lunes, 3 de junio de 2013

PERÚ: DÉFICIT DE LA BALANZA COMERCIAL SE AGUDIZA

RADIOGRAFÍA DEL PETRÓLEO CRUDO

ESCRIBE: JORGE MANCO ZACONETTI (Investigador UNMSM)

En el 2012 se ha exportado crudo pesado proveniente de los campos operados por la empresa Pluspetrol Norte un promedio de 15,560 barriles diarios y las refinerías en especial La Pampilla y en menor medida PetroPerú –Talara han comprado en el exterior, es decir se ha importado un promedio de 90,340 barriles por día calendario de petróleo crudo, lo que determina un saldo negativo de 74,780 barriles diarios, que se debe acrecentar en la medida que la producción doméstica de petróleo continúe disminuyendo. Este creemos que es el problema principal en el sector, que las reformas estructurales como la privatización no han resuelto.

En términos de valor la producción exportada en el 2012 resulta equivalente a 578.6 millones de dólares y el valor de la producción importada de crudo ha significado 3,633 millones de dólares, lo que representa un déficit de 3,054 millones de dólares solamente para dicho año. Si solamente se sumarán los saldos negativos desde el 2005 al 2012 el déficit resulta equivalente a 18,255 millones de dólares, es decir un promedio de más de 2,281 millones por año. Ello se expone en el cuadro Balanza Comercial de Petróleo Crudo en miles de barriles por día calendario (MB/DC) y en valores expresados en dólares.

En verdad, el déficit de la balanza comercial sería más grave si se agregara las compras del diesel 2 con 50 partes por millón de azufre que se tienen que importar para abastecer el mercado interno. Como ejercicio explicativo de la realidad solamente se está considerando la balanza comercial de petróleo crudo, es decir lo que se exporta e importa de crudo, sin considerar los derivados que se puedan exportar (petróleos residuales, nafta en especial) y las importaciones de diesel 2 en particular. Si se consideran las exportaciones de gas natural, de nafta y residuales el déficit de la balanza comercial de hidrocarburos se atenúa, disminuye, mimetizando la gravedad del problema.

El déficit de la balanza comercial de petróleo crudo, y por tanto los crecientes valores de las importaciones que este año superarán los 3,633 millones de dólares no es más que la expresión de la cada vez menor producción interna de petróleo, en especial en los lotes de la selva nororiental en especial 1-AB y lote 8 y en los lotes de Talara, sobre todo en aquellos cuyos contratos están próximos a su vencimiento, que fueron considerados marginales a inicios de los años noventa cuando los precios del crudo eran menores a los 20 dólares el barril.

Es decir, ante la declinante producción interna de petróleo se tiene que recurrir a las importaciones de crudo para poder obtener los derivados como las gasolinas, turbo, diesel 2, gas licuado de petróleo y los llamados petróleos industriales para abastecer el mercado interno.

La producción interna de petróleo crudo que en los inicios  de los años ochenta del siglo pasado bordeó los 185 mil barriles diarios, para ser antes de la privatización de 127 mil barriles y en la actualidad mantenerse en niveles menores a los 63 mil barriles diarios, de los cuales hay que deducir el crudo pesado de la selva norte que se tiene que exportar a precios castigados, pues las refinerías locales no están calibradas para refinar crudo pesado. De allí que la producción útil, por decirlo de alguna manera, está sobre los 50 mil barriles diarios de petróleo con tendencia a la disminución si es que no se adoptan medidas de emergencia.

EFECTO CAMISEA: TAMIZA

Lamentablemente esta realidad se soslaya por el llamado efecto Camisea con la sustitución  del consumo del petróleo residual y diesel 2 por el gas natural en la generación eléctrica y en los calderos industriales, la obtención de gas licuado (propano y butano) a partir del fraccionamiento de los líquidos de gas natural de Camisea lotes 88 y 56; a ello habría que agregar las exportaciones de gas natural licuefectado y de nafta también provenientes de los lotes de Camisea.

Así, a pesar de la menor producción interna de petróleo crudo, la explotación de más de 1,000 millones de pies cúbicos diarios de gas natural y 78 mil barriles diarios de líquidos de gas natural, y los 63 mil barriles diarios de petróleo crudo, representan mayores abonos de regalías para el fisco en razón de los altos precios de los hidrocarburos, petróleo, líquidos y gas natural.
En otros términos si no fuera por el efecto Camisea, cuyas reservas se descubrieron en 1984, y su explotación recién se inicia a mediados del 2004, con las exportaciones de gas natural licuefectado a partir de julio del 2010, la radiografía de la producción estrictamente del petróleo crudo sería críticamente grave, un problema que supera las decisiones de los gobiernos.

Se podría afirmar que en un mundo globalizado, donde “todo depende de todo”, es decir que con la interdependencia de la economía mundial no sería tan grave recurrir a la importación de crudo y derivados. Incluso se argumenta que para beneficio de los usuarios se debería importar de Estados Unidos o de otros países petróleo y combustibles para presionar a la baja los altos precios internos. Incluso había unos desaforados analistas que recomendaban el cierre de la refinería La Pampilla si ésta no puede asumir las inversiones ambientales.

Esta extremada posición liberal por decir lo menos, soslaya que los volúmenes de crudo y derivados importados no generan valor en la economía interna, ni abonan regalías e impuestos y tampoco generan empleo. Por el contrario, el financiamiento de los mismos se hace con el presupuesto de los consumidores usando como intermediarios a las empresas refineras e importadoras. Es decir, en última instancia es el usuario quien financia las importaciones, con las compras diarias de combustibles.

De allí, la necesidad de fomentar la producción interna de petróleo como política de Estado, promoviendo las inversiones de riesgo que debiera ser una responsabilidad de las empresas privadas, tanto en las profundidades del Zócalo Continental, como en los horizontes profundos, y horizontes no explotados.

Como política de Estado debe estimularse la perforación de pozos exploratorios con el debido respeto ambiental, y la responsabilidad social de acorde a los nuevos tiempos. Debiera reconocerse que las poblaciones nativas de los distritos y provincias productoras no se han beneficiado del canon y sobrecanon petrolero en razón del mal uso del canon petrolero sobre todo en la selva y a una asimétrica distribución donde las poblaciones directamente involucradas heredan pasivos ambientales generados en 40 años de explotación.

De allí la necesidad de fomentar las inversiones sociales (empleo, salud, educación, infraestructura) en el inicio de las inversiones exploratorias con la presencia de empresas petroleras de primer nivel, ello supone una alianza público/privada, donde el Estado no puede estar ausente.

La gravedad del problema se agudiza con la menor producción interna de crudo que significa un menor canon y sobrecanon petrolero, de allí que se vislumbran mayores conflictos sociales. Ello se expresa también en la paralización de las inversiones exploratorias en más de treinta contratos de hidrocarburos que demuestran la profundidad del problema.

EPÍLOGO

En el caso de la menor producción interna del crudo es urgente una definición, ya que sería un error esperar el término de los contratos con una producción interna futura menor a los 50 mil barriles diarios de crudo. En tal sentido, el criterio que debiera definir la extensión o no de los contratos próximos a su vencimiento en los lotes II, III, IV, VI/VII, IX y sobre todo el 1-AB debiera ser la participación de PetroPerú, y los mayores compromisos de inversiones en los próximos de 10 años.

Estos mayores montos de inversión en razón de la existencia de reservas probadas, probables y posibles debiera ser el criterio fundamental para levantar la producción interna. En tal sentido, la participación de PetroPerú como socio en un porcentaje de la producción por definir en función de las características de cada yacimiento en los lotes, éste debiera ser el otro criterio de verdad para garantizar en el largo plazo las inversiones.

Debemos apostar por la integración vertical de la petrolera estatal sobre todo en la explotación de los lotes próximos a su vencimiento. Ante la falta de capitales frescos para las inversiones, tecnología, personal calificado la asociación de PetroPerú mediante “joint ventures” con empresas privadas resulta fundamental; con participaciones en la producción se aseguran los mayores volúmenes de crudo para la refinería de Talara, sin embargo ello supondría una necesaria negociación en las tasas de regalías pagadas por las empresas al fisco, para asegurar la competitividad y los mayores compromisos de  inversión.





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