viernes, 11 de junio de 2010

RENEGOCIAR CONTRATOS LESIVOS

LOS FANTASMAS DE LA EXPORTACIÓN

Presentamos dos entrevistas de singular importancia realizadas a dos protagonistas centrales que han intervenido en el cuestionado proyecto de exportación del gas licuefactado de Camisea, que tiene su planta en Pampa Melchorita al sur de Lima, unidad que procesa el gas natural proveniente del lote 56, recientemente inaugurado por el Presidente de la República Dr. Alan García Pérez.

Una entrevista ha sido realizada por el diario Correo al ex ministro de Energía y Minas Jaime Quijandría quién fue dos veces ministro de la cartera mencionada, durante la gestión del ex Presidente de la República Alejandro Toledo, y “cabeza gris” del proyecto de exportación desde sus orígenes. La otra entrevista ha sido realizada por el diario Gestión a Ray Hunt Presidente Ejecutivo de Hunt Oil Company.

En la persona de Jaime Quijandría se funde la calidad de un funcionario público en el sector de hidrocarburos desde hace más de 30 años, y de asesor empresarial de intereses transnacionales que no siempre coinciden con el interés nacional. De allí la importancia de la entrevista que comentamos.

En el debate Quijandría para cuidarse en salud, sostiene que en el gran Camisea lotes 88, 56, 57, y 58 existirían entre 40 a 50 trillones de pies cúbicos de gas natural, cuyas reservas serán monetizadas gracias al impulso del proyecto de exportación del gas del lote 56 hacia Norteamérica. Desde su punto de vista la exportación resulta fundamental para activar la actividad exploratoria para descubrir más reservas, pues estas no deben ser consideradas estáticas sino dinámicas.

El proceso de convertir las reservas posibles en reservas probables y las reservas probables en reservas probadas, exige según su parecer los mercados externos que hagan viable e interesante para las empresas privadas la actividad exploratoria.

En verdad, debo coincidir respecto al llamado problema gasífero. En nuestro país la debilidad de la actividad exploratoria en los últimos 30 años explica en gran parte el debate sobre los volúmenes de reservas probadas de hidrocarburos y de gas natural en particular.

Se debe tener presente que las reservas de gas natural del lote 88 datan en su descubrimiento desde los primeros años de la década de los ochenta cuando la Shell perforó varios pozos en el ahora denominado lote 88 estructura Cashiriari, y San Martín, descubriendo más de 9 trillones de pies cúbicos de gas. Entre 1998 al 2000, la Shell también realizó inversiones exploratorias en el lote 56, en la estructura de Pagoreni descubriendo más de 2 TCF.

Por tanto, la polémica sobre las reservas de hidrocarburos, crudo, de gas natural soslaya un tema central, la actividad exploratoria. En los años setenta el promedio de pozos exploratorios, de riesgo con PetroPerú como promotor se perforaba un promedio de 25 pozos anuales, para luego disminuir dramáticamente a un promedio de 5 pozos anuales en las décadas de los noventa y la primera década del presente siglo.

Se debe tener presente que fueron las reservas descubiertas Por PetroPerú y sus filiales en los años noventa las que se privatizaron, en el caso del lote 8/8X hacia 1996. Y en el caso de la OXY las reservas de crudo descubiertas en el lote 1-AB fueron transferidas a Pluspetrol en el año 2000.

Sea en los lotes 8/8X, o el lote 1-AB las reservas de crudo fueron descubiertas hace 40 años y se presume que existen todavía importantes reservas por descubrir. Es más, las reservas de crudo, probadas, probables y posibles del lote X que fueron privatizadas en diciembre de 1996 a favor de la empresa argentina Pérez Companc, en especial las reservas probadas fueron estimadas en menos de 40 millones de barriles de crudo. Estas se han incrementado gracias a la mayor actividad de perforación.

