cámara Boliviana de Hidrocarburos (CBH), entidad que aglutina a las petroleras, condicionó sus inversiones al “gasolinazo” del 26-XII-10. En mi gestión, dejamos establecido que la CBH no era interlocutor válido para el gobierno y que hablaríamos con las compañías una por una y no como si se tratara de un sindicato de transnacionales.



Gas, el saqueo continúa



Por Andrés Soliz Rada, ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia

Rebanadas de Realidad - La Paz, 17/12/10.-

Los cronogramas de exportación de gas tienen, casi siempre, cumplimiento estricto. El primero de enero próximo, las ventas a la Argentina se incrementarán de 5.0 a 7.7 Millones de Metros Cúbicos Día (mmmcd). El 2012, a 11. El 2026, a 27.7. El Presidente de YPFB, Carlos Villegas, se apresta a reanudar el envío de gas a la termoeléctrica de la ENRON en Cuiabá (Brasil). Cristian Inchausti, de YPFB Transporte, dijo que el gasoducto a San Pablo será ampliado de 30 a 40 mmmcd. Petrobrás, Repsol (socia de YPF Argentina) y British Gas desarrollarán nuevos campos sólo para satisfacer requerimientos externos. Los anuncios se producen después que Brasil descubrió grandes reservorios en su mar territorial y YPF argentino en Neuquén. Este último fue calificado de fraudulento. Servirán, sin embargo, para rebajar el precio del gas boliviano.

El uso interno del gas es incierto. No existe proyecto para llevar gas al salar de Uyuni, a fin de industrializar el litio y el potasio. No habrá gas para los centros mineros de Potosí, Oruro y La Paz. La siderurgia del Mutún está in viabilizada por falta de gas. Las cementeras no abastecen el mercado interno por carencia del energético. El uso intensivo del gas para modernizar nuestra agricultura es aún una utopía. Muchas de las redes de gas domiciliario podrían quedar sin uso. Bernardo Prado Liévano ha escrito con amargura que Petrobrás invertirá 4.700 millones de dólares para industrializar el gas boliviano… en Brasil. Saúl Escalera lamentó que Villegas hubiera ignorado los proyectos de factibilidad que elaboró, el año 2008, para producir úrea y amoniaco en el Chapare (Cochabamba). En consecuencia, Brasil, que importa estos productos de Ucrania, será autosuficiente en fertilizantes gracias a nuestro insumo.

Las aberraciones en política energética no tienen fin. Fue imperdonable suscribir el contrato de venta de gas al Brasil, en 1997, sin instalar una planta separadora de líquidos, con lo que se repitió el error de la venta de gas a la Argentina, iniciada en 1972. Ahora, otra vez, se considera impertinente condicionar nuevas exportaciones al funcionamiento de esas plantas. Los nuevos contratos, firmados después de la nacionalización de Evo Morales, debieron haber obligado a las compañías a desembolsos en exploración. En 1999, Brasil se negó a comprar electricidad del Chapare para la termoeléctrica de Cuibá. Ya entonces advirtió: “Brasil sólo compra de Bolivia gas sin valor agregado”. YPFB negocia nuevas exportaciones, esta vez a Chile.

Villegas, quien no difunde las auditorias a las petroleras desde el 2006, elaboró planes estratégicos con cálculos de reservas de De Goyler and MacNaugton que resultaron falsos, según la Ryder Scott. De Goyler las sextuplicó para que se firmaran inviables contratos de venta a México y EEUU, los que debían servir a las compañías para anotar como propias todas nuestras reservas presentes y futuras, en las Bolsas de valores. Ryder Scott las redujo a un tercio para castigarnos por la nacionalización del 01-05-06. La información sobre las reservas tiene para Bolivia valor estratégico, pero no es un problema difícil de resolver. Para ello debe contar con sus propios informes, los que serán los únicos confiables.

Necesita, en consecuencia, partir, como indica el ingeniero Dante Gumiel, de las reservas calculadas electrónicamente en tiempo real de cada uno de los campos, mediante un sistema informático basado en la ley de los gases ideales y reales. Requiere tener datos continuos de reservorios, presiones, temperaturas, volúmenes de producción y condensados, anexos al programa Scada (ordenador de control de producción) de cada empresa. Los datos sobre el volumen de nuestras reservas nos servirían, por lo menos, para conocer los ritmos del saqueo y lo lejano que se halla el uso industrial del energético.

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