Por Germán Alarco Tosoni (Universidad del Pacífico)
Las autoridades políticas nacionales acaban de anunciar que se está realizando un nuevo estudio relativo al Programa de modernización de la Refinería de Talara (PMRT) y PETROPERÚ. Es el quinto, luego del desarrollado por un consorcio internacional supervisor de los trabajos de diseño detallado, dos de la consultora internacional A. D. Little y de Technip contratada en 2013.
A estos hay que sumar los realizados por la empresa, el agente financiero internacional Société Générale y COFIDE. Afortunadamente en todos se concluye técnica y económicamente lo mismo. Por otra parte, se confirma que la discusión del PMRT se llevaría al Congreso como un tema independiente, perdiendo la buena oportunidad que hubiera significado incorporarlo en la discusión del Presupuesto General de la República para 2014. Por lo demás, la empresa prosigue sin recuperar los pendientes de remediación ambiental y tributos que le adeuda el gobierno.
Quizás la poca importancia que el gobierno le otorga a PETROPERÚ puede encontrar su fundamento en el Plan Estratégico Sectorial Multianual (PESEM) 2012-2016 del Ministerio de Energía y Minas (MEM) aprobado en junio de 2012. En este documento no solo no hay referencia alguna a la empresa petrolera del Estado sino que, cuando se habla de los diferentes roles del sector, en el promotor se señala que corresponde a PROINVERSIÓN la promoción del proceso de privatización de las inversiones y de las empresas públicas del sector energía y minas.
Nuestras autoridades del MEM siguen pensando que da lo mismo que la empresa petrolera del Estado sea privada y de lo que se trataría, con el MEF, es privatizarla. O en las actuales circunstancias regalarla al sector privado. También se olvidan de los planes estratégicos aprobados por sus dos directorios sucesivos.
En el PESEM hay más sorpresas. En la visión del MEM se señala que se trataría de promover el desarrollo sostenible de las actividades energéticas y mineras, impulsando la inversión privada en un marco global competitivo, preservando el medio ambiente y facilitando las relaciones armoniosas del sector. Obviamente en esta hay algunas frases razonables. Sin embargo, tratan erróneamente a las actividades energéticas como cualquier otra, no atribuyen rol central alguno al Estado, no precisan que el objetivo central del sector sería proporcionar energía continua de alta calidad y a precios competitivos. También falta énfasis en el planeamiento sectorial, en el ahorro y uso eficiente de la energía.
Desafortunadamente, ahora los intereses privados predominan sobre el público. No en vano a través de la exportación del gas natural el MEM y MEF permiten que se pierda anualmente entre 1.2% y 2.3% del PBI. Con la importación plena de todos los combustibles se perdería otro 0.5% del PBI. Ojalá no sea demasiado tarde para el sector y PETROPERÚ.
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