Hay que recordar que en el llamado lote X, desde el 2003 operado por la transnacional brasileña Petrobrás, en el período 1997 al 2009 se han extraído más 60 millones de barriles y a fines del 2009 se estiman sus reservas probadas por el orden de los 74 millones de barriles. Esto nos demostraría que el concepto de reservas probadas debe considerarse como un concepto dinámico, íntimamente ligado a las condiciones de precios y costos más las condiciones geológicas.

Es más, el redimensionado lote X está en explotación desde los años cincuenta e incluso antes, siendo operado hasta 1969 por la IPC filial de la Standard Oil Company, y desde ese año estuvo operado por la petrolera estatal PetroPerú hasta su privatización en el 1996. Es decir, con más de 60 años de explotación todavía mantiene reservas probadas del orden de 74 millones de barriles y probables por 34 millones de barriles que se pondrán en valor con una mayor actividad de pozos de desarrollo.

Por tanto, resulta correcta la afirmación de Quijandría sobre la naturaleza de las reservas de Camisea. Así señala que
“Cuando se dio a conocer el informe de Gaffney (8.8 TCF), no se precisó que lo único que certificaba era que durante el periodo del contrato, y al ritmo que venía invirtiendo el Consorcio Camisea, ése era el volumen de gas que podrían extraer. Nunca afirmaron que, cuando terminara el contrato, no quedaría gas en el pozo. El otro grave error de los "analistas" es que les gusta comparar la foto de las reservas con la película de la demanda proyectada”.

Creo que el tema debiera ir por otro lado. Si el problema no es de reservas probadas ni de desabastecimiento del mercado local por la demanda externa que compromete 620 millones de pies cúbicos diarios de gas natural, por medio de las exportaciones de gas hacia Norteamérica, lo que debiera preocupar son las condiciones de exportación del gas natural del lote 56, por medio de un contrato lesivo para el Estado peruano, por las mínimas regalías que el fisco percibiría.

En ese contexto las afirmaciones respecto al abastecimiento de gas natural proveniente de los lotes 57 Repsol y 58 a cargo de Petrobrás, soslayan las condiciones económicas de su explotación. Es decir, los precios del gas natural no serán regulados, sino los precios de mercado con regalías del 5%. Ello evidentemente configura una flagrante contradicción pues mientras se exportará gas barato, el mercado interno y sobre todo el sur andino accederá a un abasteciendo de gas con precios libres, a precios de mercado como lo estipulan los contratos firmados en el gobierno del ex presidente Alejandro Toledo.

Además no es posible aceptar que las regalías por la exportación sean equivalentes a un tercio o menos de lo que se está obteniendo por concepto de las regalías producto de la demanda interna proveniente del gas natural del lote 88. Al respecto definitivamente se debe superar la restricción y compromiso de respaldo de las reservas del lote 88 al proyecto de exportación.

En el mismo sentido, se debe reconocer que el proyecto de exportación debiera caminar con sus propias reservas, pues las reservas del lote 88 y 56 debieran estar destinadas al mercado interno y a dotar a la economía peruana de la necesaria seguridad energética. De allí la necesidad de renegociar los contratos en cuanto a las condiciones fiscales sobre las regalías de exportación y la seguridad de abastecimiento de gas natural con precios regulados al Sur Andino.





1.- ENTREVISTA A JAIME QUIJANDRÍA SALMÓN

"En Camisea hay 40 o 50 trillones"

La Imagen del país. Ad portas de iniciarse la exportación del gas de Camisea, y luego de concretarse una multimillonaria inversión, los conocidos enemigos del mercado y del progreso lanzaron una nueva ofensiva tratando de que el gobierno pise el palito y siga el equivocado camino de tantos países vecinos que sólo han logrado espantar la inversión. Para aclarar tantas dudas sobre las reservas de Camisea, entrevistamos al ex ministro de Energía y Minas Jaime Quijandría.

Correo: El último informe sobre las reservas de gas natural ha sido muy cuestionado, a tal punto que incluso se ha acusado al gobierno de manipulación. ¿Podemos darnos el lujo de exportar?

Jaime Quijandría: Aquí tenemos un clásico ejemplo de mala comunicación por parte tanto del gobierno como del consorcio. Cuando se dio a conocer el informe de Gaffney (8.8 TCF), no se precisó que lo único que certificaba era que durante el periodo del contrato, y al ritmo que venía invirtiendo el Consorcio Camisea, ése era el volumen de gas que podrían extraer. Nunca afirmaron que, cuando terminara el contrato, no quedaría gas en el pozo. El otro grave error de los "analistas" es que les gusta comparar la foto de las reservas con la película de la demanda proyectada.

C: ¿Pero no puede venderse más gas del que hay?

JQ: Es que el concepto de reservas es uno dinámico y no estático. Crecen si hay inversión. Conforme va desarrollando el campo, va actualizando sus parámetros. Lo que hoy son reservas probables (50%) mañana pasan a ser reservas probadas (90% de seguridad). Esto no es como cuando el ama de casa arma paquetitos de comida y los guarda en la refrigeradora, uno para el lunes, otros para el martes, etc. Si sube el precio del gas, mejoran las perspectivas de exploración. Es como las minas; en algunos momentos se cierran declarando que ya no son comercialmente explotables, y si el precio se eleva notablemente, se puede volver a explotar con una tecnología más cara pero ahora sí rentable que recupere el mineral.

C: Pero en el Lote 88 la inversión ya está hecha...

JQ: No es así. Cada estructura de gas es una hipótesis. Usted perfora un pozo y obtiene parte de la información de la estructura. A más pozos, se va configurando el reservorio y confirmando si es tan grande como se pensaba o es aún mayor. Una estructura hay que atacarla con muchos pozos. En Talara hay estructuras que tienen 200 pozos y sigue apareciendo información nueva. Hace cuánto tiempo anuncian que se ya se agotaron los campos y los pozos siguen produciendo. Y hay quienes piensan que debajo de los actuales campos hay más petróleo todavía.

C: La idea detrás de Camisea era aprovechar el gas más barato del Lote 88 para desarrollar el mercado interno en un horizonte de 20 años...

JQ: ¿Usted ha visto algún documento, previo al contrato de exportación, que diga eso? El plan de Camisea era muy simple: reemplazar la importación de crudo. Nunca se fijaron cuotas para el mercado interno, pues nadie podía predecir su comportamiento. Hay gas en Talara desde la época de la IPC y jamás se explotó. Los estudios que se hicieron eran muy conservadores. Ante los primeros intentos que hicimos para colocar el gas en el 2002, mientras se construía el gasoducto, hubo rechazo. Los industriales exigían que les aseguráramos que no se malograrían sus equipos, que la producción sería igual que con el residual, ¡querían hasta una carta fianza! ¡Y se iban a ahorrar el 50% de la tarifa de energía! Había una intuición de que teníamos algo importante entre manos, pero nunca hubo un plan detallado para su desarrollo. Ni en la época de Fujimori ni en la de Paniagua. Es bien fácil hacer la explicación años después. La exportación busca monetizar nuestras reservas.

C: ¿Cortando las posibilidades de expandir el mercado interno?

JQ: Eso pasa por otro tipo de soluciones. ¿Cómo han hecho en Colombia? Con subsidio estatal. ¿Queremos hacerlo? Se habló del chatarreo, se habla de asumir el costo de la conexión domiciliaria. En Colombia han regalado artefactos a gas. Y en estos momentos exportan su gas y tienen sólo siete años de cobertura de reservas, y no pierden la calma porque las reservas se van renovando. Trinidad y Tobago tiene cinco trenes de producción para exportar a Estados Unidos. Yo me imaginaba que tendrían unos 60 TCF de reservas y sólo tienen 15. Para qué van a desarrollar más si saben que allí está. Conforme el mercado demanda, invertirán. La idea de asegurarnos reservas para 40 años y después exportar no tiene ningún fundamento económico. Los geólogos nunca han cambiado su punto de vista de que en Camisea hay de 40 a 50 TCF. ¿En que lote están? Ése es otro tema.

C: ¿Y si se equivocan?

JQ: Como se equivocaron cuando construyeron un faraónico oleoducto que nunca ha sido utilizado más allá del 50% de su capacidad. La lección de Camisea es que sólo se pudo desarrollar el yacimiento cuando se dejó de pensar en el mercado interno. Por último, la legislación nos permite parar la exportación si hay peligro de desabastecimiento. Pero siempre que se demuestre, y no como hizo Argentina con Chile. Hay que salvaguardar la imagen del país.

C: Pero ahora hay muchas industrias que piden gas y no les firman el contrato...

JQ: (ríe) Escuche al viceministro: no hay tal demanda. La mayoría no tiene su proyecto listo. ¿Por qué le vamos a quitar ahora el gas a un señor que tocó la puerta antes que hubiera cola y ha invertido $3,900 millones? Eso hizo Argentina con Chile y ahora tiene un mercado deprimido por falta de inversión. Y la misma historia se repite en Bolivia, por eso sus reservas han bajado.

C: ¿Cuánta reserva se necesita para el gasoducto del sur?

JQ: No se trata de que, como ya tengo gas, busquemos cómo llevarlo hasta allá. Primero que nada, dígame cuál es la demanda, y para una inversión como ésa debe de ser de al menos 3 a 4 TCF. Con 1 TCF lo único que puede hacer es avanzar hasta Quillabamba y abastecer a centrales térmicas, pero para llegar hasta Ilo se necesitan petroquímicas. Cuando Petrobras confirme que se mete en el negocio, tendremos la confirmación de que hay reservas y mercado.

C: ¿Pero esas reservas tienen que salir del Lote 88 para que el gas del sur no salga más caro?

JQ: Allí hablamos de otro tipo de problema que, espero, si no este gobierno, el próximo lo encare cuanto antes. Hay que uniformizar el precio. No puede haber un mercado con dos precios. Hay que aprovechar que el precio internacional está deprimido.

C: Y algunos sostienen que se mantendrá así por la aparición del gas no convencional y que la exportación a México ya no tiene sentido y perdemos regalías.

JQ: No, porque hay una tendencia a sustituir el crudo por el gas natural y, por último, si bien el precio del Henry Hub, que es el marcador para la costa este de Norteamérica, es de $4, Bolivia le vende a Brasil a $7 el millón de BTU, así que podemos redirigir la exportación a otros mercados.

Diario Correo 23 de Mayo del 2010
Entrevista realizada por Mario Camoirano




2.- La compañía norteamericana Hunt Oil buscará más petróleo y gas en los lotes que tiene en Perú

Ray Hunt, presidente director ejecutivo de Hunt Oil Company, matriz de Perú LNG, en diálogo con Gestión, aseguró que no usarán reservas destinadas al mercado interno para la exportación. Opina que Perú es un lugar atractivo para la inversión.

Luego de que el proyecto de exportación de gas (Perú LNG) superó varios problemas en los últimos años, ¿cómo ve ahora el futuro del mismo?

Yo creo que este proyecto va a tener un impacto muy importante y positivo en el Perú. Primero porque sirve como ejemplo de cómo el Perú es un destino positivo para la inversión. En el mundo globalizado de hoy el capital puede ir a cualquier sitio, pero irá donde sea apreciado y las reglas de juego sean respetadas. Nosotros hemos trabajado con cuatro diferentes administraciones en el Perú en los últimos nueve años y cada administración fue diferente, pero todas comprometidas con respetar las leyes y el marco para la inversión.

¿Y en lo que se refiere a la industria misma del gas natural, cómo ve el futuro?

Esa es la segunda razón por la que el proyecto va tener un impacto positivo para el Perú y toda su población. Ya no hay duda que sí habría suficiente gas para atender el mercado doméstico y lo que se va a exportar en la forma de gas natural licuefactado (LNG) es el excedente. El Proyecto Perú LNG ha hecho posible que el Perú participe en el mercado internacional del gas. Eso quiere decir que otras empresas de petróleo y gas van a venir a buscar más de ambos. Y el ejemplo es Bolivia, donde entre 1990 y 1999 la Agencia de Información de Energía (EIA por sus siglas en inglés) calculaba cada año casi 4.5 TCF de gas natural. En 1999 se construyó un gasoducto desde Bolivia a Brasil y tres años después la EIA calculaba que las reservas subieron a casi 24 TCF.

Hunt también tiene el lote 76 en el sur (colindante con Candamo) ¿Están intensificando la exploración en ese lote y en otros?

Ahora que hay mercados, nuestros técnicos van a buscar más petróleo y gas, donde exista la posibilidad, en esos lotes. Si no pudiéramos venderlos, no estaríamos invirtiendo en explorar. El lote 76 es atractivo y lo bueno del mercado es que tenemos nuestra opinión de dónde es atractivo buscar petróleo y gas. Pero hay otras empresas que tienen otras opiniones y puede que busquen gas en otros sitios donde nosotros opinamos que no hay alto potencial y sin embargo encuentren mucho gas.

¿Qué otros beneficios para el Perú destacaría del proyecto?

Estamos muy orgullosos de que el 90% de las personas que han trabajado en el proyecto son peruanos.
Ha habido una gran transferencia de tecnología. Y cuando la planta comience a operar esta semana, el 60% de los trabajadores serán peruanos. Me dicen que esto es cinco veces mayor que lo normal.
Este proyecto fue construido de acuerdo con el cronograma, el presupuesto, cumpliendo con los más altos estándares de seguridad ocupacional, social y ambiental y será un estándar para otros proyectos en el futuro.

Hubo mucha polémica en Perú porque parte de las reservas del lote 88 (asignadas al mercado interno), sirvieron de aval para la exportación. El ministro del sector ha dicho que el Lote 56 muy probablemente va a abastecer totalmente la exportación. ¿El proyecto Perú LNG no va a necesitar del gas del lote 88?

Absolutamente, hay suficiente gas.
Nosotros estamos continuando la exploración en el lote 56. Hay estructuras en este lote que no estaban incluidas en el estudio de la certificadora (la última) porque no han sido exploradas todavía. La tecnología está avanzando más cada año y se puede recuperar un porcentaje cada vez mayor de gas.

Entonces hay suficiente gas en Perú para exportar…

Absolutamente.

¿Cómo ven el marco regulatorio de Perú en lo que se refiere a gas petróleo? ¿Es adecuado, incentiva la inversión?

Los países que tienen éxito son aquellos cuyos marcos regulatorios pueden adaptarse a los cambios. El punto clave no es saber lo que va a sucede en el futuro, sino poder adaptarse al cambio. Me parece que la estructura del gobierno peruano es buena porque sí puede adaptarse a estas nuevas situaciones que nadie podía saber hace cinco años.

Se ha estado especulando acerca de cuándo comienza la exportación de LNG y hacía qué mercado irá. ¿Podría darnos luces al respecto?

Perú LNG vende el LNG a Repsol, empresa que tiene un contrato para vender la gran mayoría del gas al puerto Manzanillo (regasificadora) en México.
Falta un año para que Manzanillo complete su construcción. Entendemos que los dos primeros cargos irán a las facilidades de Sempra en Baja California. A dónde irán los otros cargos hasta que Manzanillo esté construido, es una decisión de Repsol.

Diario Gestión el 10/06/10
Entrevista realizada por Julio Lira Segura y Luis Hidalgo Suárez

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