lunes, 21 de enero de 2019

¿INTEGRACIÓN GASÍFERA CON BOLIVIA?


EL PERÚ TIENE MÁS GAS NATURAL PERO HAY QUE IMPORTAR GAS BOLIVIANO: UN ABSURDO
ESCRIBE : JORGE MANCO ZACONETTI


En principio, “los estados no tienen amigos sino intereses”, siempre y cuando decidan soberanamente sobre el destino de los recursos naturales como los hidrocarburos. En Bolivia por los cambios políticos, por Constitución vigente del 2006 y la nacionalización expresada en la nueva ley  de hidrocarburos, el estado boliviano es el propietario sobre el petróleo, gas y líquidos de gas natural, a diferencia del Perú, donde los “dueños de las moléculas” son las empresas privadas, que acceden a la propiedad por medio de los contratos de licencia pagando al fisco las regalías determinadas en los contratos.
Por ello no debiera extrañar la decisión e interés del estado boliviano con Evo Morales de abastecer el sur peruano de gas natural altiplánico, formalizar las ventas de gas licuado de petróleo (GLP) que se vende en balones de 10 kilos en Puno con precios de contrabando de S/ 15 soles el balón que ingresa mediante la modalidad del “comercio hormiga”, mientras los consumidores formales del Perú tienen que abonar más de S/ 40 soles.
MERCADO DEL GLP ATRACTIVO
Debemos dejar constancia que constituye un atractivo el mercado interno de GLP peruano donde hemos señalado que nuestro país de ser autosuficiente en este derivado de los líquidos de gas natural (LGN) proveniente de los lotes del Gran Camisea, ha transitado a una mayor importación de GLP, en un promedio de 20 mil barriles día en razón de la menor producción de los líquidos de gas natural de los lotes 88, 56 y 57 conocidos como el “Gran Camisea”
Con importaciones crecientes de GLP en un mercado que demanda un promedio de 65 mil barriles diarios, los consumidores tienen que asumir una serie de sobrecostos como hemos demostrado en artículos anteriores, de allí que el precio de un balón de GLP se vende por encima de los S/ 37 soles llegando a costar más de S/ 50 soles en el Cuzco, zona productora, donde el costo del envasado, y los márgenes de comercialización superan el costo de producirlo (S/ 22 soles). De allí, el interés boliviano de participar en tan rentable mercado.
Por ello, debemos estar advertidos que el estado boliviano tendría interés en vender GLP pero a precios de mercado. En Bolivia el GLP que se transa internamente está subsidiado pues se vende en promedio a un precio equivalente de S/ 10 soles el balón, en Puno un precio de contrabando bordea los S/ 15 soles, ello tiene un costo económico pues el subsidio a los combustibles supera los US $ 130 millones de dólares anuales, y el fisco boliviano está obteniendo menores ingresos fiscales.
Evidentemente la petrolera fiscal boliviana no estaría dispuesta a subsidiar las ventas de GLP en el mercado sudperuano, pero sí lo vendería por debajo de los precios vigentes, que son precios de escándalo, de abuso a los consumidores peruanos.
OTRAS INVERSIONES
También en el marco de un planeamiento estratégico el estado boliviano tendría interés en construir un poliducto que transporte gasolinas y diesel donde dicho país es deficitario y sobre todo, levantar una planta de licuefectación en la ciudad moqueguana de Ilo, que convierte el gas natural en estado líquido para ser exportado a terceros países y también abastecer el mercado peruano, lo cual constituiría una necesaria competencia al Consorcio Perú LNG responsable del perverso proyecto de exportación de gas natural del lote 56 hacia México y terceros países.
Es más, como sino fuera poco también tendría interés a través de YPFB la empresa estatal de participar en la distribución de gas natural en siete regiones de la región central Ayacucho, Huancavelica, Andahuaylas, Abancay, Huancayo entre otras, en un proceso que se viene postergando desde el 2006, por la falta de interés de las empresas privadas que operan en nuestro país.
TITULAR DE LAS MOLÉCULAS
En verdad, las conversaciones preliminares de los gobernadores regionales de Puno y Moquegua con el presidente boliviano ha dado lugar a conversaciones preliminares al más alto nivel entre los ministros de energía y minas de Perú y Bolivia en la ciudad de Santa Cruz del oriente boliviano.
Sin embargo, mientras las autoridades bolivianas tienen la capacidad de decisión sobre el qué hacer y destino de los hidrocarburos, dado que la empresa estatal YPFB (Yacimientos Petroleros Fiscales de Bolivia) tiene la responsabilidad de comercializar el 100 % de los hidrocarburos producido por las empresas trasnacionales como Shell, Repsol, Pluspetrol, BP etc. al margen de la producción de YPFB, las privadas tienen que abonar un 50 % de regalías cuando antes pagaban 18% al estado, al margen del impuesto a la renta.
También YPFB se encarga de negociar los contratos de participación con los privados y de pactar los precios del principal producto de exportación boliviano: el gas natural que se vende al Brasil y Argentina a precios atractivos indexados al precio del petróleo.
BONANZA GASÍFERA
Esto significa que si los precios del petróleo se incrementaban como sucedió en el 2011, 2012, 2013 cuando los precios estaban por los US $ 100 dólares el barril de crudo, los precios del gas natural de exportación también se elevaban, por ello entre el 2007 al 2014 con excepción del 2009, el estado boliviano ha experimentado una bonanza exportadora. Sin embargo, cuando los precios del crudo se derrumbaron a niveles de US $ 50 dólares el barril, también los precios del gas bajaron, y los ingresos fiscales fueron mucho menores, como ha sudedido el 2015 a la fecha.
Sin embargo, entre el 2007 al 2014 los ingresos de exportación en más del 50 % han estado explicados por las exportaciones de gas natural. Esta bonanza fiscal le ha permitido al regimen de Evo Morales que se va por la tercera reelección y al MAS, mayores ingresos fiscales para financiar  la lucha contra la pobreza.
En gran medida el éxito político y el mayor crecimiento económico de Bolivia, estimado por PBI con tasas cercanas al 5 % anual en los tres últimos años, liderando el crecimiento de los países de América Latina, está explicado por la bonanza gasífera, que dicho sea de paso se está terminando.
Solamente entre el 2010 al 2014 por concepto de regalías el fisco boliviano captó US $ 3,226 millones de dólares gracias a los buenos precios del gas de exportación que en el período 2015 al 2018 (a marzo del 2018) dicho sea de paso se han derrumbado a los US $ 1,356 millones
Para tener una idea del fin de la bonanza gasífera boliviana. Si en el 2013 producía un promedio de 2,056 millones diarios de pies cúbicos de gas natural, donde el grueso de la producción se exportaba al Brasil y en menor cuantía a la Argentina, las regalías percibidas eran de US $ 840 millones de dólares, la situación para el 2017 ha cambiado radicalmente.
Así, en 2017 con una producción de 2,000 millones de pies cúbicos diarios las regalías percibidas por el fisco boliviano se derrumbaron para llegar a los US $ 340 millones de dólares. Es decir, experimentaron una drástica disminución.
POR NUEVOS MERCADOS
De allí el interés del estado boliviano de buscar nuevos mercados ante la autosuficiencia  energética que tendría Brasil con los hidrocarburos del megayacimiento submarino del Presal que convertiría al país de la samba en exportador neto de gas y petróleo crudo.
Ello también significa que el gas boliviano en el mediano plazo no resulta ya tan necesario para el mercado brasileño, pues ahora existirían otros productores que ofertarían gas natural a precios más competitivos.
En todo caso en el 2020 se cumpliría el período del contrato de exportación del gas boliviano al Brasil, con un presidente de derechas como Bolsonaro que no simpatiza con las políticas bolivarianas ni socialistas pues se ha propuesto extirpar lo que él llama el “cáncer marxista”
Lo mismo sucedería con la Argentina con los yacimientos “Vaca Vieja” y la explotación del shale gas, o gas de piedra que convertiría al país gaucho en autosuficiente frente a las importaciones bolivianas y de terceros países, pero cuyo contrato se vencería despúes del 2026.
En todo caso el interés boliviano de sacar el gas natural de los campos del oriente por Ilo y el sur del Perú pretendería buscar nuevos mercados internacionales ante la incertidumbre de las exportaciones hacia el Brasil.

MASIFICACIÓN A LA BOLIVIANA
La soberanía sobre los hidrocarburos mediante una nacionalización le ha permitido al estado boliviano por medio de la empresa estatal YPFB masificar el consumo del gas natural, un energético  limpio, barato, favoreciendo a más del 25 % de la población boliviana, es decir cuatro millones de consumidores que acceden a la cultura del gas, no solamente en las principales ciudades sino también del ámbito rural.
La masificación del gas natural en Bolivia ha estado acompañada de un proceso de industrialiazación del recurso con políticas de valor agregado, financiado con los mayores recursos obtenidos por la exportación del gas natural.
Así, aprovechando el hidrocarburo identificado como el  metano contenido en el gas natural, lo han industrializado en una petroquímica básica, obteniendo un fertilizante  de un mayor valor como la urea, con los cuales no solamente satisfacen las necesidades de su mercado doméstico sino también están exportando urea a la Argentina, Paraguay, los estados vecinos del Brasil y un mercado potencial sería nuestro país que compra más de 400 mil toneladas de urea anuales desde Ucrania.
En tal sentido, el interés boliviano de vender gas natural, gas licuado de petróleo (GLP) y otras inversiones en transporte (ductos) y plantas industriales, serían todas parte de una visión de largo plazo del estado boliviano, de planificación estratégica ante un entorno internacional desfavorable para sus intereses por estrictas razones económicas y políticas.
LA PARADOJA GASÍFERA
El presente cuadro “Comparación entre Perú y Bolivia de la Producción Fiscalizada y las Reservas Probadas de Gas Natural” 2011/2017 resulta ilustrativo sobre dos políticas en relación a la explotación del gas natural.
Mientras en Bolivia según la “Agencia Nacional de Hidrocarburos” la produción diaria de gas natural promedia los 2,000 millones de pies cúbicos con menores reservas probadas que en el 2017 suman los 10.7 trillones de pies cúbicos, el país altiplánico ha tenido en la explotación del gas una palanca para su desarrollo, con mayores ingresos fiscales, masificación interna e industrialización teniendo como protagonista central a la petrolera estatal YPFB
En nuestro país, las empresas privadas resultan las “dueñas de las moléculas” y deciden el destino del gas natural. Por ello después de catorce años solamente tenemos 600 mil hogares conectados a la cultura del gas natural. No hay una verdadera masificación pues las regiones andinas no resultan un mercado rentable para las transnacionales.
Tampoco se verifica una industrialización del gas natural a pesar del marco legal, pues no interesa a las empresas privadas. Al contrario de una producción en el 2017 de 1,252 millones de pies cúbicos diarios se exportan un promedio de 400 millones de pies cúbicos diarios del lote 56 hacia México y a terceros países, y afuera se industrializa el gas natural, al margen de las regalías de oprobio que percibe el estado peruano.
Por ello, la Nación peruana debe recuperar la titularidad, la propiedad sobre los hidrocarburos como el gas natural reproduciendo lo mejor del modelo boliviano, pues resultaría un absurdo económico que  nuestro país teniendo más gas natural bajo el subsuelo, se tenga que valorizar y capitalizar el gas boliviano.


No hay comentarios: